EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE

Tengo un amigo sincero 

y es un perro turulato 

no es un perro mentecato 

y me cuida con desvelo 

vive con mucho celo 

mirando muy desconfiado 

que no se va de mi lado 

ni de noche ni de día 

de todos él desconfía 

mirando como alocado. 

A veces mueve su rabo 

es porque viene un amigo 

pues me avisa del arribo 

con el hocico empinado.

Es un perro listo y bravo 

y me sigue a todas horas 

haciendo que mi señora 

lo mire con desagrado 

entre ellos poco halagos 

entre el perro y mi dadora. 

Hace poco yo dormía 

profundo en mi descansar 

sentí mi perro ladrar 

y algo extraño sucedía. 

Aguzado aquel vigía 

al monte corrió en su trote 

por alguien que se escondía 

y algo en mi mente decía 

que era mi propia mujer 

huyendo de mí al galope. 

Mi perro me dijo entonces 

ella huye y yo me quedo 

yo te cuido y no me alejo, 

¿Qué me dices que respondes? 

Yo le dije ¿Hasta dónde? 

¿Seguirás puntual y fijo? 

Y él ladrando así me dijo:

tal vez no tenga tu nombre 

desconfía de los hombres 

mientras me tenga de amigo. 

Autor: Osmani Llombart

Cuando Nos Miramos a Los Ojos

Cuando nos miramos a los ojos

Al miramos a los ojos, después de algún enojo,

veo que lloran y escojo, el beso de tu llorar.

Y siento que me recojo por dentro con un pesar,

sufriendo por verte hablar con el lloro de tus ojos.

Cuando me miro al espejo de tu mirada tranquila,

nunca siento que me alejo de tu carne, de tu vida.

Brillo como el Lucero, tú como estrella encendida

y todos miran al cielo de tu mirada florida.

Tú eres sol, yo el abrojo en medio del camporal

y me alegra tu sonrojo, cuando me quieres besar.

Qué dichosos son tus ojos, ellos que pueden hablar,

se llenan con el antojo, de los colores del mar.

Nunca me puedo apartar de aquella visión serena,

confundido en tu mirar, bebiendo de tu colmena,

Y nunca puedo zafar del nudo de tus caderas.

adoro tu romancear, bendigo tu piel de avena.

Con ese arrullo de viento, quizás me pueda llevar,

y yo recorrerte quiero, con suaves manos, tu monte,

y con tus labios cantar el trino de los sinsontes,

y soñar cual saltamontes prendido de tu rosal.

Eres azúcar, yo sal…, tú el complemento bonito,

yo endulzo tu paladar, tú, tú me devoras a gritos,

en mi pecho está el andar y el beso que me adjudico,

el que me quiero robar, de aquellos ojos benditos.

Cuando te miro e imploro, sufro, lloro y me alojo,

al beso de ese llorar, tus lágrimas triste al rodar ,

rodando de puro antojo, buscan poder encontrar,

el amor que así me llena, ese que vive en tus ojos.

Osmani Llombart