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16 de abril de 2024

LICUADO DE FRUTAS

 

LICUADO DE FRUTAS

 

De los árboles frutales
de la vera de las rutas,
haré un licuado de frutas
con miras medicinales.
No necesito hospitales
ni difícil tratamiento,
si bebo el medicamento
frutal del árbol doctor,
de saludable sabor,
natural ciento por ciento.
 
La receta es muy sencilla
y preste atención, señora:
Cómprese una licuadora,
¡qué artefacto maravilla!
Tenga a mano en su vajilla
un cuchillo de cortar:
Un durazno va a pelar
y le quita su carozo,
córtelo en pequeño trozo
y va al vaso de licuar.
 
En pedazos una pera
dará al batido dulzura,
vuelque un vaso de agua pura
más la fruta que prefiera.
Eche una banana entera
y frutilla en pedacitos,
jengibre en trozos chiquitos,
pizca de cúrcuma a gusto,
es el componente justo
de ingredientes exquisitos.
 
Después, jugo de un limón
tendrá efecto positivo,
le dará riel curativo
y al hígado, protección.
Completará la ración
para la “C” Vitamina,
la naranja o mandarina
sin semilla y bien pelada,
grande, dulce, anaranjada,
del jardín de Evangelina.
 
Ya se licua el contenido
que se degusta sin culpa:
Batir agua, jugo y pulpa
es un deleite al oído.
El brebaje producido
por los frutos de la flor,
tiene el más rico sabor
y a la salud da armonía,
un licuado cada día
ahuyentará del doctor.
 
Sirve para adelgazar
y da reloj al abdomen,
¡ya verán cuando lo tomen
cada día este manjar!
Gracias dará el paladar
y un organismo sin males,
son pócimas ancestrales
cosechadas en mil predios,
y están entre los remedios
de los árboles frutales.
 
© Rubén Sada. 16/4/2024.
 
Mi receta de LICUADO DE FRUTAS EXQUISITO para dos personas:
 
Un durazno.
Una pera.
Una banana.
Un limón exprimido.
Una naranja o mandarina.
Un kiwi o tres frutillas (opcional).
Un vaso de agua pura (fría).
Un trocito de jengibre.
Una pizca de cúrcuma.
 
Licuar todo durante al menos dos minutos.
Tomar un vaso por día durante un mes.
 

30 de septiembre de 2023

EN MI ÁRBOL DE CRISTAL


 
EN MI ÁRBOL DE CRISTAL

En mi árbol de cristal
guardo los frutos más puros,
que logré estando en apuros
al vencer con bien el mal.
La potencia colosal
que a la iniquidad escombra,
fuerza del cielo que asombra
me ha regalado un laurel
y he plantado en mi vergel
un árbol que no da sombra.

En su copa besa el viento
a mil hojas encantadas,
son las páginas doradas
del Edén del sentimiento.
Aunque un alud de tormento
y su granizo brutal
a veces me trató mal
y me aplicó el bisturí,
yo sigo feliz aquí:
en mi árbol de cristal.

Su raíz, más bien profunda
sanos principios arraiga,
para que el tallo no caiga
y en el pantano se hunda.
Su genética fecunda
lleva un legado troncal
y su producción frugal
me bendijo con fortuna,
y hay brillo con cada luna
en mi árbol de cristal.

Una corteza de amianto
resistente a las hogueras,
me dio flor de primaveras
para vencer al quebranto.
Cinco flores y un encanto
fueron festejo nupcial,
que me aislaron del cardal
y dan dulzura a mi labia,
hay centelleante savia
en mi árbol de cristal.

Pero el hachero me busca
para aplicarme su tala,
mientras esquivo la bala
de su voz hiriente y brusca.
Me riega un agua blancuzca
de nutriente amor filial,
y en mis ramas un zorzal
sigue trinando poemas,
la verdad está en sus yemas,
en mi árbol de cristal.

© Rubén Sada. 30/9/2023.

 

25 de junio de 2022

EL ÁRBOL DE MANDARINA

 


EL ÁRBOL DE MANDARINA
 

Nunca he visto mandarina
más gigante y más hermosa
que las del árbol de Rosa,
en su mano, Evangelina.
Desde azahares germina
este prodigio frutal
y en sus flores de percal
bailotean mil abejas,
fecundando candilejas
con perfume angelical.
 
