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24 de febrero de 2024

ROMANCE DEL CELULAR

 

teléfono celular


ROMANCE DEL CELULAR

 

—Hola, soy tu celular—
dijo, su cuerpo de plástico,
escuché su voz robótica
saludar desde el rectángulo.
—Te entrego en mi corazón
todo el éter del espacio,
tipeame una contraseña
y pondré al mundo en tus manos.
Tempranito, en la mañana,
te despertará mi gallo,
y te guiaré al empleo
para ganarte el salario.
Soy una mini PC
más instruida que un anciano,
tengo un bloc de notas, Word,
donde guardo tu poemario.
Tengo toda clase de Apps,
Google Sheets, hojas de cálculo,
donde harás bien tus balances
para controlar tus gastos.
Conmigo tendrás la música
que siempre te ha acompañado,
y podrás ver mil películas
sin pagarlas ni un centavo.
Te informaré las noticias,
lo que en el día ha pasado
y el pronóstico del clima,
días de sol o chubascos.
Hablarás con tu mamá
del otro lado del charco,
y regalarás saludos
con mil besos y un “te amo”.
Tengo activa una linterna,
por si la luz se ha cortado,
y te guiaré con mis mapas
a suelos inexplorados.
En mi interface virtual
podrás ahorrar en el Banco
y si haces compras on-line
te traigo al supermercado.
Gracias a mí, tus dos ojos
tienen la capacidad de cuatro,
si yo me muero, estás muerto,
como un alma al que han robado.
Coleccionaré tus fotos,
cada instante respirado,
y con mi truco en tus selfies
te quitaré veinte años.
Ningún idioma es barrera
al traductor idiomático,
todo el mundo, el mundo entero
pondré al alcance en tu mano.

Solo te pido una cosa
por los servicios prestados:
Voy a someter tu vida,
me darás tu tiempo a cambio.
De mí serás dependiente,
me convertirás en tu amo,
seré esencial como el aire,
¡te agradará ser mi esclavo!
Yo te presto utilidad,
¡me darás el alma en pago!—

Al oír sus amenazas
no me allané a sus amagos,
fui al galpón, tomé el martillo,
y lo convertí en pedazos.

© Rubén Sada. 24/2/2024.
 
 
 
 

26 de julio de 2023

EL PARAGUAS DE PAPÁ

 

EL PARAGUAS DE PAPÁ

¡Bendita la protección
del paraguas de papá!
Trabaja por su familia
y provee buen maná.
Se levanta muy temprano
cuando el sol aún no está.
Madruga y se va al trabajo
a transpirar mucho allá.
Aunque su vida es muy dura
ningún viento detendrá
su remar para adelante
con un fuerte brazo audaz.
Papá es muy inteligente
y en su trabajo es capaz.
Aun con salarios mal pagos
jamás nos faltó su pan.
A la tarde vuelve a casa
y descansa en el sofá.
Yo lo espero con un mate
para oírlo y conversar.
Es su paraguas, refugio
de los niños y mamá
y el techo ante las tormentas
con sus hombros sostendrá.
Papá planta sus espaldas
de frente ante el temporal
y a nosotros nada malo
jamás nos puede pasar.
Él es mi héroe y ejemplo,
pues lucha como un titán.
Nuestro hogar es todo un templo
y él, mi rey, mi Supermán.
Ya la luna está naciendo
desde el fondo del palmar.
Papá es un hombre muy fuerte
pero llora en soledad.

© Rubén Sada. 26/07/2023.

9 de enero de 2022

ROMANCE DEL RESTAURANTE QUE SE INCENDIÓ POR UN BAILE

 


ROMANCE DEL RESTAURANTE
QUE SE INCENDIÓ POR UN BAILE

 

En un restaurante céntrico
que se llama “Dominós”,
estaban tres cocineros
hirviendo un poco de arroz.
El menú de la jornada
era un pescado español
con especias y azafrán
vuelta y vuelta al asador.
 
Unos músicos tocaban
el violín y el bandoneón,
mientras la gente esperaba
con una impaciencia atroz.
“¡Pronto estará la comida!”,
gritó el master chef, veloz,
y arengaba a que los músicos
distrajeran la atención.
 
Pero el público ya inquieto
seguía en la petición,
¡pues se moría de hambre
y ni una guarnición!
Más músicos se sumaron:
tres guitarras y un tambor.
El asunto fue hacer ruido
y causar más distracción.
 
