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4 de febrero de 2024

LA ESCUELA DE LA CALLE

 


LA ESCUELA DE LA CALLE

[1]
La calle ha sido mi escuela y aprendí mucho, aseguro,
fue donde forjé el futuro y el final de mi novela.
Me clavó más de una espuela mientras me dio de comer,
cada nuevo amanecer yo me presenté en su aula,
los barrotes de su jaula son pizarra del saber.

[2]
La calle me abrió los ojos en mañanas de arrebol,
allí vi nacer el sol y escuché a los petirrojos.
Madrugadas con abrojos que dieron sangre a mi herida
y alguna calle florida también me reconfortó,
al respirar el olor en el jardín de la vida.

[ESTRIBILLO]
La calle fue la academia de mi mente autodidacta,
y mi aprendizaje extracta el elogio y la blasfemia.
Hoy, que la vejez me premia no puede ser que desmaye
o hacer que en silencio acalle por migajas, la verdad,
yo nutrí mi libertad en la escuela de la calle.

[3]
La calle fue mi maestra y agradezco su enseñanza,
me dio bienaventuranza o fue asesina siniestra.
Bien y mal hubo en su diestra y cuando intentó matarme,
siempre conseguí escaparme esquivando el fuego gris
de este maldito país que se empecina en odiarme.

[4]
Respiré bosta y gasóleo y enfrenté a más de un bulldog,
me obligó a beber su smog y me alimentó a petróleo.
Fue de Boticelli el óleo donde retrató al infierno,
me heló la sangre su invierno y me asé en cada verano,
el diploma de baqueano tiene YECA en el cuaderno.

[ESTRIBILLO]
La calle fue la academia de mi mente autodidacta,
y mi aprendizaje extracta el elogio y la blasfemia.
Hoy, que la vejez me premia no puede ser que desmaye
o hacer que en silencio acalle por migajas, la verdad,
yo nutrí mi libertad en la escuela de la calle.
🚗

© Rubén Sada. 4/2/2024.

 



19 de junio de 2023

LA ESTATUA

 

LA ESTATUA

 

Una estatua en esa esquina
a la intemperie reside,
y en el semáforo pide
una flor y obtiene espina.
La marea peregrina
de la gente pasa y pasa,
y ella sueña con la hogaza
que le calme la demencia,
en la calle indiferencia:
*aquella esquina es su casa.*
 
La estatua ofrece limpiar
los vidrios en forma audible,
pero creo, es invisible
a los autos del lugar.
Porque piensan en llegar
a empleos de paga escasa,
mientras la inflación arrasa
y depreda los bolsillos,
entre la niebla y los grillos,
*aquella esquina es su casa.*
 
A veces pulsa su mano
un cartón de letra muda,
que grita pidiendo ayuda
con la fuerza de un anciano.
Adorna el paisaje urbano
y cuando el calor la abrasa,
va a la fuente de la plaza
para refrescar ideas,
no importa que no la veas,
*aquella esquina es su casa.*
 
A veces hay baratijas
que ofrece a los transeúntes.
¿Qué son? Mejor no preguntes.
No lo saben ni sus hijas.
De inviernadas sin cobijas
se burla su piel payasa,
y el almanaque atenaza
sus manos duras de frío,
aun con tránsito vacío,
*aquella esquina es su casa.*
 
Y hace algún malabarismo
aunque en un circo no está,
come pan duro y chipá
con humor y hasta optimismo.
Todos los días lo mismo
mientras la ilusión retrasa,
la luna viste de gasa
y en abandonado coche
ha estacionado su noche:
*aquella esquina es su casa.*
 
© Rubén Sada.  19/06/2023.

5 de diciembre de 2022

PAISAJE URBANO

 

PAISAJE URBANO
 

[1]

Deambulo por la ciudad, mezcla de bosta y gas-oil,
mezcla de smog y cartón, letanía y soledad.
Vago errante en la metrópoli, cóctel de humo y alcohol,
coplas de triste pasión, de desprecio y desamor.

Miro a la gente pasar sin que esto me perturbe,
veo agitada a la urbe y hay latido en el lugar.
Placebos marca Qatar adormecen a la masa,
mientras al país arrasa un saqueo a corto plazo,
hoy no gané ni un abrazo y la gente pasa, pasa.

[2]
Gigantescos ataúdes, mil colosos de cemento
que se yerguen muy conspicuos penetrando el negro cielo,
con señores que están vivos y esclavos que viven muertos,
fabricando para otros más toxinas, más venenos.

Un jazmín se quiere abrir para enmascarar el tufo,
pero aparece un tartufo y le aplasta el porvenir.
Tan solo pide existir en el centro de la plaza,
mas, la abulia lo atenaza y marchita su influencia,
le han abortado su esencia y la gente pasa, pasa.

