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16 de mayo de 2020

CONVERSACIÓN EN DÉCIMAS



CONVERSACIÓN EN DÉCIMAS

de Yoelvis Delgado y Rubén Sada

—Yoelvis Delgado—
Voy a comenzar, Rubén,
con este abrazo de rimas
para ver cómo te animas
y yo me animo también.
Enséñame tú en qué Edén
vamos a sembrar las flores,
si los improvisadores
hechos para este momento
sueltan la décima al viento 
como un carretel de olores.

—Rubén Sada—
Con este abrazo de rima,
aquí te saludo, amigo,
bajo el sueño del postigo
que está sobre la tarima.
Es tu verso que me mima
con estas glosas al viento,
cargadas con sentimiento
en el estilo Espinel,
¡déjame ir a tu vergel,
Yoelvis, por un momento!

—Yoelvis Delgado—
Si llegas a mi vergel
que no halla una estancia breve,
porque el poeta se mueve 
desde la voz a la piel.
Reconozco tu nivel
y la forma de pensar,
por eso para este mar
enciendo el mejor lucero,
porque tú eres un velero 
grande para navegar.

—Rubén Sada—
Siento el perfume a jazmín
del vergel del pensamiento,
y oigo el brillante instrumento
del sinsonte en tu jardín.
Hay abejas en festín
que con tus versos de miel,
van cultivando el jagüel
de una amistad que se anida
en arterias de la vida
con el carmín de un clavel.

—Yoelvis Delgado—
Si vamos hablar de flores
busca el jardín más ameno,
que yo entro en cualquier terreno
para tributar honores.
Dibuja tú los colores
de esta mágica doctrina,
que si el tiempo determina
un vuelo de mariposa,
para custodiar tu rosa
me convierto en una espina.

—Rubén Sada—
Si tú eres una espina
yo seré la curación,
estuve mucho en prisión
en mi país, Argentina.
Sé bien qué es estar en ruina
pero salí del abismo,
me ayudó mucho el lirismo
y quiero que vos te ayudes,
si te gusta, no lo dudes:
“Te da vida el optimismo.”

—Yoelvis Delgado—
Me da vida el optimismo
de ayudar al que improvisa,
y despertar la sonrisa
que se esconde en el abismo.
En el jardín del lirismo
tengo un poema completo, 
y en el camino discreto
que me ha dado la espinela,
yo me bauticé en la escuela
de la amistad y el respeto.

—Rubén Sada—
El respeto y la amistad
son dos hermanos gemelos,
dos pájaros en los cielos
planeando con libertad.
Luego está la adversidad
que en el camino atraviesa
esta vida de sorpresa
y uno toma decisión...
¡A neurona y a pulmón
se emprende cualquier empresa!

—Yoelvis Delgado—
Yo tuve que ir a la empresa
de las improvisaciones
a discutir con leones
los bocados de mi mesa.
Quisieron hacerme presa
en procederes ingratos,
pero estirando sensatos
conocimientos, crecí,
y después tan sólo vi
una manada de gatos.

—Rubén Sada—
La vida es un crecimiento
continuo para explorar,
si es tu huella dactilar
y tu temple de cemento.
No te vencerá algún viento
ni tormenta que horroriza,
ningún huracán que triza
hará polvos de tu roca,
la tempestad será poca:
¡tan solo una simple brisa!

—Yoelvis Delgado—
A veces junto a la brisa
suelto mi mejor paloma,
para que enseñe el idioma,
la imagen de una sonrisa.
Y si busco en la ceniza
donde se esconde el recuerdo,
sin ser náufrago me pierdo
pero no en un laberinto,
sino en el tierno recinto
que conduce al lado izquierdo.

—Rubén Sada—
Ha sido un gusto, mi amigo,
encontrarnos este día...

—Yoelvis Delgado—
Yo también siento alegría
de haber cantado contigo.

—Rubén Sada—
Ha brotado nuestro trigo
y le pasamos la azada...

—Yoelvis Delgado—
Y ojala en otra jornada
nos volvamos a encontrar...

—Rubén Sada—
Para volver a cantar
Delgado junto con Sada.

—Yoelvis Delgado—
Este adiós será muy breve
pues mientras haya expresión...

—Rubén Sada—
pondremos el corazón
en lo que al alma conmueve.

—Yoelvis Delgado—
La décima cumbres mueve
en toda la geografía...

