Serruchando los olvidos de caminos escondidos, atraviesa el mundo onírico atornillado al colchón. Agitados fuelles vivos que respiran bien dormidos, exhalan fieros rugidos, ya se parece a un león.
Un gruñido estrepitoso se oye en el sueño del oso, tiene pegados los ojos de profunda hibernación. Su engranaje seco y ronco y su músculo en reposo sueñan saludar al rojo, mas no le arranca el motor.
[ESTRIBILLO] Ronquidos… una fiesta de latidos, ronquidos… en la noche fantasmal… Su garganta con arena bajo el cielo oscuro truena y se lamenta en la pena de no poder despertar.
Vos, que fuiste por la vida avivando a los otarios, hoy los tenés de contrarios, ¿no te sentís medio gil? Vos, que les diste una mano y hoy te devuelven manopla, el viento en contra te sopla cuando se acaba el festín.
Vos, que colocaste el hombro donde había que ponerlo, ahora te toman el pelo y te clavan el puñal, dejá que se estrellen solos en el muro del desprecio, sé que es bien alto tu precio y hoy te vine a aconsejar:
¡Basta ya de avivar giles, que se te vuelven en contra! Cuando era tu mundo rosa fuiste uno más del rosal, y hoy que son todas espinas no te saluda ni el loro, que no te llenen los poros del barro de su fangal.
[1] Hecha la ley, hecha la trampa y vos te jactabas haciendo las dos. Ahora el daño cometido te quema y sufrís condena, cachetada atroz. Cayó tu mentira, te ves perdido, pero a tus ruegos nadie presta oído. La almohada te grita en silencio y es tu descenso la ley del talión.
[estribillo] Ríe… y todo el mundo reirá contigo. Llora… y llorarás solo al reflejarte en el espejo roto que te acorrala vencido. Rodarás de la cima por la peña, y un filo sin piedad te hará leña… ¡Leña del árbol caído! ¡Leña del árbol caído!
[2] Tu propio amigo te pisa, te aplasta sin piedad, se desmorona tu relato y las mentiras, son ruinas. El tiempo se burla, se ríe en tu cara, mientras ruedas sin fin, en esta cruel maraña. Cayó tu mentira, te ves perdido, pero a tus ruegos nadie presta oído. La almohada te grita en silencio y es tu descenso la ley del talión.
[Puente] Enfrenta el abismo, no hay vuelta atrás, la indiferencia te besa, te da su abrazo mortal, pero en las sombras, la furia renace y viene a cobrarse justicia, el juicio final.
[estribillo] Ríe… y todo el mundo reirá contigo. Llora… y llorarás solo al reflejarte en el espejo roto que te acorrala vencido. Bajarás de la cima por la peña, y un filo injusto te hará leña… ¡Leña del árbol caído! ¡Leña del árbol caído!
[Coda] ¡Cómo arde tu mundo, sin compasión! Las llamas de la culpa llegan al cielo, y en el último acorde, grita tu desvelo. Tu lucha ha terminado, y también tu canción! ¡Ya sos leña del árbol caído!
[verse 1] Un paisaje fantasmal se apoderó del país, mientras un capote gris viste al orbe terrenal. Los valores del fangal han embarrado a mi gente, la estafa Ponzi es frecuente, mientras la mentira reina y el latrocinio despeina calles de un amor ausente.
[verse 2] Presencio aceras heladas y blancas de soledad, una selva es mi ciudad con mil almas desalmadas. Homeless en calles cortadas y otros duermen bajo un puente, sin el techo de un pariente la noche los va cubriendo, con tristeza están sufriendo calles de un amor ausente.
[chorus] Está duro el empedrado y el frío adoquín se siente, mientras llora un jubilado calles de un amor ausente.
[verse 3] Bajo niebla sepulcral grita un silencio que aterra, aunque en el Plata no hay guerra, hay que batallar igual. Lágrimas de ajenjo y sal y migajas en el diente van formando el ingrediente que aproxima la explosión mientras tose mi pulmón calles de un amor ausente.
[verse 4] Es la hiel de la tiniebla una incomprensión que arropa, ya ni alcohol tiene la copa que al bolsillo lo despuebla. Mezcla de cartón y niebla se descuelga de su frente, y el huevo de la serpiente va gestando su eclosión, angustia y desolación, calles de un amor ausente.