Y aparecen por doquier
estrellas matiz naranja
celadas desde una franja
del cielo al atardecer.
¿Cómo ha podido crecer
esta joya de opalina
de dulzura cristalina?
Aunque ayuda poda y agro,
creo que ha sido el milagro
de semilla a mandarina.
 
Tanto dulce jugo tiene
su aurora de pulpa innata,
que ni el Río de la Plata
tanto líquido contiene.
Su brillante piel mantiene
la variada vitamina,
la salud, la medicina
más eficaz y oportuna,
que de verdad esta es una
¡princesita mandarina!
 
Por esto he de agradecer
a su mano habilidosa,
y a su bondad generosa,
Rosa Eva Balaguer.
Dios bendiga su quehacer
en el centro de Argentina,
cerca de un sol que ilumina
cada árbol del jardín,
usted reina y el festín
lo hacemos con mandarina.
 
© Rubén Sada. 25/06/2022.


21 de mayo de 2022

EL FRESNO ÁUREO

 


*EL FRESNO ÁUREO*

Queriendo imitar al sol
y alcanzar un podio láureo,
un fresno se tornó áureo
y creció en cada arrebol.
Flanqueado por un bemol
trino alerta de zorzales,
tiñó todos sus ramales
de un dorado casimir…
¡Su copa quiso vestir
del color de los trigales!

Entonces le pregunté
pretendiendo ser su amigo:
—¿Acaso quieres del trigo
el color de su quinqué?
Del alto fresno escuché:
—¡No me tales! Te soy franco:
Quiero ser “Banco”, no “banco”.
Por eso guardo el tesoro
y en mi copa tengo el oro
que en otoño al sol le arranco.

Fui genética semilla
encapsulada en la sámara,
y volé hasta la recámara
de la tierra en una orilla.
Hoy mi hermosa copa brilla
con un dorado vestido
pero aguanto un atrevido
viento otoñal que desnuda
y despoja en forma ruda
mi riqueza de un soplido.

Mi dorado toca el cielo
y mis ramas colosales
se propagan proverbiales
descolgándose en un velo.
Caen una a una en vuelo,
¡son cadáveres de guerra!
Mientras mi raíz se entierra
en el mantillo carroño,
y derramo en cada otoño
gotas de sol en la tierra.

Hoy tengo miedo al invierno
que con aliento canalla
me desviste, me avasalla
y amenaza el brote tierno.
Con mi resguardo paterno
tantas aves protegí,
al zorzal y al colibrí
yo les di mi protección,
fui del planeta pulmón
y hoy me toca el turno a mí.

Al verlo tan compungido
y cada día más triste,
mi voz lo abrazó: “¡Persiste!
¡No has de darte por vencido!
¡Aguanta! ¡Mantente erguido!
Ya pasarán tus reveses,
solo has de esperar tres meses
la naciente primavera
y una fresca regadera
te hará revivir con creces”.

Rubén Sada. 21/05/2022. PROSOPOPEYAConsiste en atribuir cualidades propias de un ser racional o animado a otro inanimado. Como en este ejemplo en que el fresno dorado dialogó conmigo.

20 de febrero de 2022

UN ÁRBOL SIN UNA FLOR


*UN ÁRBOL SIN UNA FLOR*

(PIE FORZADO FLOTANTE 1-10)