—Rubén Sada—
si llena está de poesía
nos sonreirá el Hado...

—Yoelvis Delgado—
Para que llegue al sagrado
mundo de la fantasía.

© 15/05/2020 - Yoelvis Delgado y Rubén Sada.


24 de marzo de 2020

RAYOS CONSONANTES


RAYOS CONSONANTES


—Reinaldo Figueroa—
Con sus rayos Consonantes
mi décima es sol que aflora,
con diez luceros de ahora
en el mismo cielo de antes.
Mezcla de Miguel Cervantes
y de Vicente Espinel,
un diccionario de miel
escrito en rojas pasiones
para que dos corazones
vivan en la misma piel.

—Rubén Sada—
Para que dos corazones
vivan en la misma piel,
se juntaron tu clavel
y tu rosa de pasiones.
Formaron lindas uniones
y de ese fruto bendito,
ha nacido un pimpollito
prueba de la bendición
que solo tiene un campeón
que se ha transformado en mito.

—Reinaldo Figueroa—
No sé si la bendición
con su mirada despierta,
ha traspasado la puerta
roja de mi corazón.
Soy el manantial que con
su sueño de ola y de sal
saltó desde el parietal,
hizo grande el desafío
y se está volviendo río
con tu afluente mental.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
“Cuyo verso está bendito”,
así dijo Rubén Sada,
argentino, que es espada
improvisando o escrito.
Por eso yo me permito
como tatuador sin piel,
dejar del modo más fiel
este verso de mensaje,
luz, sol, bendición, tatuaje
de ideas sobre un papel.

—Reinaldo Figueroa—
Soy bendición, aleluya
y mi rima ahora más crece
por todo lo que le ofrece
aquí la prédica tuya.
Mientras que Sada construya
el altar de lo divino,
seré quien en el camino
de la palabra se empapa,
porque Sada es como el Papa
del consonante argentino.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Con su afluente mental
corre más raudo tu río,
y el charco que llamo mío
suspira ante el manantial.
Tres maneras de un cristal
líquido que aquí se junta,
uno, el mío, que pregunta,
otro, el tuyo, que contesta
y el de Sada que es la fiesta
que tiene el filo en la punta.

—Reinaldo Figueroa—
Mientras sea, Sada el mar
tan azul en quien confío,
yo llevo hasta él mi río
y lo hago desembocar.
Porque eso es como abrazar
un mundo lejano, extraño,
y voy aunque me haga daño
al mar inmenso y profundo,
no llega a un mar todo el mundo
y menos de ese tamaño.

—Rubén Sada—
Vamos juntos a nadar
en un mar de poesía,
vamos juntos este día
con el sol a festejar.
Vuestros rayos van a guiar
por una playa amistosa,
a nuestra mente curiosa
que de décimas va ávida
correteando por la ingrávida
pasión de la nebulosa.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Es tal su profundidad
que si del muelle me zafo,
solo con un batiscafo
recorro su inmensidad.
Azul que con saciedad
te alfombra todo el camino,
oleaje donde el marino
mece sueños de horizonte,
si en vez de loro, un sinsonte
lleva al hombro el argentino.

—González Rubier—
En medio de enormes mares
y monumentos escritos,
zarparon enormes gritos
de décimas ejemplares.
Tres poetas estelares
que llenan día tras día
corazones de alegría
con ese verso profundo
y van recorriendo el mundo
a través de la poesía.

—Reinaldo Figueroa—
Rafael, tú tienes algo
de diamante y de rubí,
cuando yo estoy junto a ti
es cuando mucho más valgo.
Me parece que cabalgo
en un potro de cultura,
y va mi cabalgadura
tan confiada al galopar
sin tenerme que aguantar
del pico de la montura.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Será que por tu caballo
aprendí lo que es carrera,
o que por tu guayabera
supe qué es feria de mayo.
Por tu canto sé del gallo
plumado despertador,
como sé que en el color
del Pinar que llevas dentro,
que el verde sale al encuentro
esperanzando al amor.

—Rubén Sada—
Esperanzando al amor
del futuro ponen proa,
Rafael y Figueroa
y un humilde seguidor.
Desde Cuba al Ecuador
y de Argentina hasta el polo,
mueve nuestra vela Eolo
con la inspiración del viento,
y entre Reinaldo y Sarmiento
Rubén no se siente solo.