[chorus] Está duro el empedrado y el frío adoquín se siente, mientras llora un jubilado calles de un amor ausente.
[verse 5] ¿Cómo poder meditar cuando el maxilar rechina? La zozobra que asesina no permite continuar. Un candil en el altar es este verso insurgente, que derramo en la vertiente del momento cotidiano, mientras lamenta mi mano calles de un amor ausente.
[verse 6] Con el pulso tembloroso mi rapsoda traza espinas, y en solitarias esquinas un brumal celaje esbozo. Queda apenas el carozo de una pasa que silente, se arruga muy de repente mientras espera el final, la acuarela fantasmal: calles de un amor ausente.
[chorus] Está duro el empedrado y el frío adoquín se siente, mientras llora un jubilado calles de un amor ausente.
[verse 1] Un empedrado de antaño, que el tiempo lo fue puliendo, las calles que van muriendo junto a su policromía pintada en dulce poesía orgullo de aquel ayer, adosada en todo haber como una herencia de vida.
Ya no se ven más las chatas rodar por el empedrado, ni el organito plantado en su tarde musical. Los pebetes en su sal rodeando aquella sonora, expectantes a la hora se juntaban a escuchar.
[chorus] Todo, todo ya se fue, quedó colgado al olvido, junto a la arena se ha ido, solo queda recordar... ¿Cómo poder olvidar esta herencia del pasado, este recuerdo clavado? ¡Las calles del arrabal!
[verse 2] Qué hermoso fue el tiempo aquel, esas calles de arrabal, las damas con el percal cruzaban con fina estampa, y el piropo que reinaba del caballero elegante, al paso del inquietante taconear de las muchachas.
Los almacenes de barrio, el farolito, el café, llora un tano en su vejez encurdelado a un recuerdo, ya todo quedó desierto, el taquito militar, y esa flor en el ojal, sombrero, faja, y pañuelo.
[chorus] Todo, todo ya se fue, quedó colgado al olvido, junto a la arena se ha ido, solo queda recordar... ¿Cómo poder olvidar esta herencia del pasado, este recuerdo clavado? ¡Las calles del arrabal!
[verse 3] Los patios del corralón con sus erectos candiles, alumbrando a bailarines, y al son del fueye el fervor, el ritmo de ese fulgor con arpegios orilleros, y en el bajo los malevos jugándose por su amor.
El tira tocando ronda como un arrullo de barrio asegura al vecindario su presencia noche y día como un matiz de porfía recorriendo el arrabal, que entre puerta viene y va chapaleando la neblina.
[chorus] Todo, todo ya se fue, quedó colgado al olvido, junto a la arena se ha ido, solo queda recordar... ¿Cómo poder olvidar esta herencia del pasado, este recuerdo clavado? ¡Las calles del arrabal!
Tango que me hacés felíz, cuando siento esos acordes por tu música que absorbe el genuino sentimiento, de aquel que en todo momento este derrotero marca, lo rico de la alabanza, lo pobre del casto acento.
Humildes son los comienzos, dura la senda emprendida, pero esa flama encendida, alguna vez censurada, no lograron apagarla o arrancarla de su seno, y en virtud signó ese empeño hasta arraigar su portada.
[estribillo] Por eso me hacés feliz, sino que lo diga el mundo, tu rodar meditabundo apasiona continentes, con el arrullo perenne de un errante peregrino y orgulloso por tenerte, te llaman tango argentino.
[interludio] [estrofa 2] Naciste en el arrabal, en el bajo, en las orillas y te abrazaron las minas en los patios de ladrillos bajo aquel farol prendido, alumbrando a kerosén mientras que allá en el trocén la opulencia pegó el grito.
Hace ya muchos deseños nació la luz del legado, desde entonces te llamaron por magos en la creación como tango que es tesón, pena, quietud, alegría, misterio, amor, porfía, e identidad de nación.
[estribillo] Por eso me hacés feliz, sino que lo diga el mundo, tu rodar meditabundo apasiona continentes, con el arrullo perenne de un errante peregrino y orgulloso por tenerte, te llaman tango argentino.