[3]
Ordenadas se nos muestran disciplinadas colmenas,
conteniendo vida y muerte, festejando triunfo y pena,
esfumando la esperanza del que espera, del que sueña,
para poder perpetuar lo frágil de este sistema.

Degradación y miseria conviven en la ciudad,
de cartón la realidad y otros hambre y periferia.
Cuando rige una bacteria con materia gris de grasa,
la verdad es perla escasa y el futuro un negro ocaso,
uno administra el fracaso y la gente pasa, pasa.

[4]
Momentos fugaces sacan, que irán al fondo de la cloaca,
y la muerte como trampa, ríe, acecha, me amenaza,
llevándoles sucias aguas al fondo de la garganta,
tapando de humo el pulmón, mientras un bosque se tala.
 
Luego un pájaro cantor con su guitarra a la gorra,
en una latita ahorra los útiles de un doctor.
Bronceado está, del calor y la esquina que lo asa
ríe su burla payasa pero él, con melodía
quiere triunfar algún día y la gente pasa, pasa.

[5]
Calles llenas de basura son el paisaje de hoy.
Unos tiran, otros juntan para así sobrevivir.
Los indigentes se matan por un poco de cartón,
y los pudientes cometen toda clase de exacción.

¿Qué contaré del heraldo con una caja en el torso?
El tiempo le muestra el dorso sin propinas ni aguinaldo.
En su espalda corre un caldo que al sacrificio se abraza,
mientras sueña con la hogaza de la pedaleada digna,
cumple bien con su consigna y la gente pasa, pasa.

[6]

Conviven en la ciudad el retraso y el progreso,
y los pobres a caballo, de la basura hacen guiso,
y convierten en occisos a envejecidos débiles,
y nadie es casto ni célibe y de la ley: caso omiso.

De repente una estampida que hace a mil perros ladrar,
tiñe de rojo el lagar y de sal a una partida.
La luna asoma vestida con su mortaja de gasa,
y el silencio reemplaza al ruido de la conciencia,
en la calle indiferencia, la vida se pasa, pasa...

 
© Rubén Sada. 5/12/2022.
Fusionado con el poema "Bosta y gasoil" escrito el 2/5/2012 y transformado en canción.

16 de febrero de 2019

LA UNIVERSIDAD DE LA YECA

LA UNIVERSIDAD DE LA YECA

Tengo muy buena actitud
para ser autodidacta,
y siempre mi mente pacta
con el "saber", ¡qué virtud!
Hay que tener aptitud
y darle buena acogida,
sabiduría extendida
viene del saber vivir,
será bueno discernir
¡qué gran escuela es la vida!

Doy a todos el buen día

en una ciudad que es gris,
quiero ver gente feliz
en calles de poesía.
La estrofa en décima es guía
y me pongo a practicar,
su enunciado ha de alumbrar
entre tantos varios vicios:
¿Cuáles son los beneficios
y el gran valor de estudiar?

¿Por qué mejora el estudio?
¿Un buen alumno es maestro?
Estudiar es algo diestro,
y esto yo no lo repudio.
En el lluvioso interludio
de esta cálida estación,
mi duda se hace canción
y reitero en preguntar:
¿Por qué tengo que estudiar?
¿Qué cosa es la vocación?

Leer mucho es beneficio,
mejor media hora a diario,
estudiar el diccionario
es el más buen artificio.
Escribir es un oficio
que al futuro no hipoteca,
conozco mi biblioteca,
puedo mostrarla y no es broma
tengo un vivencial diploma
en la Escuela de la Yeca. (*)

Será la universidad
de la Yeca, la que adopto,
en la escuela por la que opto
debo poner voluntad.
Reflejar la realidad
y aprender, siempre aprender,
olvidando el negro ayer,
mientras cumplo con mi rol,
porque siempre saldrá el sol
de este nuevo amanecer.

Existen mil "vocaciones"
en el alma de la gente,
está quien dice “presente”
y se destaca en sus dones.
Hay quien le pone pasiones
al fútbol y se hace arquero,
está el famoso enfermero
con vocación, o doctor,
y también el profesor,
el albañil o el plomero.

Lo aprendido nunca alcanza,
siempre hay tiempo de aprender
tierra fértil el saber
y hay que darle a la labranza.
Cultivar el tiempo a ultranza
para poder adquirir
esa ciencia del vivir,
el tiempo, sino no rinde,
ya descansaron el “finde”,
ahora pónganse a escribir.

El saber no ocupa espacio
que hay que sacar de otra parte,
hay que darle tiempo al arte
más valioso que un palacio.
Ir trabajando despacio
un lugar en la llanura
y un árbol de gran altura
crecerá de maravilla,
si siembras noble semilla:
la del arte y la cultura.


© Rubén Sada. 11 de febrero de 2019.

* Yeca. En lunfardo es "Calle".


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