Al final los cocineros
se unieron a la función
y empezaron a bailar
con fiesta en cada rincón.
El humo empezó a llenar
asfixiante ese salón,
pescado, arroz se quemaban
y el menú se calcinó.
 
Los famélicos clientes
huyeron en un complot
porque el humo los ahogaba
y les cortaba la voz.
Y así terminó la historia:
Todo el mundo se quedó
sin comer y el restaurante
al poco tiempo cerró.
 
© Rubén Sada. 14/08/2021. Sobre una imagen publicada por Joel Márquez Sánchez, nació esta historia de consecuencias impredecibles, en forma de romance.


11 de julio de 2020

ROMANCE AL PUNTO FINAL



ROMANCE AL PUNTO FINAL

Me dispongo a homenajearte,
exiguo “PUNTO FINAL”,
porque sos imprescindible
para volver a empezar.
Aunque te hacen mala prensa
aquí quiero vindicar
tu indispensable presencia
y el mensaje en tu señal.
Cada vez que te apareces
algo nuevo va a llegar,
Sos tan solo una semilla
con el gen del potencial.
Tu corola es la medalla
de una floración triunfal.
¡si de un solo escaramujo
puede brotar un rosal!
Después de una noche fría
llega el fin crepuscular,
y otro punto rojo al alba
hace a un pájaro cantar.
Como yo, que aquí te canto,
punto rojo cardinal,
stop de cada peregrino
en descanso terminal.
Punto que en el universo
sos un planeta nomás,
único hogar de la vida
del espacio sideral.
Con siete mil y un millones
que no pueden encontrar
puntos de coexistencia
y un mismo punto: la paz.
En ese punto infinito
no les hace falta más,
tienen agua, tienen tierra,
flora y fauna por demás.
Tienen el preciado oxígeno
que los hace respirar,
mas pugnan por el poder
para hallar felicidad.
Mientras haya corazones
sin cariño natural,
y se agranden las razones
de cemento y de metal...
Mientras el poder lo tenga
el que planifica el mal,
y el dinero es quien gobierne
como un dios ciego y carnal...
Es posible que la tierra
tenga un destino fatal,
si la ley de las conciencias
no tiene valor moral.
Mas, mientras un nuevo párrafo
se asome a recomenzar,
¡no hemos de tenerte miedo,
exiguo punto final!

© Rubén Sada. 11/07/2020.

4 de noviembre de 2019

ROMANCE A LA MADRUGADA


ROMANCE A LA MADRUGADA


Cada día que comienza
lo hace por la madrugada,
y un hermoso tul rubí
es del momento antesala.
El cielo se adorna y viste
con su sayo más naranja.
despidiendo soledades
con reflejo oscuro en su alba.
Y un zorzal anuncia el día
con su himno entre las ramas.

Despierta el hombre de campo,
nace el rito en una pava.
Un desayuno le sigue:
mate amargo y una hogaza.
Así Dios le ha asegurado
en la escrita letra santa:
que da pan al que madruga
y trabaja en forma honrada.
Hay pulso en la mano activa,
¡despierta, aurora temprana!

El lucero lo saluda
con brillo y con elegancia,
titilando intermitente
con estrellas que amalgama.
La luna se le despide,
y en vez de su cara blanca,
se mimetiza de a poco
y al paisano da la espalda.
Muere una noche sombría,
nace una nueva alborada.

De bellas aves canoras
la bóveda se engalana,
y corean al silbido
del peoncito de la estancia.
Todos dan la bienvenida
al pichón de la bandada
que multiplica la vida
en fructíferas mañanas
y espejado en rubias melgas
al astro rey le dan gracias.

En la grieta de la vida
caen semillas, riega el agua
con un sudor que es tan dulce
que prenden brotes del alma.
Y señalando al creador
apuntan tallos y ramas,
premiando frutos con flores
cual magníficas cucardas...
Es la génesis del mundo:
¡todo empezó en madrugada!

© Rubén Sada. 4/11/2019.