*—Rubén Sada— (1)*
*Un árbol sin una flor*
es la tristeza del suelo,
no puede imitar del cielo
la belleza ni el color.
Mas, cuando un nido cantor
busca refugio en su rama,
ya por corolas no clama
pues despierta matinal
con el canto de un zorzal
y se olvida de su drama.
*—Eladio Castillo— (2)*
Solo queda en mi jardín
*un árbol sin una flor*,
pero está lleno de amor
si el amor abunda al fin.
Y se vuelve polvorín
los días de su pasar,
si al volver de trabajar
vuelve todo a florecer,
si miro que mi mujer
es el polvo de mi hogar.
*—Joel Rojas— (3)*
Soy sin armas, paladín
una nave sin motor
*un árbol sin una flor,*
un descuidado jardín.
¿Por qué soy un árbol sin
una flor? Es evidente
que sin ti, mi remanente
de optimismo ya no existe
aunque mi alma se resiste
y no lo acepta mi mente.
*—Poeta Baldor— (4)*
Te marchaste y un dolor
sembraste en mi pecho abierto
pues solo quedó en mi huerto
*un árbol sin una flor.*
No sé si será un señor
confiar en otros amores
pero en los alrededores
aún no logran encontrar
un lugar para sembrar
nuevos árboles con flores.
*—Joel Márquez Sánchez— (5)*
Aquí estoy y alrededor
de mi bosque neuronal
no se ve la principal
flor con el mejor olor.
*Un árbol sin una flor*
hoy soy por tu indiferencia,
pero me enfrento a la audiencia
de tus desplantes curiosos
que suelen estar nerviosos
cuando sienten mi presencia.
*—Rubén Sada— (6)*
El jardín de la tristeza
está en silencio y opaco,
y en un caminito flaco
no hay rosal ni gentileza.
¡Marchita naturaleza!
*Un árbol sin una flor*
precisa de un gladiador
con su espada colibrí,
con cuyo néctar rubí
polinizar el verdor.
*—Eladio Castillo— (7)*
Soy planta en el sequedal
que en el guadal ha nacido,
pero sí estoy convencido
y atiéndalo cada cual.
Soy planta dentro el corral
que aguanta cualquier calor,
*un árbol sin una flor*
soy en mi patria argentina,
soy un árbol con espina
acostumbrado al rigor.
*—Joel Rojas— (8)*
Mi poética oratoria
quedó cual falso rubí,
dejé un huerfanito ahí
como una mancha en la historia.
Mi viaje en ambulatoria
situación causó un tropiezo
y quedó por causa de eso
*un árbol sin una flor*
cuál huérfano sin amor
que extraño un último beso.
*—Poeta Baldor— (9)*
Soñé con volverme un mito
desde que estaba pequeño
y al despertar de ese sueño
soy solo un jardín marchito.
Por más que escribo y que grito
de exagerada manera
ya sabe la tierra entera
que yo soy, con mi labor,
*un árbol sin una flor*
durante la primavera.
*—Joel Márquez Sánchez— (10)*
Sí, de sobra ya se sabe
que por mi apariencia extraña
entre llanura y montaña
mi respiración es grave.
Me he convertido en la clave
del acierto y del error
que cuando caminan por
la arboleda de la vida
ven de mi tronco suicida
*a un árbol sin una flor.*
*—20/02/2022—*

22 de mayo de 2021

MI BARRIO TIENE COLORES

 

MI BARRIO TIENE COLORES

 

Mi barrio tiene colores
que lo hacen el más lindo,
ante tal vista me rindo
y le rindo mis honores.
Hojas que parecen flores
desde el ocre hasta el carmín,
se obsequian como un festín
al ojo más exigente,
un paisaje que es afluente
de maravillas sin fin.
 
Mi barrio es una paleta
en las manos de un pintor
cada árbol le hace honor
a su pincel de poeta.
Mi barrio es una completa
pintura bien policroma,
pinta un tremendo diploma
al creador de esta tesis,
me incita a crear poiesis
con el color del idioma.
 
Mi barrio tiene colores
del verde al morado intenso,
el otoño y su comienzo
me corona con ardores.
Con atractivos primores
de algún bermellón lascivo,
besa mi paisaje altivo
y es su savia sangre mía,
en sus ramas de poesía
me doy cuenta que estoy vivo.

Mi barrio tiene colores
que lo hacen especial,
cada otoño es un ritual
que oxida bellos verdores.
Del verano y sus ardores
solo queda el tornasol
que en cada copa es crisol,
mezcla de pasión y apego
emulando el tibio fuego
que le ha regalado el sol.
 
Mi barrio es la maravilla
aun los días que la lluvia
va haciendo crecer la rubia
espiga de una gavilla.
Una alfombra a la semilla
le pone la piel del trigo,
la protege con su abrigo
y la impulsa a germinar,
para nutrir cada hogar
en la mesa como amigo.
 
