EN EL ÁRBOL DEL SABER
ni el temporal cuando llueve,
su raíz milagro embebe:
aguas de conocimiento.
Se nutre con el talento,
el estudio y el quehacer,
crece en cada amanecer
y su fruto se disfruta,
nunca se pudre la fruta
*en el árbol del saber.*
Su tronco firme en el suelo
va impidiendo que fracase,
se arraiga con buena base
y el ejemplo de su abuelo.
Apunta su copa al cielo
y florece por doquier
con los poetas de ayer
y un canto de ruiseñores,
no se marchitan las flores
*en el árbol del saber.*
Quiero alojar en mis nidos
a mil pájaros cantores,
quiero tener muchas flores
y botones coloridos.
En otoños desnutridos
de ocre, gris y rosicler,
mi savia tendrá el querer
de la sabia voz que amas,
vistiendo desnudas ramas
*en el árbol del saber.*
Al tener buena raíz
tendrá buenas herramientas
para resistir tormentas
y tratar de ser feliz.
Purifica la nariz
y el aire que vas a oler
tranquilizará tu ser
y si viene alguna crisis
vencerás úlcera o tisis
*en el árbol del saber.*
Son sus brazos siempre abiertos
las ramas con que te acoge
y aunque el viento las deshoje
no ha de callar tus conciertos.
El árbol puebla desiertos
mientras bendice el llover,
fertiliza el buen crecer
tornando a la tierra en rica,
toda mente fructifica
*en el árbol del saber.*
*© Rubén Sada. 16/08/2022.*
V. Nº 10 inspirado en un comentario de Diego Hernandez.