27 de diciembre de 2018

ROMANCE DEL MOSQUITO

ROMANCE DEL MOSQUITO

Yo me estando en la mi cama,
   tres horas antes del día, 
soñé que alguien se acercaba
    a la cabecera mía,
pensé que venía a verme
   aquella que más quería.
Eché mano hacia la puerta
    a donde una luz había,
y sólo viera un mosquito
    cerca de la cama mía.
—Por Dios te ruego, el mosquito,
   por Dios y Santa María,
que me dejes tú dormir
   hasta que amanezca el día.
—Sólo te puedo dejar
   media hora no cumplida.—
Ya me arrebocé en la sábana,
    tapé la cabeza mía;
la sábana era de holanda,
    que en el agua no se vía,
de la lanza del mosquito
    ella no me protegía.
No pasó la media hora,
   su trompeta retiñía;
pronto me dio tres lanzadas,
    las tres fueron muy sentidas:
la prima fuera en el hombro,
    la otra en una mano mía,
la tercera la peor,
    que en la nariz me hería.
Salto diera de la cama
    y me puse una camisa,
me fuí al cuarto de baño,
    por ver si me protegía;
el mosquito era guerrero,
    hasta allí me perseguía.
Me puse bajo la ducha
    a ver si llegaba el día.
Allí me hablara el mosquito,
    muy mal me amenazaría:
—No será sólo una noche,
    todas te acompañaría;
aunque estemos en Otoño,
    está ya trocado el clima,
paciencia, hombre, paciencia,
    que es Alá quien a mí envía,
tendrás que ponerte un burka
    o aguantar mi compañía,
y nadie conocerá
    el sexo que tú tenías.
—Tate, tate, el mosquito,
    no hables en demasía,
que tengo yo una raqueta,
    que me trajeron de China
que apretándole un botón
    se parece a una parrilla
y vas a hacerle a Lorenzo
    en el cielo compañía.

AUTOR: Gerald Widemann

25 de enero de 2017

UN MONSTRUO DE DOS CABEZAS


UN MONSTRUO DE DOS CABEZAS

(estilo romance, contra la violencia de género)
Un monstruo de dos cabezas
incuba la bestia adentro,
una es amor, otra es odio,
son dos entes contrapuestos. 
La primera impulsa a amar
con sincero amor, inmenso,
la otra le ordena matar
con un enfermizo celo.
Él la cree su posesión,
la observa como a un objeto,
la controla, la persigue,
le absorbe el alma y el tiempo. 
Él es más bueno que el pan,
pero también es violento,
ella por miedo se calla
y llora mudo silencio. 
Amor y odio compiten 
por quedarse con su cuerpo,
y él nunca los puede echar...
¡sigue viviendo en el medio!
¿Cómo pueden convivir
paraíso y cementerio?
¿Por qué esta unión desemboca
en la violencia de género?
No encuentro sana respuesta,
supongo que es un misterio. 
Amor y odio, dos cabezas
de un desquiciado cerebro.

Rubén Sada. 23/01/2017

Cada 30 hs se comete un femicidio en Argentina. 
Si te preocupa, denuncialo al TE 144 antes que sea demasiado tarde.

Más trabajos del autor sobre el mismo tema:
EPITAFIO (Décimas, contra la violencia de género)










20 de enero de 2009

ROMANCE PARA SUS ROSTROS



Foto gentileza: Exposición de Melisa Brunovski (Quilmes, Buenos Aires, Argentina)

ROMANCE PARA SUS ROSTROS


Al vivir mi breve vida,
yo puedo ver muchos rostros:
El simpático, agradable,
o el de miedo y horroroso.
Rostros que dicen verdades
solo al destapar un corcho,
y otros donde la vergüenza
les pinta el cutis de rojo.
Los del pícaro inocente
y del hipócrita cósmico,
rostros de la frustración
y del esfuerzo exitoso.

Rostros veo cada día
y ¡qué bien que los conozco!
Terciopelos de silencio
que gritan áspero abrojo:
Los de millones de pobres
en pantanos del oprobio,
lodazales de indigentes
que siguen mordiendo el polvo.
De obreros desocupados
que ya no saben el cómo,
de longevos en geriátricos
surfeando en el tiempo, solos.

Rostros veo cada día
con desconsuelo en sus ojos,
de jóvenes maltratadas,
niñas robadas por ogros.
De infantil tarea esclava
con azotes en el lomo,
de países invadidos
por el color de su oro.
De inocentes en batallas
atravesados por plomo,
de atentados terroristas
en el nombre de un apóstol.

Pero hay diabólicas caras,
rostros que yo ni conozco,
con formas de grandes números
ceros, y firmas al dorso.
Las que a naciones condenan
al futuro más monstruoso,
fauces de tipos sonrientes
que tienen garras de monstruo.
Hay quienes siembran la muerte
en vez del trigo precioso
e inicuos que coleccionan
la deshonra en cada pozo.