Mi barrio tiene colores
que nunca voy a olvidar,
porque fue el santo lugar
donde yo recibí amores.
Y hoy que soplan estertores
en que la tristeza pinta,
desde un alma que está encinta
siento dolores de parto,
por partir, no lo descarto,
hacia una tierra distinta.
 
© Rubén Sada. 22/05/2021.

13 de abril de 2021

CINCO MINUTOS EN EL PARAÍSO (Un cuento de Rubén Sada)

 


*CINCO MINUTOS EN EL PARAÍSO*

 

Una brisa le acarició el recuerdo con la fragancia de los paraísos de la vereda. Faltaban solo “cinco minutos” para que su pequeña hija saliera del jardín de infantes.

Mientras la esperaba, el joven padre se bebía todas las flores de su propia niñez debajo de los paraísos de la cuadra, en correrías a la “escondida” o a la “mancha”, junto a sus vecinitos. Calmo y en la sombra, este aroma floral lo devolvía a su pequeña infancia...

Un “déjà vu” lo trasladó al mismísimo momento en que se puso a juntar las pelotitas que expulsan estos perfumados árboles, compitiendo con su vecinito para ver quién juntaba más en menos tiempo como si fueran “monedas”, en un pequeña caja fuerte de nylon.

A lo lejos se oía la algarabía de los niños adentro del jardín, mientras miró el reloj para descubrir que ahora faltaban “cuatro minutos”. Y volvió a “su” vereda. Ahí estaba Pablito y él lo consolaba por una quemadura que había sufrido con unos cohetes hacía un mes, en Navidad. El olor a pólvora quemada del muñeco, todavía estaba fresco en el asfalto de la calle cortada en la que quemaron al año viejo. Multitudes de vecinos salían con una copa en la mano a brindar en la calle por un año mejor.

Miró el reloj. Faltaban “tres minutos”. Volvió “al campito” donde junto a Juancito remontaban barriletes con cartas para la madre fallecida de su vecinito. Como si ella misma le respondiera desde lo alto, escuchó a su propia madre llamarlo adentro para tomar la leche de la merienda. Descolgaron el barrilete y al acercarse a la puerta de la casa, se respiraba ese dulce olor a cascarilla caliente. Atrás quedaban el otoño, el viento y el aroma de los paraísos: ahora solo importaba el gusto a chocolate que impregnaba sus sentidos y los biscuits que remojaba en él.

Miró de nuevo su muñeca y el reloj marcaba que faltaban solo “dos minutos” para que su muñequita le gritara “papá”, con un abrazo efusivo. Mientras pensaba en su hijita, volvió a la vereda de su paraisal. Había llovido y ese olor a tierra mojada lo hizo viajar hasta allí. Escondiéndose detrás de un tronco, se patinó en el barro y sangró su rodilla, pero ¡qué recuerdo gracioso! Aunque del susto, en ese momento lloraba sin consuelo. Pero su mamá lo escuchó y le puso alcohol y una gasa, ¡para qué! El llanto fue incontrolable. Al recordarlo veinte años después, una medialuna acostada de nostalgia le dibuja la boca.

El reloj pulsera acusaba de que llegaba al final del viaje. En un minuto saldría su pequeña hija y él volvería a su rutina de familia y negocios. Pero en vez de eso, volvió a su infancia al ver pasar a su lado a la mamá de un chico, sosteniendo un ramo de arvejillas en la mano, para obsequiarle a la maestra. ¡Arvejillas! ¡Cuánto añoró el perfume de la enredadera de arvejillas del frente de su casa! Algunas madreselvas y las magnolias del pasillo, le daban al patio del frente un sabor a infancia nunca más revivido. Y en el fondo de la casa, una parra de uvas verdes perfumaba el patio de su niñez...

  —¡Dios! Cómo quisiera volver allá. ¡Qué lindos recuerdos me trajo este olor! Estaría todo mi tiempo bajo este árbol. Su sombra me hizo encontrar el sol de mi niñez, y volví a vivir cinco minutos en el paraíso.

© Rubén Sada. 10/04/2021.


