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11 de agosto de 2021

PACTO CON EL VIENTO

Rubén Sada en Castilla La Mancha, tierras del Quijote


PACTO CON EL VIENTO

 
Hice un pacto con el viento,
para que sople en mi libro
pues sé que al leerlo, vibro
aleteando el sentimiento.
Le pedí que con su aliento
cada página me pase
mis ojos leerán la frase
que ante mi vista se exhiba,
pues mientras yo lea y viva
de este libro tomo clase.
 
Y empezó a soplar Eolo,
y me abrió la primer hoja,
do leí la paradoja
del ser que se siente solo.
“¡Da tu aire a mi bronquiolo!
¡Insufla el arte y sus dones!
¡Necesito inspiraciones
que me hagan compañía!
Te pagaré con poesía,
ten piedad, ¡no me abandones!”
 
Y el viento sopló otra vez
y otra hoja me mostró,
do seguí leyendo yo
recuerdos de mi niñez.
“De valores soy mi juez
y de estos tengo un costal,
la palabra es mi arsenal
y al escribir soy prolijo,
cada poema es mi hijo,
y leer, ¡mi capital!”

Sopló el viento vez tercera
y abrió una página gris,
con la triste cicatriz
de mi tierna primavera.
“Toda piedra que cayera
a menos de un metro tuyo,
has de juntar con orgullo
y construirás tu palacio,
te daré tiempo y espacio,
sé que triunfarás, lo intuyo”.
 
Y siguió soplando el viento
tal cual hicimos el pacto,
que cada página, al acto
yo la leería atento:
“El amor que por ti siento
en el planeta no cabe,
no es cuestión de que te alabe
pero es que lo siento así,
cuando te acercas a mí
tu latido ya lo sabe”.
 
Y él siguió en su resoplar,
(lo que relato soy franco),
se abrió una página en blanco...
¡La del libro al terminar!
¡Me asusté! Me hizo temblar
mientras oí de su pulmón:
—“Llegaste a la conclusión,
y esta página vacía
firmarás con la poesía
que anida en tu corazón”.—
 
© Rubén Sada. 11/08/2021.
 

12 de abril de 2020

EL VIENTO (Oniesis Gil y Leandro Camargo)

EL VIENTO

(Oniesis Gil y Leandro Camargo)


ONIESIS GIL
Leandro, ven que ya hay plata
de luna en cada celaje
y el viento embarra el paisaje
de fiesta y de serenata.
Caen goteras de nata
del techo del firmamento,
y da la impresión que el viento
prende faros en mis sienes
para ponerme los trenes
de la idea en movimiento.

LEANDRO CAMARGO
El viento cruje en el guano,
retoza con los faroles,
se mete en los caracoles
y se acuesta sobre el llano.
Como un pirata liviano
pasa robando sonidos,
y llena playas de olvidos
como un velero que viaja,
llevando adentro una caja
de músicos escondidos.

ONIESIS GIL
Siempre que el viento pasea
con su arpa entre las flores
como un duende de colores
la mariposa aletea.
En su cúspide moldea
su arquitectura de vuelo,
y eleva sobre el ciruelo
una carretera suave
para que el ala del ave
toque las puertas del cielo.

LEANDRO CAMARGO
Cuando hay viento en temporal
y la lluvia corre arisca,
soplos de fría ventisca
se pegan en el cristal.
Y parece ante el umbral
cuando la mirada subes
que arcángeles y querubes
pusieron ventiladores
en los cuartos interiores
de la casa de las nubes.

ONIESIS GIL
Cuando hay noche tormentosa
y el viento arrastra a un abismo,
papalea un nerviosismo
de sombras en la chismosa.
La madera quejumbrosa
parece que se desgrana,
y afuera el viento se afana
y ruge como si hubiera
suelta en el patio una fiera
arañando la ventana.