Hay los que en burda mentira
estafan con fraude y dolo,
de firmas contaminantes
que van derritiendo al polo.
Mercenarios de la paz
con el alma de Pinocho,
cuyas grotescas caretas
muestran amor y dan odio.
Rostros de lana de ovejas 
pero esqueleto de lobos, 
y otros blandos como el pan 
pero titanio en los bronquios. 


Son actores responsables
maquillándose de gozo,
son comedia y son tragedia
de este circo bochornoso.
¿Qué haría por comprender
tantos diferentes rostros?
Yo quisiera conocerlos:
¡mirarlos bien a los ojos!
En sus palabras quizás
no encuentre algo meritorio,
pero un rostro bien mirado...
¡Un rostro lo expresa todo!
 

© Rubén Sada. 19-01-2009.

20 de julio de 2008

SOLEDAD (Escrito en Costa Salguero, Río de la Plata.)



SOLEDAD

(Frente al Río de la Plata, Buenos Aires)

Atravieso soledades, 
en medio de un crudo invierno,
en muelles sin pescadores 
debajo de un cielo inmenso.
Mientras admiro este bello 
paisaje bien costanero,
aquí viene a visitarme 
mi niño, mi amigo interno.

Paisaje de soledad... 
¡Todo es lejano silencio!
Sólo estoy conmigo mismo 
sólo pienso, sólo siento...
Zumbadores de hojas libres
movidas, que arrastra el viento
y un frío atroz que me hiela 
y me asalta cada hueso.

Toda esta agua no alcanza 
a llenar el hondo hueco
de este vacío que hoy
me taladra el esqueleto.
Arrojo en el horizonte 
mis más hondos pensamientos
que se apoderan de mí,
de mi alma en desconsuelo.

A estos pájaros, si existo 
o no, les importa un bledo.
Tampoco al pato que vuela 
graznando su aullido negro.
¿Para qué volar como él, 
si acabaré bajo el suelo?
¿Por qué tan lleno este río
mientras de sed, aquí muero?

Allá atrás, en la ruidosa 
metrópoli, alzada lejos,
miles de hombres y mujeres 
viven perdiendo su tiempo.
Van despegando en aviones 
hacia su destino incierto,
esperando ahí su turno 
en la fila de los muertos.

Y me pienso: soy igual, 
pues yo también eso espero.
¿Por qué tengo tanto espacio 
si en este mundo no quepo?
¿Por qué creí en el amor 
si este no iba a ser eterno?
¿Son los rechazos, cenizas, 
que quedaron del incendio?

¿Serán el amor y el odio
dos partes del mismo juego?
¿Es la dicha, enfermedad, 
y la soledad, remedio?
Entonces, allá habrá miles 
de engañados, muy enfermos,
que viven buscando dicha,
felicidad en lo externo...

Creyendo que vivir es 
satisfacer sus deseos,
cubriendo agujeros de 
felicidad con obsequios,
comprando lo último que 
aparece, lo más nuevo,
gastando en banalidades 
para tapar el desprecio.

Creo que esta soledad
no se cura con dinero,
y aunque tuviera millones
si tú no estás, tengo cero.
Y es por esta soledad
frente al estuario desierto
que el futuro viste gris,
igual que este río, muerto.


© Rubén Sada.
Escrito en Costa Salguero, mirando el Río de la Plata
en la mañana del 19-07-2008.

20 de mayo de 2007

EL PACTO DE LOS RECUERDOS


Poema premiado en EL RINCÓN DEL POETA (MÉXICO)

EL PACTO DE LOS RECUERDOS


Quiero proponerte un pacto: 
un pacto de acercamiento,
hacer simplemente un trato: 
“El pacto de los recuerdos”.

Tal vez sacando una foto 
que congele este momento,
una imagen que retrate 
el placer de nuestro encuentro.

Tal vez haciendo un buen brindis 
que plasme nuestros deseos,
alzando juntos las copas 
con vino y con sentimientos.

Quizá escribiendo un poema 
que explore la vida en versos,
y nos haga revivirla 
cuando lo leamos de nuevo.

Tal vez escuchando música 
que ponga ritmo al silencio,
que nos junte nuevamente 
cuando otra vez la escuchemos.

¡Cuán grande es nuestra memoria 
cuando existe un sentimiento!
Y al ayudarla acordemos:
“El pacto de los recuerdos”.

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© Rubén Sada - 1-03-2007
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