—Reinaldo Figueroa—
El día que Rubén Sada
abre el sol de su espinela,
mis aguas tienen escuela
de manantial y cascada.
La corriente perfumada
salta desde la pendiente,
se agita rápidamente
entre arrullo y murmurío,
convirtiéndose en un río
el arroyo de mi mente.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Mira lo que es el teatro
que en la cuenta se equivoca,
que los que abrieron la boca
no fueron tres, sino cuatro.
Yo que esta estrofa idolatro
no quiero que tú en la prisa,
de sudarnos la camisa
recortes nada tu idea,
que el que con versos pelea
aquí no se minimiza.

—Reinaldo Figueroa—
Si quieres que corra aprisa
dame esperanza de un mar,
que va a venir a abrazar
mi agua con manos de brisa.
Te entregaré la sonrisa
de un agua tan dulce y pura,
hecha de literatura
y es posible Rafael,
que nos confundan la piel
en la desembocadura.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
En la desembocadura
nos podrían confundir
cuando nos vieran venir
sobre potros de agua pura.
Pero al rato tu figura
sería de más nitidez,
mientras la mía al revés,
se iría descomponiendo,
porque yo ya estoy haciendo
mis trillos a la vejez.

—Reinaldo Figueroa—
La nieve tal vez, quizás,
te pintó de blanco el pelo,
pero aún cruza por tu cielo
el cometa más fugaz.
No hagas caso a Satanás
si te viene a confundir,
que tú no te vas a ir
del guateque de gargantas,
menos cuando tienes tantas
cosas buenas por decir.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Mi pelo es fatalidad
de nieve para alto vuelo,
porque me pintan el pelo
los barberos de la edad.
Yo ya pasé la mitad
del tiempo al que no has llegado,
tú eres futuro inspirado
entre juveniles muecas
y yo entre las bibliotecas
no he incluido mi legado.

—Reinaldo Figueroa—
No te sientas condenado
entre lo triste y la mueca,
que la mejor biblioteca
la tienes en el costado.
Tienes el mejor legado
de frase y de rimas buenas,
de gardenias y azucenas
para redimir antojos,
en esos jardines rojos
que florecen en tus venas.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
En el jardín de mis venas
entre rosa y alelí,
hay abejas que por ti
me repletan las colmenas.
Pero en líricas escenas
junto al toque del laúd,
los versos como un alud
de metáforas te crecen,
porque ellos favorecen
primero a la juventud.

—Reinaldo Figueroa—
Tú no me creas tan joven,
no soy una primavera,
se me muere de ronquera
por los años mi Beethoven.
Es triste ver que nos roben
lo alegre que se incrementa,
también en mí ya se ausenta
la risa entre los abrazos,
te estoy siguiendo los pasos,
lo que tú no te das cuenta.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Rei, tu Beethoven es rico,
mi Mozart va en retirada,
solo es joven la mirada
al contar cincuenta y pico.
Cuando mi voz fue abanico
más que brisa, fui huracán,
mas los años que nos dan
con agilidad se fugan,
y el verbo ir nos conjugan
en presente, pues se van.

—Reinaldo Figueroa—
 Yo no quiero conjugar
el verbo de la partida,
mejor démosle a la vida
dos alas para volar.
Una que me hable de mar,
otra de valle y bajío,
una de tabaco y frío,
otra de azul verdadero,
para ver a Varadero
bañando a Pinar del Río.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Mejor conjugar regreso
que partida hacia el ocaso,
mejor bienvenida, abrazo,
que adiós, nos vemos y un beso.
Mejor carne, sangre y hueso
que mármol triste y sombrío,
mejor guateque y bohío
por el tema de un te quiero,
para ver en Varadero
vegas de Pinar del Río.

—Reinaldo Figueroa—
 Conjugo mejor mi rima
en la segunda persona,
decir mi amigo razona
y es el que mejor camina.
Tu décima es quien me anima
en el verbo del intento,
nunca conjugo el lamento
si quien más a mí me ayuda,
a nadie le cabe duda
de que es Rafael Sarmiento.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Si soy ayuda en tu andar
y brújula en tu terreno,
no es mucho, si Nazareno
eres tú para mi altar.
Tú eres balsa si hallo mar,
caballo si voy a pie,
taza si quiero café,
guano cuando estoy sin techo,
y si se vacía el pecho:
amor, esperanza y fe.

