EL BADAJO
Mi lengua es el badajo
que suena en la campana
poniendo en la mañana
garganta al corazón.
Y mientras yo trabajo
tristezas y alegrías,
canciones, melodías
palpitan con mi gong.
Mi lengua es el badajo
que vibra en la conciencia,
temblando con la esencia
del norte cardinal.
Conservo buen legajo
de olvidos y memoria
en sorbos de mi historia
que bebo desde un grial.
Mi lengua es el badajo
que azota al bronce tieso,
así despierta el seso,
la aurora del sostén.
El sol nació de abajo
y crece en la pupila
la espada que vigila
la entrada del Edén.
Mi lengua es el badajo
que como alarma grita,
y cada gongo agita
un manto resplandor.
Y encuentro un buen atajo
al paso del camino,
trepida mi destino
de bardo soñador.
© Rubén Sada. 28/7/2023.