[interludio] [estrofa 3] Tango sos depositario en la sanguínea emoción, con genuina tradición copaste al globo de afecto representando a lo nuestro cual bastión de noble raza y entre cortes y quebradas arengando tu dialecto.
Te bautizaron las dagas en manos de corajudos, cicatrices que al desnudo quedaron marcando un tiempo, mas titilan viejos vientos de lo que ayer fue el repecho, y hoy en bajada ese trecho se viste de frac tu acento.
[estribillo] Por eso me hacés feliz, sino que lo diga el mundo, tu rodar meditabundo apasiona continentes, con el arrullo perenne de un errante peregrino y orgulloso por tenerte, te llaman tango argentino.
[interludio] [estrofa 4] Sobre el Río de la Plata, al pie de nuestra ciudad un bagaje de equidad con rimas, versos, y sones boyan las viejas pasiones del Buenos Aires de ayer, conglutinan nuestro haber con futuras precisiones. Para qué seguir mis rimas y más versos desatados si infinitos son tus lazos que tallan como un cincel, con tu artesano saber, lo corona una sonrisa eterna como nodriza, ¡la de don Carlos Gardel.
[puente] Este es mi humilde tributo por la herencia recibida, si el tango es la vida misma desde el tallo a su raíz, por eso me planto aquí y agradezco sus lecciones e inmerso a esos fragores me motiva a ser feliz.
[estribillo] Por eso me hacés feliz, sino que lo diga el mundo, tu rodar meditabundo apasiona continentes, con el arrullo perenne de un errante peregrino y orgulloso por tenerte, te llaman tango argentino.
AUTOR: JORGE DE LOS ANDES. INTÉRPRETE: IGNACIO ARMANDO (TANGO ARGENTINO)
Vayan abriendo la cancha que el resongo de una orquesta en la portada comenta su longánimo existir... De fondo llora un violín acicalando profundo arpegios meditabundos que nunca habrán de morir.
¡Sí señores! Es el tango la música identidad, ella apunta esa verdad, penas, rencor, y alegrías... La verdadera poesía adosada en cada ser, por eso supo crecer en sus vestes con porfía.
[chorus] Es un étnico existir, un mandato a flor de piel, como el golpe de un cincel de aquel artista que avanza, y es por eso más se ensancha, más y más en su incremento, y como un vital acento ¡vayan abriendo la cancha!
[verse 2] La magia hizo su efecto por los notables creadores, trasnochados soñadores abrazando tantos sueños; perseverando ese empeño prosiguieron su atenuante dejando la voz cantante a través de los decenios.
Nació con el arrabal sobre el río de la Plata bautizado con las dagas de los taitas orilleros, con los tiras, los malevos en los patios de ladrillos con candiles encendidos y el mutis de sus acervos.
[chorus] Es un étnico existir, un mandato a flor de piel, como el golpe de un cincel de aquel artista que avanza, y es por eso más se ensancha, más y más en su incremento, y como un vital acento ¡vayan abriendo la cancha!
Y se instaló en la ciudad como música oficial, seguido en su eco triunfal atesoró continentes... Por todo el mundo latente pregonó con su adjetivo nuestro tesoro nativo ¡la herencia más resurgente!
[chorus] Es un étnico existir, un mandato a flor de piel, como el golpe de un cincel de aquel artista que avanza, y es por eso más se ensancha, más y más en su incremento, y como un vital acento ¡vayan abriendo la cancha!
La mala racha me asiste, Metí la pata, y no es chiste, ¡Cuánto enredo tan absurdo! Donde voy se arma el balurdo, Si, La, Sol, Fa, Mi, Re, Do, la mala racha me asiste, metí la pata, y no es chiste. ¡Qué balurdo que se armó!
[Estrofa 1] Mandé un mail en la oficina por reírme con mi amigo mas, por error del destino a todo el personal se envió, ¡Qué balurdo que se armó!
[Estribillo] Si, La, Sol, Fa, Mi, Re, Do, la mala racha me asiste. Metí la pata, y no es chiste. ¡Qué balurdo que se armó!
[Estrofa 2] Por una copa de más y chusmear lo que no importa, sin querer tiré la torta, y la fiesta terminó. ¡Qué balurdo que se armó! [Estribillo] Si, La, Sol, Fa, Mi, Re, Do, la mala racha me asiste. Metí la pata, y no es chiste. ¡Qué balurdo que se armó!