11 de abril de 2021

A UN FICUS SIEMPREVERDE

 

A UN FICUS SIEMPREVERDE

 

¡Cómo no habré de admirarte,
“Benjamina” “siempreverde”,
si ni un segundo se pierde
al pararse a contemplarte!
“Ficus”: Quiero aquí halagarte
con estas letras, semillas,
en las mismas diez casillas
con que jugué a la rayuela,
y hoy dedico esta espinela
a apreciar tus maravillas.
🌳 
En el estío que escalda
a la ciudad y el asfalto,
tu orgullo exhibes en alto
con paraguas de esmeralda.
La bienvenida es guirnalda
de esperanza en todo hogar,
y en esta selva solar
las palomas dan su arrullo,
y entre el viento y su murmullo
las refresca tu collar.
🌳 
Tu riqueza es joyería
de piedras preciosas verdes,
y al terrón tosco le muerdes
malaquitas cada día.
Vas llenando tu alcancía
de mosaiquitos de sombra,
pieza a pieza ¡cuánto asombra
que armaste un rompecabezas
que con millones de piezas
dan frescor, vida y alfombra!
🌳 
¡Cuánto envidia ese de enfrente
tu contrarresto al dióxido!
Él se ha teñido de óxido,
¡su calvicie es inminente!
Tú lo saludas, sonriente
desde tu eterno verdor,
equilibrando el calor
que en cada diciembre empieza...
¡Bendita naturaleza
que te ha dado el Creador!
🌳 
Bajo tu sombra, tranquilo
he de saborear mi mate,
por tal, te agradezco, “amate”,
que das más sombra que el tilo.
En los tiempos del bacilo
y de tanta enfermedad,
quiero llegar a tu edad
con igual reverdecer,
pues tengo mucho que hacer...
¡Sueño tu perennidad!
🌳 
Hoy te canto, “ficus higo”
y a tu higuera homenajeo,
un botánico gorjeo
que con versos te prodigo.
Considérame tu amigo
igual que ves a la avispa,
que al polinizarte crispa
tu fruto-flor y lo muerde...
¡Tu robustez siempreverde
me inspiró, prendió mi chispa!
🌳🌳🌳 
© Rubén Sada. 11/04/2021.
 
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10 de abril de 2021

A UN GUARÁN AMARILLO

 

A UN GUARÁN AMARILLO

“Tronadora”, que al pasar
me saludaste con brillo,
¡cuánto admiré el amarillo
de tu copa circular!
Bebiste todo el manjar
del sol en un solo trago,
y hoy soy yo el que me empalago
cuando admiro tu belleza,
tu corola de princesa
merece todo mi halago.
 
Amanece y tus trompetas
ya anuncian el nuevo día,
y entre brisas de alegría
bailan tus flores inquietas.
Hay volátiles siluetas
y un gracioso pajarillo,
que en tu rama, “lapachillo”,
trina y trina con afán,
también admira, “guarán”,
igual que yo, tu amarillo.
 
Vanidad de vanidades
ve pasar tu humilde copa,
de algunos que de su ropa
se jactan en las ciudades.
Dios te vistió con bondades
y tú cumples con su rol,
desde el alba al arrebol
tu gala no te da abasto,
¡si hasta regalas al pasto
gotas prestadas del sol!
 
Hoy te premio con mi idioma,
que igual no alcanza a expresar
la hermosura del altar
de tu dorado genoma.
Me gustas mucho, “tecoma”,
pues tu presencia en mis calles
me hace resistir los ayes
para subir con pujanza
mil montañas de esperanza
aunque hoy ande en los valles.

Yo vindico tu color,
no te adulo ni te embauco,
va a ti mi homenaje, “sauco”
con saludo “tronador”.
¿Dirás que soy soñador?
Si es que solo tengo un sueño,
y fue este canto halagüeño
nacido al verte en la calle,
quien logró que el verso estalle
elogiando tu diseño.
 
Sigue cuidando, guardián,
cada gotita de sol,
y acapara en tu crisol
oro en perlas de azafrán.
Festejaré con champán
y un sabroso bocadillo,
si en un fugaz veranillo
de nuevo premias mi vista,
doy loor al “Gran Artista”,
por ti, “guarán amarillo”.
 
© Rubén Sada. 10/04/2021.