—Reinaldo Figueroa—
Tú eres también, Rafael,
del pie de mi inspiración,
para caminar bastón
con una curva de miel.
El renglón donde el papel
mejor nivela su trazo,
para mi sed eres vaso
de agua clara y transparente,
eres con tu sol naciente
la brújula de mi paso.

—Rubén Sada—
Me halagan vuestras menciones,
creo no merecer tanto,
apenas suena mi canto
entre vuestras oraciones.
Lealtad a sus atenciones
que me honran a granel,
ese sentimiento fiel
también vaya por vosotros,
dos juglares, ¿qué? ¡Dos potros
en el prado de Espinel!

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Del mar de las espinelas
Sada, tú eres luz de un faro,
entre huracanes amparo
para cordajes y velas.
Por ti hoy son nuestras espuelas
relucientes como rayos,
pero que donde los gallos
cantan después de matar,
aprendieron a sembrar
vida como hacen los mayos.

—Rubén Sada—
Anduve medio atareado
editando nuestro libro,
mas, de este encuentro calibro
¡qué nivel que han alcanzado!
Son potros corriendo el prado
del arte de improvisar,
más veloces que un jaguar,
rayos cual fugaz estrella,
vuestra décima es la bella
que yo no puedo alcanzar.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Su décima tiene tanto
o más arte que la mía,
porque haciendo poesía
es igual a la que canto.
Yo, que ante nadie me espanto,
el verso suyo respeto,
por eso cuando en inquieto
avatar de la escritura
alguien me exige cultura
lo busco como amuleto.

—Rubén Sada—
Usted es fuerza de viento,
es el pampero, es el zonda,
usted Sarmiento es la honda
que a David convirtió en cruento.
Lo mejor de usted, Sarmiento,
es que lleva con afán
a modo de capitán
del barco de donde estoy,
que si su amuleto soy,
usted es mi talismán.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Amuleto y talismán,
así de unidos seguimos,
uvas del mismo racimo,
lava del mismo volcán.
Espiral de Leviatán,
Atlántico y duplicado,
dos manzanos y un pecado,
dos costillas para Eva,
dos alumnos y una prueba
de excelente resultado.

—Rubén Sada—
Usted es punto y es cántico,
usted es guía y es brújula,
usted es la rima esdrújula
del Pacífico al Atlántico.
Usted, Sarmiento es romántico
y es maestro en esta escuela,
del arte que se modela
con el don de la palabra,
y hace siempre abracadabra
modelando la espinela.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Dentro de una carpa artística
somos una rima mágica,
haciendo décima trágica
en temporada operística.
Usando un poco de mística
vamos aliviando el tráfico,
para que no sea sáfico
el verso en una temática,
hacemos con matemática
gramatical nuestro gráfico.

—Rubén Sada—
Usted siempre me persuade
a la bondad más benigna,
nunca huye de la consigna
y la talla como al jade.
Jamás la esdrújula evade
y su décima de artista
de su altura nunca dista.
Festejaré con coñac
que usted, Sarmiento es un crac
del deporte repentista.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Un crac yo, que casi ciego
llegué a patear el balón,
y ni siquiera a crayón
llevo número en el juego.
Que siempre en todo me entrego
puede resultar verdad,
mas, no soy ni la mitad
de lo que en soñar me antojo,
pero en su mira está el ojo
benigno de la amistad.

—Rubén Sada—
Ante su décima arisca
mejor me escapo de juerga,
porque en sus versos alberga
ingenios de su nevisca.
La fuerza de su ventisca
me da miedo y no le miento,
me esconderé en el convento
sagrado de su amistad,
refugiado en su bondad,
querido Rafael Sarmiento.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
No se esconda en mi convento
sin torre, y menos campana,
soy un cura sin sotana
frente al altar de un lamento.
Sada, soy tan solo un cuento
que se acaba a la mitad,
pero por mi necedad
se estira y llega hasta el alba,
donde del callar se salva
por la voz de la amistad.

—Rubén Sada—
Yo soy un simple aprendiz
que tiene todo y le falta,
la nevisca de su alta
cumbre de blanco matiz.
Su amistad es directriz
para seguir en su huella,
queriendo alcanzar su estrella
y escalar allí en su cumbre,
la estrella que me da lumbre
y en el ingenio destella.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Tengo la cumbre nevada
por insomnios tormentosos
que saben de los dichosos
pellizcos de la estocada.
Pero a la izquierda mi aldaba
suena si llama un amigo,
y comparto horno y trigo
para que cuezan el pan
aquellos que hambrientos van
partiendo su fe conmigo.

