
EL BADAJO
[1]
Mi lengua es el badajo que suena en la campana
poniendo en la mañana garganta al corazón.
Y mientras yo trabajo, tristezas y alegrías,
canciones, melodías palpitan con mi gong.
[2]
Mi lengua es el badajo que vibra en la conciencia,
temblando con la esencia del norte cardinal.
Conservo buen legajo de olvidos y memoria
en sorbos de mi historia que bebo desde un grial.
[ESTRIBILLO]
¡Despierta, lengua mía! Cimbréa a la campana
que el sol de la mañana anuncia un día más.
Jornadas productivas requieren tu palabra
tu pala el tiempo labra y espera cosechar.
[3]
Mi lengua es el badajo que azota al bronce tieso,
así despierta el seso, la aurora del sostén.
El sol nació de abajo y crece en la pupila
la espada que vigila la entrada del Edén.
[ESTRIBILLO]
¡Despierta, lengua mía! Cimbréa a la campana
que el sol de la mañana anuncia un día más.
Jornadas productivas requieren tu palabra
tu pala el tiempo labra y espera cosechar.
[4]
Mi lengua es el badajo que como alarma grita,
y cada gongo agita un manto resplandor.
Y encuentro un buen atajo al paso del camino,
trepida mi destino de bardo soñador.
[ESTRIBILLO]
¡Despierta, lengua mía! Cimbréa a la campana
que el sol de la mañana anuncia un día más.
Jornadas productivas requieren tu palabra
tu pala el tiempo labra y espera cosechar.
© Rubén Sada. 28/7/2023.
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