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12 de marzo de 2021

TU BELLEZA ME EMBORRACHA

 

TU BELLEZA ME EMBORRACHA

 

Me detuve unos instantes
pues me embargó la emoción,
cuando te presté atención
igual que los caminantes.
Ante tus flores radiantes
más lindas que una muchacha,
un desperdicio de 'facha'
me hizo admirar tu grandeza,
y me embriagó tu belleza...
¡La belleza que emborracha!
 
Te llaman “palo borracho”
por tu forma de botella,
pero en mi retina, huella
me provoca tu apapacho.
¡Si hasta te envidia el lapacho,
y el ceibo te tira un mimo!
Aunque mi cerebro exprimo
no he llegado a comprender
cuán bello has llegado a ser
y hoy mi elogio no escatimo.
 
Colosal “ceiba speciosa”
que engalanas la ciudad,
vistiendo con tu beldad
la calle hasta hacerla hermosa.
Con tu madera espinosa
te escudas de los adversos,
cuidando tus universos
llenos de flor de algodón,
hoy te canta mi expresión
con la humildad de estos versos.

¿Cómo puede un barrigudo
tener flores tan preciosas,
que hasta las más bellas rosas
sienten su cáliz, desnudo?
Tus flores me dejan mudo
y me anonada el color,
se me altera el estertor
cuando mi asombro predica
tu altura, que magnifica
la grandeza del amor.

Esa lindura me embriaga
y es licor a mi visión,
me remienda el corazón
de la pena y de la llaga.
Mi espinela aquí te halaga
y en décimas me despacho,
te admiré siendo muchacho
y aún me embelesas hoy,
que doy las gracias que estoy
en tu sombra, “árbol borracho”.
 
En tus pétalos hay seda
mas para el que agrede hay pinches,
digo al ver: ¡Somos compinches!
¡El mismo ser nos hospeda!
Nuestro vientre se aboveda
y nuestra flor se despacha,
aunque hay belleza es bien macha
y por eso va mi apodo
de ser "Florido beodo":
“¡Tu belleza me emborracha!”
 
© Rubén Sada. 11/03/2021.
 Foto de la flor del Palo Borracho:


29 de enero de 2021

FLORIDO CRESPÓN DE ENERO

 

Crespon, espumilla, lila japonesa o árbol de Júpiter

FLORIDO CRESPÓN DE ENERO

 

Florido crespón de enero
que en generosa simpleza,
vas prodigando belleza
al costado del sendero...
Hoy homenajearte quiero
con la mejor intención,
por la hermosa creación
y matiz que dan tus flores,
ramilletes de colores
a la vista: ¡Bendición!
 
Fucsia, lila, blanca o roja
es tu generosa ristra,
y la abeja te registra
porque allí su glosa moja.
Tu abundancia se le antoja
más que rosa o que clavel,
tus candores son vergel
y a tu copa exuberante
no le ha de faltar amante
ni una obrera de la miel.
 
Te cela hasta el cardenal
pues jamás en su copete
hubo tanto colorete
como en tu crespón coral.
Y tu lila celestial
al sol despierta un anhelo,
cuando se imagina el vuelo
en tu igual policromía,
y le da ganas, de día,
de ser arrojado al cielo.

La paloma mimetiza
sus plumas de pelo blanco,
con crespones de tu flanco,
grumos de nieve o de tiza.
Tu crespón fucsia me hechiza
porque es el más llamativo,
de admirarlo no me privo,
me hipnotiza tu glamour,
tengo fortuna y albur
y al verte me siento vivo.
 
En tus brazos de artesano
se hamacan todas las aves,
y en verano brisas suaves
cubren de flores el llano.
El césped del suelo urbano
se tiñe como tu sombra,
te va rodeando una alfombra
cual carrusel de ilusión,
y en este canto, crespón,
mi poesía te nombra.
 
Pero enero ya se va
y comienzas a oxidarte,
temo que tu fugaz arte
en el otoño, huirá.
¡Qué lástima! Pues quizá
febrero te dé problemas,
marzo oxide tus diademas
y en un rapto de infortunio,
el viento ladrón de junio
te despoje de tus gemas.
 
© Rubén Sada. 29/01/2021.


Con tu visita yo vibro./ Tu regalo apreciaré,/y te obsequiaré mi libro/ si me invitas un café.

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