—Rubén Sada—
A su décima gloriosa
mi verso rinde alabanza,
la amistad en la balanza
pesa más que cualquier prosa.
Mientras mi mente reposa
usted le pone fervor,
eso que versa mejor
dice que es tan solo un cuento,
ínclito poeta Sarmiento:
¡será el cuento del amor!

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Yo no tengo el pedigrí
de una familia poeta,
no hay en mi historia completa
juglares; solo salí.
Llegué de cuarenta y
me hice improvisador,
del tropezón al error,
pero cuando no fue tanto
el error, me entregó el canto
su anillo de eterno amor.

—Rubén Sada—
Su décima es terremoto
que derriba mi castillo,
me ara, pasa el rastrillo
extingue fauna en mi coto.
No alcanzo ni a copiloto
pues su décima domina,
y a mi avioneta la inclina
llevando todo mi aporte
directamente a su norte
desde el sur de mi Argentina.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Haré que su nave suba
y si es que acaso se inclina,
es porque desde Argentina
vuele directo hasta Cuba.
Ron de caña y vino de uva
suelen combinar muy bien,
y como tengo el sostén
de su verbo diferente,
haré de tangos un puente
para visitarlo en tren

—Rubén Sada—
Usted tiene algo valioso
que es la amistad en el gen,
y le agradece Rubén
tanta agua de su pozo.
Con un abrazo afectuoso
me despido desde aquí,
no hace falta pedigrí,
ni historial, ningún prontuario,
le alcanza con el erario
del maestro Naborí.

—Rafael Sarmiento Enríquez—
Gracias, amigo Rubén,
dejaré en esta jornada,
mil gracias maestro Sada,
multiplicadas por cien.
Yo las guardaré también
en el baúl del latido,
y cuando en un recorrido
de versos me encuentre flojo,
la llevaré hasta el ojo
con que nos mira el oído.

© Reinaldo Figueroa, Rafael Sarmiento Enríquez, Rubén Sada y González Rubier.
23/03/2020.

9 de noviembre de 2018

AMISTAD

AMISTAD

Amistad es lo mismo que una mano
que en otra mano apoya su fatiga
y siente que el cansancio se mitiga
y el camino se vuelve más humano.

El amigo sincero es el hermano
claro y elemental como la espiga,
como el pan, como el sol, como la hormiga
que confunde la miel con el verano.

Grande riqueza, dulce compañía
es la del ser que llega con el día
y aclara nuestras noches interiores.

Fuente de convivencia, de ternura,
es la amistad que crece y se madura
en medio de alegrías y dolores.

Carlos Castro Saavedra

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7 de noviembre de 2015

INVITACIÓN - A Beto y Bety Calul


INVITACIÓN

A Beto y Bety Calul


Con un cariño tamaño
y nuestra amistad tan grata,
le recito esta cantata
a Bety en su cumpleaños.
Mi sentir es aledaño,
hacerlo es mi algarabía,
en la hermosa compañía
de un matrimonio querido,
a quienes siento de amigos
y estamos en armonía.

Acepté esta convidada
porque se dio la ocasión,
en esta hermosa reunión
que fue muy bien preparada.
Yo me anclo en esta parada,
por Beto, que es mi amigazo,
pido pista y me abro paso
con afecto y sin esfuerzos,
y a ellos dos brindo estos versos
con un afectuoso abrazo.

Amigos, les cantaré,
les iré diciendo glosas,
primero a Bety, la esposa,
y a Beto no olvidaré.
De sus artes hablaré,
porque ella es una “arte-sana”,
que con habilidad sana
y el arte, un vidrio transforma
en cosa útil, que forma
como bella porcelana.

Conozco del dos mil diez,
al poeta Calul Beto,
maestro del alfabeto,
su primer libro edité.
Nunca le faltó la fe
y vinieron muchos más,
en concursos no va atrás,
Beto seguro lo sabe,
porque ¡vuela como el ave 
en vuelo alto y audaz!

Que Beto muy bien se cure, 
es mi más grande deseo,
y que trabaje en su empleo
con buena salud y perdure.
Que el dolor no lo torture
y que vuelva a sonreír,
que pronto pueda salir,
de este trance que lo achaca,
bien está un poco de fiaca,
pero luego hay que seguir.

