Nuestro mundo es la manzana
nadando en mar de compota,
voy bebiendo cada gota
de vida en cada mañana.
La tarde dulzura emana
porque tengo la fortuna
de una cabellera bruna
que destila mil derroches,
y me regala en las noches
el azúcar de la luna.
Entre sábanas revueltas
y tu enagua, santo tul,
volamos un cielo azul
lleno de palomas sueltas
Mil caricias van disueltas
en una pasión que flota,
sorbo a sorbo se alborota
el amor más ejemplar,
con el más dulce manjar
de una noche de compota.