DOS INTRÉPIDOS EN GLOBO
Hoy ya volé con Joel
y él resultó ser probo,
ahora lo invito a un globo
al intrépido Rafael.
Y si es que se anima él
daremos vuelta al planeta,
con alguna rima inquieta
y un tema que nos concierne,
será chico Julio Verne
al ver a nuestro poeta.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 1
Claro que si invitas tú,
Cuba es Londres, hay apuesta,
y volar es una fiesta
donde seré Paspartú.
Despedidas, interviú,
el globo toma figura,
el fuego bajo la holgura
de su abdomen a la tela,
inflama y le grita: “¡Vuela,
sé libre, gana la altura!”
—Rubén Sada— 2
De arriba la Torre Eiffel
parece muy chiquitita,
ten cuidado la puntita,
no pinche el globo, Rafael.
En África hay un vergel
y otro en el Amazonas,
veo águilas juguetonas
de alta montaña en Los Andes,
y hay murciélagos muy grandes
en Wuhan y en esas zonas.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 2
Saluda una mantarraya
que el Mediterráneo cruza,
y es como una hipotenusa
en China la gran muralla.
Notre Dame humeante encalla
en un mar todo ceniza,
y por la joroba avisa
en el paisaje que corre,
la figura de una torre
que vamos pasando Pisa.
—Rubén Sada— 3
Ahora estamos por Italia,
qué chico es el Coliseo,
desde las alturas veo
los canguros en Australia.
Al final, qué chica es Galia
desde nuestra gran altura,
los viajes nos dan cultura
y el viento nos acaricia,
el viaje ha de ser noticia,
novela y literatura.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 3
La Galia desaparece
y es España, ese tesoro
de versos del siglo de oro
quien en la mira aparece.
De flamenco se estremece
la cesta del globo nuestro
que llora cuando un secuestro
de estupidez, plomo y horca
van distorsionando a Lorca
en las páginas, maestro.
—Rubén Sada— 4
Parece un charquito el agua
y una simple gota el Índico,
tengo que llamar a un síndico
del Canal de Nicaragua.
De arriba es el Aconcagua
un terrón de arena fina,
y en Misiones, Argentina
pierde un chorro el Iguazú,
que hasta es un suave tisú
la niebla que se aglutina.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 4
Pone en la mirada trampas
de anchura por su exención,
la agreste y bella región
de tus tan amadas Pampas.
Mira bajo Tampa, estampas
mar azul y un verde tan
olivo que a Superman
el vuelo no le provoca,
por no caer en la boca
de habano y ron del caimán.
—Rubén Sada— 5
Se ve contaminación
y una conducta muy mala,
y se ve en los bosques tala
por siembra de corrupción.
Nos dieron la solución
de energía sin carbono,
y un mundo limpio pregono
pues nos han comisionado
emparchar, dejar cerrado
el agujero de ozono.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 5
El smog dificultaba
un mes antes la visión,
pero hoy la situación
con la enfermedad curaba.
El agujero cerraba
la puerta a los rayos UV,
y yo hasta un grito contuve
viendo transparencias tales
que en venecianos canales
de entrar a puntito estuve.
—Rubén Sada— 6
Ya volamos por Ucrania,
cuidado, no nos derriben,
que dos poetas escriben
con la décima de España.
Veo, no hay en Alemania
ni un pedacito del muro,
podrá ser que fuera oscuro
y el mañana alumbra sol,
más brillante que charol
será el hombre del futuro.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 6
Ucrania, abedul, sutil
nevada sobre el Ural,
pero aun queda la fatal
historia de Chernobil.
Alemania ya es abril,
el muro cayó, las manos,
quitan escombros insanos
pero ojo, profesor,
que aun hay traza de terror
oculta entre los germanos.
—Rubén Sada— 7
Ahora vamos por Groenlandia,
al Polo Norte es el viaje,
y un abrigado equipaje
nos hará falta en Finlandia.
¡Abrígate, que en Islandia
juntaremos en derroche
todo el tachonado broche
y tocaremos estrellas,
de cerca se ven bien bellas:
¡tiene veinte horas la noche!
—Rafael Sarmiento Enríquez— 7
Tanta noche, no distingo
entre brumas y vapores,
de geiser a los mejores
paisajes del clan vikingo.
Aquí da igual si es domingo,
sábado, lunes, qué helado
todo a la vista, alelado,
estoy por tanta blancura,
donde flota la figura
de un témpano sin pecado.
—Rubén Sada— 8
Pongamos proa hacia Asia,
querido amigo Rafael,
tenga suerte el timonel
más que el avión de Malasia.
Y con intrépida audacia
volemos sobre la China,
derramando lavandina
y que caiga como lluvia
contra el virus que diluvia
con la pandemia asesina.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 8
Hagamos los dos a coro
con el verso más sincero
sobre este planeta entero
un aguacero de cloro.
Que no afecte un solo poro
la sufrida humanidad,
y esta, que en su necedad
de acumular todo arrasa,
comprenda que estar en casa
es vital necesidad.
—Rubén Sada— 9
Queda poco recorrido,
viajamos setenta y nueve,
vimos de arriba la nieve
sobre el Éverest ungido.
Julio Verne, confundido
nos envió sus cantares,
aterricemos en lares
que si se acaba el gas helio
tendremos nuestro sepelio
en el fondo de los mares.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 9
Vamos descendiendo, pues,
como la lógica manda,
y verás como se agranda
lo que pequeñito ves.
La torre Eiffel a los pies,
el viaje aquí se termina,
vaya aventura divina
que sobre un aerostático
globo en modo acrobático
la ensoñación ilumina.
—Rubén Sada— 10
Termina la vuelta al mundo
del bello planeta azul,
la noche su negro tul
descuelga a cada segundo.
Peregrino vagabundo
fue nuestro viaje turístico,
y en un recorrido artístico
con el estilo Espinel,
dimos vuelta carrusel
con un globo, al Globo
místico.
—Rafael Sarmiento Enríquez— 10
¡Ochenta días! ¡Qué loco
el viaje que culminó!
Dos y un globo, cómo no,
se puede viajar un poco.
Incluso sin el sofoco
del nasobuco molesto,
ahora levantando el gesto
del adiós en cada mano,
de ti me despido, hermano,
y sigo en el mismo puesto.
—Rubén Sada—
Demos gas al quemador
de poética en el globo...
—Rafael Sarmiento Enríquez—
Y en los dos versos que
englobo
vaya un mensaje de amor.
—Rubén Sada—
Con tu vuelo director
en la ochentava jornada...
—Rafael Sarmiento
Enríquez—
Apostamos a que en cada
día habría sentimiento...
—Rubén Sada—
Volaron Rafael Sarmiento
en globo con Rubén Sada.
© 29/04/2020. Rubén Sada y
Rafael Sarmiento Enríquez.