LEANDRO CAMARGO
Yo recuerdo al huracán
que azotó mis verdes prados
y hay árboles arrancados
que hoy en mi memoria están.
Su ruido era el de un volcán
con lava fría por dentro,
y lo que vino al encuentro
de lo que fuera la fronda,
era una furia redonda
con un engaño en el centro.

ONIESIS GIL
Con el viento el papalote
desenrolla su madeja

LEANDRO CAMARGO
Y con el viento se aleja,
de las orillas, el bote.

ONIESIS GIL
Con el viento en el mogote
las palmas danzan de prisa

LEANDRO CAMARGO
Con en viento el hombre atiza
hornillas para el consumo

ONIESIS GIL
Y con el viento alza el humo
partículas de ceniza.

LEANDRO CAMARGO
Con el viento se abre el sello
del sobre de la mañana,

ONIESIS GIL
Con el viento la sabana
toma un movimiento bello,

LEANDRO CAMARGO
Con el viento habla el cabello
de la muchacha rural,

ONIESIS GIL
Con el viento matinal
vuelve el recuerdo pasado,

LEANDRO CAMARGO
Y con el viento entornado
alimenta su espiral.

ONIESIS GIL
Con el viento habla el macío,

LEANDRO CAMARGO
Con el viento el agua fluye,

ONIESIS GIL
Con el viento el vapor huye

LEANDRO CAMARGO
Con el viento crece el frío,

ONIESIS GIL
Con el viento ondula el río
como líquida bandera,

LEANDRO CAMARGO
Con el viento por la acera
el topo seco galopa,

ONIESIS GIL
y con el viento la ropa
se seca en la tendedera.

LEANDRO CAMARGO
y el viento somos tú y yo
que en una pronta marea,

ONIESIS GIL
en lo que se va una idea,
otra idea ya llegó.

LEANDRO CAMARGO
Nuestra voz no se inscribió
ni en libros ni en monumentos,

ONIESIS GIL
Pero como un pensamiento
en cada verso dejamos

LEANDRO CAMARGO
Lo que en el viento cantamos
nunca se pierde en el viento.






5 de septiembre de 2014

AL VIENTO...



AL VIENTO...


¿Qué misterio encierra el viento? 
¿Contra quién su ensañamiento 
se hace bramido feroz? 
¿Qué hipócrita fingimiento 
late en su sañuda voz?

¿Quién irritó sus lebreles? 
¿Sus invisibles corceles 
qué persiguen tan en alto? 
¿Quién los dispara al asalto 
de ramas y chapiteles?

¿Qué golpe de rabia ahueca 
su fragor que sube y sube? 
¿Por qué su furor se obceca 
en llegar hasta la nube 
y sus caireles desfleca?

¿De qué países remotos, 
desolados y ateridos,
proceden esos gemidos? 
¿De qué pulmones ignotos 
esos potentes silbidos?

¿Es amenaza? ¿Es reproche 
lo que dice el vendaval 
cuando su alarma infernal 
va gritando por la noche 
con petulancia triunfal?

Y en esas negras conjuras 
de la noche con el viento,
¿qué gigantes coyunturas 
se retuercen al tormento 
de restallantes torturas?

Sus nerviosos aletazos 
¿qué apocalipsis proclaman? 
Sus gargantas ¿por qué braman? 
con verbo de latigazos? 
¿A qué víctimas reclaman?

Amador Porres

9 de agosto de 2014

Si el viento no sopla (Soneto de 6 sílabas)

soledad, guitarra, viento, música, tristeza


SI EL VIENTO NO SOPLA


 (Sonetillo de 6 sílabas)

Si el viento no sopla
no será ya viento,
ni brisa, ni aliento,
pues muere y no acopla.

No envía mis besos,
silencian mis coplas,
y si él no resopla
se callan mis rezos.

Si no sopla el viento
te mantiene lejos,
y se ponen viejos

tu verbo y tu acento.
Si no hay ya festejos
callaré. Lo siento.


Rubén Sada. 09/08/2014

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