Para el resto familiar
también mi palabra tengo,
por eso me largo y vengo
con mi homenaje juglar.
Pues no me quiero olvidar
de Carolina y Mariana,
dos lindas chicas, hermanas,
ni de Javier, el primero,
y para los nietos, quiero
que crezcan sanos y sanas.

A ustedes, agradecer,
con una amistad latente,
que cada día ésta aumente,
nunca vaya a decaer.
Que sembremos por doquier
una cultura de amor,
rechacemos el dolor,
sembrando buenos ejemplos,
y que nuestro hogar sea un templo
de paz, dicha y esplendor.

Les confieso al terminar
que he recitado contento,
y agradezco el buen momento
que me han hecho pasar.
Y al que me pudo escuchar 
en décimas o en relatos,
vivimos momentos gratos
y con esto les demuestro 
que aunque no soy un maestro
tengo cuerda para rato.

Y mientras cae la tarde
y cae el sol, como un tul,
yo saludo a los Calul
sin querer hacer alarde.
Que este verso se les guarde
en lo hondo del corazón,
gracias por esta reunión
gracias, con sinceridad,
por esta honesta amistad
y esta linda invitación.

Rubén Sada - 31-10-2015

15 de septiembre de 2015

LA AMISTAD - PAYANDO CON EL POETA CANTOR ORLANDO ZALAZAR


PAYANDO CON EL POETA CANTOR

ORLANDO ZALAZAR

(Rubén Sada)
Buenas noches, don Orlando,
de apellido Zalazar,
pongámonos a cantar
sigamos improvisando.
Charly nos va asombrando
con su magia y rapidez,
fabrica un billete exprés
y su actuación me contagia,
porque yo hago también magia
pa’ llegar a fin de mes.

(Orlando Zalazar)
Aquí le ofrezco mi entrada,
con respeto, así le sigo,
para usted, que es un amigo
y se llama Rubén Sada.
Jugarse por la patriada
en estos versos le doy
mi pensamiento, y voy
para que vaya sabiendo
que con orgullo defiendo
las políticas de hoy.

(Rubén Sada)
Vende fruta el verdulero,
el panadero, pan vende,
y el vender carne depende
de venderla el carnicero.
Vende diarios el diariero
y el florista, flores bellas,
el poeta vende estrellas
y “vende patria” el político,
porque es un avaro crítico:
¡no le tiene amor a ella!

(Orlando Zalazar)
Vender es economía,
es el tema del momento,
sobre bolsillo aumento
sufriendo la patria mía.
Estos buitres, ¡quién diría!
Se quieren llevar lo nuestro,
este período siniestro
ya nada ni poco queda,
¡qué miserable moneda
está ganando un maestro!

(Rubén Sada)
Ningún político ama
más que a su propio dinero,
la codicia es su granero,
éste es el buitre en la rama.
Cetro y oro son su trama,
es experto en ambición,
y su única vocación
es llenar su caja fuerte,
y con feo hedor de muerte
construye su gran mansión.

(Orlando Zalazar)
Le digo, mi amigo Sada,
rival de mucho nivel,
un maestro en un papel
para defender patriadas.
Defendió usted su parada,
bien firme, con sentimiento,
le digo en este momento
que empezamos con el mago,
y para mí es un halago
que defienda pensamientos.

(Rubén Sada)
Orlando, estimado amigo:
frente a la urna, de pie,
decidiremos con fe,
pero oiga lo que le digo:
merece un voto castigo
quien se enriqueció veloz,
quien, cuando pobre, la voz
de la justicia esgrimía,
y hoy que es rica, es su guía
el dinero, un dios feroz.

(Orlando Zalazar)
Y ¿quién tendrá la razón?
¡Es un país dividido!
Pero me doy por cumplido
poniendo el corazón.
Sigamos en otro fogón,
se termina la jornada
y con su linda mirada
contrapunto fue un altar,
cantó Orlando Zalazar
con amigo Rubén Sada.

(Rubén Sada)
Mi amigo, mi buen hermano,
gracias por brindar su tiempo,
que esto no sea un contratiempo
ni aflojen jamás, sus manos.
Mientras haya algún paisano
que la voz del poeta escuche,
un grito saldrá del buche,
¡nuestras gargantas no alambren!
Y mientras nos maten de hambre
habrá espíritus que luchen.

