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30 de mayo de 2020

SIEMBRA


SIEMBRA


Un nuevo amanecer es el consuelo
del germen que a la espiga rubia alcanza,
brotando en el color de la esperanza
y el astro rey bendice desde el cielo.

No hay más desolación en rico suelo
si el viento a cada espiga le hace danza.
Bautiza el nubarrón, por fin le lanza
el agua de la vida del riachuelo.

Silente brota el pan en cada era,
la fiesta en la familia lo comparte,
milagro es el trabajo, ¡si es un arte

que pinta un bello cuadro en la pradera!
Consuélate saber que en primavera
tu tierra productiva he de sembrarte.

© Rubén Sada. 30/05/2020.

Soneto heroico, caracterizado por sílabas tónicas en 2°. 6° y 10°. Escrito el 30/05/2020. Música: Lazy Laura - Quincas Moreira © Youtube Audio Library. VIDEOS: PEXELS.COM



15 de enero de 2019

AMOR ETERNO (Soneto dactílico pleno)



AMOR ETERNO 

(Soneto dactílico pleno)


Siembra el trabajo que viste y que calza,
digno el sudor que anuló el desconsuelo,
nubes y vientos se baten a duelo...
¡Bañan la tierra desnuda y descalza!

Rubia, dorada, la espiga se alza
de una semilla que duerme en el suelo,
riegan las gotas que viajan en vuelo
pero son tantas que el suelo rebalsa.

¡Cuántas penurias aguanta el que siembra!
Solas y al cielo levanta sus manos.
Húmeros, radios, la lluvia desmiembra...

Mientras se empapan cabellos ya canos.
Pero su amor va a la tierra, que es hembra,
porque con ella vivió mil veranos.

Rubén Sada. 11/01/2019.

3 de mayo de 2010

UN PEÓN, SEGUNDO MOLINA

A los tempranos 18 años de edad,
Rubén Sada fue detenido y encarcelado 

por rehusar rendir servicio militar obligatorio, 
argumentando objeción de conciencia
por convicciones cristianas,
en momentos de preparativos para la guerra 
de Argentina contra Chile por el Canal de Beagle. 


ruben sada, objeción de conciencia
Rubén Sada, en 1978

Un Peón, Segundo Molina



Llegó de paso a la estancia
P’al tiempo de las esquilas,
Y alargó su permanencia
por causa de que....llovía
En una esquina del galpón
le hizo de tabique una estiba,
tendió el catre. De un alambre
colgó sus escasas pilchas...
y al no encerrar la majada
y andar de gusto esos días
pa no pasarlo aburrido
ayudó en lo que podía...
juntar marlos p’hacer fuego,
arreglar unas bebidas,
cortar lonjas, sacar tientos,
desgranar pa’ las gallinas...
Y cuando compuso el tiempo
y terminó con la esquila 
se quebró un peón, y quedó
pa remplazarlo unos días.
Después en la misma estancia
otras changas que salían:
Del galpón pasó a la piezas
que pa los peones había.
Y como el tiempo se escapa
y se amontonan los días...
Ya van como veinte años
que aquel: Segundo Molina...
es un hombre para un patrón,
ya no es más peón golondrina;
Pero el asunto ha cambiado
En estos últimos días...
Ya que llegó hasta la estancia
un juez, con un Policía
Pa’ anoticiarlo al patrón
de un parte que le traían...
“que en su campo trabajaba
Un tal... Segundo Molina”
“Pa’ la patria desertor
cuando llamó la Marina.”
Al enterarse el patrón
-riéndose todavía-
Pensando… una confusión
entró a escuchar qué decían...
Y la verdá... Era cierto,
Aunque ni el peón lo sabía...
¡había pasao mucho tiempo
Del sorteo y la milicia!...
Pero aquel juez insistió
completando su teoría,
“Por no servir a la patria
es un desertor... Molina!”
Estas palabras cayeron
Pa’l patrón como agua fría
Y levantando la voz
Entró a sangrar por la herida...
¿cómo?...
¿que no ha servido a la patria
mi peón... Segundo Molina?
Podrá o no ser desertor,
-de eso no ando con porfías-
Pero que sirvió a la patria
doy fe... Y me juego la vida...
Porque hace más de veinte años,
Sin aflojarles ni un día
con el arado, de a caballo,
sin conocer la fatiga,
lidiando con toros bravos,
haciendo crecer la estiba,
recorriendo los potreros
Pa’l tiempo de las paridas.
¿o sólo sirve a la patria
aquel que va a la milicia?
¡Vaya nomás... que enseguida
me cambio y salgo pa’l pueblo
a ver la papelería
Y buscar un abogao
que lo defienda, Molina...
El peón que estaba a su lado
sin decir ‘la boca es mía,’
salió al tranquito pensando
en las cosas de la vida....
Él que siempre iba alegando
que a llorar no aprendería,
con la cabeza agachada
se metió pa’ la cocina.
Y le mojaron sus ojos,
el puño de la camisa,
mientras seguía escuchando
lo que’l patrón repetía:
“¡Con que no ha servido a la patria
mi peón… Segundo Molina!