[Estrofa 3] Quise hacerme el muy forzudo ante un pelo largo y lacio, y me echaron del gimnasio, ¡fue la esposa del patrón! ¡Qué balurdo que se armó!
[Puente] Si, La, Sol, Fa, Mi, Re, Do, la mala racha me asiste. Metí la pata, y no es chiste. Cuánto enredo tan absurdo donde voy se arma el balurdo.
[BIS]
[Estribillo final] Si, La, Sol, Fa, Mi, Re, Do, la mala racha me asiste. Metí la pata, y no es chiste. ¡Qué balurdo que se armó!
Significado de "Balurdo": en el lunfardo de Argentina: Lío, barullo, gresca, entrevero. Situación difícil o problemática. (Diccionario RAE) Interpretó: Ignacio Armando (ARGENTINA)
¡Cuánto tiempo! Hago el balance, para que me alcance este atardecer. La noche va crujiendo en unos pasos, tuve mil fracasos, tropiezo y desdén.
Adioses descosidos en el alma, monedas de calma de amargo dulzor. Y en ese despilfarro de cariño se gastó mi niño, su tonto amor.
[estribillo] Despilfarro, cuánta inocencia tiré por la ventana. Despilfarro, no puedo volver a la mañana. El tren va hacia adelante, y ya no tengo plata, gasté toda ilusión y al pie del terraplén me anuncia el tren que está próxima la última estación.
Gasté mi vida en abrazos y di errados pasos llenos de dolor, la culpa es del almanaque que hoy me canta jaque en un bandoneón.
[estribillo]
Despilfarro, cuánta inocencia tiré por la ventana. Despilfarro, no puedo volver a la mañana. El tren va hacia adelante, y ya no tengo plata, gasté toda ilusión y al pie del terraplén me anuncia el tren que está próxima la última estación.
El tren va hacia adelante, y ya no tengo plata, gasté toda ilusión y al pie del terraplén me anuncia el tren que está próxima la última estación.
I No me tiro contra vos, no, muchacho, no lo creas, si vestir así deseas metele muy dueño sos. Si te gusta llevar dos tajitos en vez de uno no le interesa a ninguno, vos pa' vestir sos muy dueño, ir a la moda es tu sueño aunque la chiven algunos.
II Y te hablo sinceramente, sos digno de admiración, hay que tener condición pa andar en esa corriente. Y aunque bronque mucha gente créemelo, yo te admiro, a veces cuando te miro parao en alguna esquina te dan bolilla las minas y "otros" la van de suspiros.
III Y hay que creer a reventar, el mundo sigue avanzando, atrás nos vamos quedando y el mundo es para el audaz. Y vos viejo, sos capaz de darle hasta con los codos, si nacistes en el lodo y querés ser petitero, [1] metele al tambor de cuero pero, metele con todo.
IV No he de hacer como el cantor que escuché los otros días, a ese tango le metía del que no fué batidor . Y por ahí te escucho yo un tango a vos, petitero y el que nunca fue cañero ahí nomás se deschavaba, que si por el centro andabas, vivís por los Mataderos.
V Manyá qué linda viveza, linda forma de pensar, si no le gusta tu andar o el pelo de tu cabeza. Que si le causa extrañeza tus angostos pantalones, tu peinada a lo Marión o tu forma de vestir, que se deje de batir tu guarida a los botones.
VI Y este mundo es una grúa, levanta de todo un poco, a vos te dirán un loco y pa' mí que sos un púa. Y el que la va de ganzúa junándote sobrador, creelo, que a lo mejor es algún gil a lo gurda que siempre se pone en curda con un vino mi flor.
Autor: Juan Arrestía. (El poeta nochero, de Quilmes)
[1] Petitero.- ARG, coloquial. Hombre joven que, en las decádas de 1950 y 1960, vestía a la moda, pertenecía a una familia distinguida y hacía ostentación de ello. Petimetre, amanerado, joven elegante, afectado concurrente asiduo al desaparecido Petit Café sito en la avenida Santa Fe, próximo a avenida Callao, en su mayor parte estaban domiciliados en el barrio Norte y eran pertenecientes a clases adineradas.