(Orlando Zalazar)
Qué lindo que está el fogón
para afirmarle el estribo,
con orgullo lo recibo,
amigo en esta ocasión.
Le entrego mi intención,
le voy a decir la verdad,
responda con sinceridad
y con toda su doctrina,
Rubén Sada, ¿qué opina
usted de la amistad?

(Rubén Sada)
En el jardín del taller
estoy cosechando amigos,
la buena amistad bendigo,
ese es mi parecer.
Orlando, me va a entender,
que un amigo hace sentir
que la sangre empieza a fluir
en un cuerpo que es humano,
cuando amigos son hermanos
que uno puede elegir.

(Orlando Zalazar)
Hablando de su jardín,
yo he nacido en ripio,
pienso que desde el principio
acompaña y hasta el fin.
El corazón hace tin tin,
nunca te corta las alas,
te hablo aquí con escala,
piensa mi mente serena,
él te acompaña en la buena
y está con vos en la mala.

(Rubén Sada)
Preferible es tener pocos
pero que sean muy buenos,
a amigos "todo terreno"
son los mejores que evoco.
Al buen amigo coloco
en un alto pedestal,
no hay diferencia racial,
ni edad ni clases sociales:
¡si todos somos iguales
la amistad ha de ser total!

(Orlando Zalazar)
Uno anda por la vida,
y cosechando amistades,
un sentimiento te invade,
en el alma se te anida.
Y duele cualquier herida,
dolor se te viene en masa,
y no se distingue raza,
lo que sea o si partiste,
tu amigo, se siente triste
si no sabe lo que pasa.

(Rubén Sada)
Cuénteme de su Corzuela,
si ‘usté’ ha dejado allí amigos,
disculpe que lo investigo
con mi amistosa espinela.
La vida es muy buena escuela
y mi ánimo le traigo,
con esto no lo distraigo
pero algunos, al mudarse
han debido separarse:
¡sé que es duro el desarraigo!

(Orlando Zalazar)
He venido desde el norte,
empecé de muy abajo.
He conseguido trabajo,
para el estado hago aporte.
Soy fuerte como un resorte,
y no le temo al laburo,
yo soy sincero y muy puro,
así me siento feliz,
lejos dejé mi raíz
para buscar mi futuro.

(Rubén Sada)
Usted es persona pura,
eso, seguro, lo sé,
y cuando yo lo escuché
vi en su alma la blancura.
Pero aquí la vida es dura
y atienda lo que le digo,
ya comprobará conmigo
que está lleno de farsantes,
las cosas no son como antes:
¡no hay que confiarse de “amigos”!

(Orlando Zalazar)
Usted será mi testigo
y mi voz aquí la alzo,
seguro que hay muchos falsos
que se dan mucho de amigos.
Pero el tema yo le sigo,
conversando se desnuda,
la verdad será muy cruda
y la recibo en mi pecho,
cualquiera tiene derecho,
beneficio de la duda.

(Rubén Sada)
Amigos por interés
son cosas desagradables,
amigos que no son fiables
ni al derecho ni al revés.
Por eso, prefiero en vez
de tener como “un millón”,
que me asista la razón
y aunque tenga algunos menos,
tener pocos, pero buenos,
¡esto será bendición!

(Orlando Zalazar)
Te hago esta sugerencia,
quizás no tenga ni nombre,
el peor enemigo del hombre
sería su propia conciencia.
Y pongo como evidencia,
en mi verso lo enarbolo
le canta como chingolo
así lo digo en presente:
si los persigue la mente  
se acaban matando solos.

(Rubén Sada)
Bueno, querido amigazo,
compartir fue mi alegría.
(Orlando Zalazar)
Hoy yo pongo mi baquía,
como amigo es un pingazo.
(Rubén Sada)
Su humildad es como un lazo
que nos conecta al payar,
(Orlando Zalazar)
y en este camino andar,
quedo viendo en su mirada
(Rubén Sada)
la amistad de Rubén Sada
con Orlando Zalazar.


©Septiembre de 2015, Rubén Sada / Orlando Zalazar.
Payada escrita mediante mensajes del Facebook.
¡Gracias, Orlando Zalazar, cantor y poeta! 
Por compartir estos momentos de vida en el mismo camino
que nos une todos los lunes: la poesía repentista.

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