Autores: 
(Justo Morales / Víctor Abel Giménez)

2 de abril de 2010

VELORIO DE UN NEGRO CRIOLLO (poema de Nicómedes Santa Cruz)


VELORIO DE UN NEGRO CRIOLLO


(Poema de Nicómedes Santa Cruz, Perú, 11-06-1960)

Negra la capilla ardiente,
negro el muerto y su ataúd.
Adentro llora la gente,
afuera dicen... "¡Salud!"

Alguien pasó a mejor vida.
La mala noticia vuela,
y preguntan "¿Quién lo vela,
su mujer?"."¡No, la querida!"
Cae la noche rendida
sobre el murmullo de gente:
Negro en la puerta: un pariente.
Negras con manta: vecinas.
Negros con negras chalinas,
negra la capilla ardiente.

La casa pone el difunto,
lo demás todo prestado:
La luz del cuarto de al lado,
las bancas son de aquí junto.
El bodeguero fue el punto:
-japonés de gran virtud,-
firmó la solicitud
garante en los funerales
y así quedaron cabales
negro el muerto y su ataúd.

Negras teñidas de luto 
sirven tazas de café.
Viejas, teñidas de fe
rezan por el disoluto.
Tampoco falta algún bruto
que porque trajo aguardiente
vocifere tontamente
y haga chistes colorados.
Afuera, ríen mareados.
Adentro, llora la gente.

La noche parte a destierro.
Alguien pregunta con teatro:
"¿A las diez, o a las cuatro?"
¡Mentira, no irá al entierro!
El aullido de un perro
turba a la negra quietud.
Y en irónica actitud
libando alcohólica dosis
sin dar tregua a la cirrosis
afuera dicen: "¡Salud!"

Autor: Nicómedes Santa Cruz (1949-1989)

EL SEÑOR FEUDAL (de Nicómedes Santa Cruz)


EL SEÑOR FEUDAL

 (Poema de Nicómedes Santa Cruz, 1971)

Las haciendas del Perú
son de cuarenta familias
que mantienen su vigilia
igual que en la esclavitud.
Su extensión de Norte a Sur
y de Oriente a Occidente
es, aproximadamente
la misma que este país,
porque esta tierra infeliz
es del rico, totalmente.

Mansión del señor feudal
es la enorme Casa-Hacienda
construida en la encomienda
de la era colonial.
Allí un matón caporal
es la perfidia encarnada.
Y al son de una campanada
que suena desde la torre
hasta el débil niño corre
a hacer la dura jornada.

A la mesa del señor
nunca falta el gordo cura
que tiene su sinecura
de indiscreto confesor.
También van Gobernador,
y Prefecto, Alcalde y Juez.
Y por burlar la honradez
o fraguar las elecciones
reciben sendas pensiones
que cobran a fin de mes.

Para que el usurpador
viva como millonario
regamos el suelo agrario
con nuestra sangre y sudor.
Protegen al vil señor
funcionarios asesinos
y cercan nuestros destinos
linderos de agudo alambre
donde nos morimos de hambre
millones de campesinos.


Autor: Nicómedes Santa Cruz (1949-1989)

1 de marzo de 2007

POEMA AL HOMBRE DE CAMPO

AL HOMBRE DE CAMPO



Hombre de campo que habitas
en la tierra y la cultivas
y recoges el noble fruto
de tierra virgen y suelo bruto.

Campesino, tú que cosechas
canciones tristes y endechas,
y esperas alegre y con fe
que la tierra producto dé.

Ejerce paciencia labrador,
pues no es vana tu ardua labor,
solo hay que saber esperar,
y mientras mantener y cuidar.

Remueve la tierra y planta
sembrando lo que más te encanta;
quita los yuyos y riega
que llegará el tiempo de la siega.

Que los cielos lluevan para ti
y te bendiga Dios y te haga feliz,
sabiendo que esta alegría
es el fruto de lo que sembraste un día.

Hombre de campo, tú que miras
al sol con el rostro bronceado,
tu frente suda y transpiras
por tan duro haber trabajado.

Tus manos se han encallecido,
tus pies se han enrojecido,
trabajaste duro y tendido,
con lluvia o sol, calor o frío.

Aunque te sientas solo y herido
nunca, nunca te des por vencido,
multiplicarás tu fuerza productiva
y derrotarás hasta a la sequía.

Y luego de una gran jornada
de muchas horas trabajadas
descansarás, tú y tu familia
tranquilos, durante la vigilia.

No te desvíes campesino,
continúa por tu duro camino,
pon mucho empeño y experiencia,
trabajando con sabia conciencia.

Sé que sos un pequeño puntito
dentro de este universo infinito,
pero sigue esta vida alegre y sana,
sigue sembrando, segarás mañana.


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© Rubén Sada. Año 1979
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Escrito adentro de un calabozo por Rubén Sada de Argentina el 04-10-1979 en la Compañía de Comunicaciones 9, de Comodoro Rivadavia Chubut, donde fui detenido e incomunicado bajo el régimen militar, por negarme a empuñar las armas. Este poema fue publicado en la página 98 de un libro escolar de 5º grado básico de Chile.











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