QUÉ PASA EN EL HUECO AZUL
Hay muerte en el hueco azul,
depredación y despojo,
se está tiñiendo de rojo
nuestro piélago de tul.
El ladrón navega a full
en este inmenso dominio,
la pesca es el exterminio
que lidera el gran imperio,
roba el sur y el hemisferio
su crimen: el latrocinio.
Se han lanzado a la conquista
mil asaltantes vulgares,
son piratas de los mares
de la China imperialista.
La nueva guerra se alista
y el botín es muy jugoso,
el tigre, el dragón y el oso
se han propuesto destruir
e instalar un porvenir
totalitario, monstruoso.
El hueco azul, la gran caja
que brilla por sus tesoros,
y entre salitrosos lloros
se inunda nuestra mortaja.
El botín a China viaja
para agigantar sus cobres,
nos quedan ruinas salobres
dejando al mar hecho añicos,
ellos son más y más ricos,
y los argentinos, pobres.
Cada buque factoría
que en las sombras se desplaza,
nuestro océano amenaza
con muerte y alevosía.
Provoca lenta agonía
y su zarpa deja huellas,
cuenta tristes epopeyas
bajo cielos no tan zarcos,
y las noches de los barcos
son diabólicas estrellas.
El hueco azul dice: “¡Basta,
que cese ya su rapiña!”
La Argentina es una niña
ultrajada y no más casta.
Ese monstruo la devasta
en el mar y en suelo seco,
y en mi denuncia no peco
cuando en versos digo el crimen
por los millones que gimen
y el saqueo de este hueco.
depredación y despojo,
se está tiñiendo de rojo
nuestro piélago de tul.
El ladrón navega a full
en este inmenso dominio,
la pesca es el exterminio
que lidera el gran imperio,
roba el sur y el hemisferio
su crimen: el latrocinio.
mil asaltantes vulgares,
son piratas de los mares
de la China imperialista.
La nueva guerra se alista
y el botín es muy jugoso,
el tigre, el dragón y el oso
se han propuesto destruir
e instalar un porvenir
totalitario, monstruoso.
que brilla por sus tesoros,
y entre salitrosos lloros
se inunda nuestra mortaja.
El botín a China viaja
para agigantar sus cobres,
nos quedan ruinas salobres
dejando al mar hecho añicos,
ellos son más y más ricos,
y los argentinos, pobres.
que en las sombras se desplaza,
nuestro océano amenaza
con muerte y alevosía.
Provoca lenta agonía
y su zarpa deja huellas,
cuenta tristes epopeyas
bajo cielos no tan zarcos,
y las noches de los barcos
son diabólicas estrellas.
que cese ya su rapiña!”
La Argentina es una niña
ultrajada y no más casta.
Ese monstruo la devasta
en el mar y en suelo seco,
y en mi denuncia no peco
cuando en versos digo el crimen
por los millones que gimen
y el saqueo de este hueco.