16 de diciembre de 2021

EN PELDAÑOS DE ILUSIÓN

 

Pirámide del escritor (Autor: Rubén Sada)

EN PELDAÑOS DE ILUSIÓN

 

La carrera del poeta
contiene varios peldaños,
y a través de muchos años
seguro llega a la meta.
Ha de llenar su libreta
diariamente de emociones,
escribiendo corazones
en un papel sin desmedro:
¡Farónico poliedro
que abrevio en cinco escalones!
 
{1}
En el primer escalón
hay tierra silvestre, yerma,
mas, su deseo no merma
y explosiona el corazón.
Cable a tierra es la razón
para sembrar la cultura,
su pan es literatura
y su lápiz ya germina,
su flor ahoga a la espina
y es cimiento en la llanura.
 
{2}
Sus escritos ven el sol
que alumbra a su tierra oscura,
se involucra en la aventura
de mostrar que tiene un rol.
Sus letras son un crisol
de afecto desordenado,
de “poeta” lo han nombrado
y en verdad es lo que ama...
¡La poesía lo llama
y él acepta este llamado!

{3}
Lo comienzan a leer,
recibe elogios y críticas,
toma cursos y analíticas
con deseos de aprender.
El jardín de su saber
va contagiando fragancia,
se ejercita con constancia
practicando más estilos,
y fructifica de a kilos
poesía con substancia.

{4}
Una modesta cosecha
se asoma en la bienvenida,
y el aplauso de la vida
le da la mano derecha.
Una recompensa estrecha
lo gratifica con miel,
y unos premios de papel
donde otrora vertió llanto,
¡hoy se transforman en canto!
¡Qué bien le viene un cospel!
 
{5}
En su carrera a la cima
el escritor llega al podio,
vence con amor el odio
y pone al ingenio rima.
Sudor a la chispa arrima:
Técnica a la inspiración.
¡He aquí la consagración
que la cumbre representa,
cúspide que se sustenta
en peldaños de ilusión!
 
© Rubén Sada. 16/12/2021.

COMENTARIOS FINALES

Todos los escritores, poetas y artistas evolucionamos. El progreso es excelente, porque comprueba que hay vida y donde hay vida se espera que haya un crecimiento. Hasta el idioma está vivo y en constante crecimiento, por lo que se espera que el escritor también crezca, ya que su materia prima son las letras. El estancamiento no produce nada. El crecimiento produce fruto y satisfacción. Por lo tanto, es alentador ver cómo va creciendo un escritor, pero no se debería comparar con otros escritores y poetas, sino consigo mismo, porque las comparaciones no siempre resultan en un ánimo positivo para el poeta. Sin embargo, cuando el crecimiento es comparable "a su propia carrera y trayectoria", basta con mirar atrás y ver lo que uno escribió hace 40 años, para comprender por sí mismo su evolución y no en relación con los demás, a quien por supuesto uno admira.

Al hacer un análisis de la carrera de un poeta, pude comprender por experiencia propia que se podría dividir (a grandes rasgos) en cinco escalones que va atravesando en su progreso a lo que se asemeja a una cima. Estos cinco se podrían resumir así:

►1◄
Comienza con sus primeros escritos, movido por la necesidad de expresar lo que siente. Los guarda. Necesita un cable a tierra para descargar y poner por escrito sus pensamientos. No sabe de estilos, métrica, rima ni otros recursos de la retórica. Solo empieza a escribir sin rumbo y no se preocupa por la técnica. Es posible que alguna vez saque esos escritos del cajón donde los guarda en un cuaderno íntimo y los muestre a alguien de confianza, pero muy tímidamente. Su intención en este punto, es conservar sus vivencias y sentimientos por escrito, pero lejos está de querer mostrarlos y mucho menos publicarlos en Internet.

►2◄
Muestra a los demás lo que escribe. Admira a escritores y poetas que va leyendo y se esfuerza por imitar su estilo o se inspira en obras literarias / poéticas de los mismos. Quiere darle un vuelo poético a sus letras, pero aún no sabe cómo. Copia ideas, palabras, estilos, se esfuerza por escribir ahora como sus admirados poetas, pues producen en su alma asombro, le llegan sus letras en una especie de "sintonía fina" entre autor y lector. Empieza a notar una diferencia entre su modo de escribir y el de los próceres y poetas reconocidos de la literatura.

►3◄
Empieza a interiorizarse sobre cómo mejorar su trabajo y aprende nuevas técnicas que aumentan su nivel poético y literario. Aumenta el nivel de receptividad de parte de lectores un poco más críticos. Se empieza a animar a publicar sus poemas en Internet. Desde un tímido principio en el que quizás usaba "seudónimos" sin foto, por vergüenza de que sus conocidos leyeran su nombre debajo de sus poemas en las redes sociales, evoluciona hasta poner su nombre real, porque tiene la esperanza de publicar un libro con su obra. Recibe felicitaciones en las redes sociales y está conforme al dar a conocer sus obras. Trasciende.

►4◄
El día soñado llega y publica un libro. Recibe algo de dinero por la venta de su obra, ya sea por publicarla y vender libros o por recibir algún reconocimiento monetario en concursos o en sitios web donde publica su obra. Las redes sociales hablan de él y sus ideas comienzan a echar raíces. Publica muchos libros más. Participa en antologías, que le traen más visibilidad. Sus escritos en Internet son monetizados y recibe pequeños reconocimientos monetarios por el impacto en visitas que tiene su obra escrita. La poesía, de estar guardada en un cajón oscuro hace unas décadas, ahora le empieza a redituar en agasajos, premios y alguna que otra moneda.

►5◄
En este punto, el poeta es un privilegiado por haber llegado a la cima, donde acaso muy pocos son los que llegan. Porque ahora vive de las ganancias de lo que escribe. A este nivel, escribir y declamarlo o actuar en público cantando, se convirtió en su medio de vida y obtiene remuneraciones monetarias por ese trabajo. No necesita trabajar seglarmente en su anterior actividad, porque sus finanzas ahora dependen de sus actuaciones en público, de los libros que venden sus editoriales o él mismo, de los contratos para redactar artículos que firma con prestigiosos diarios o revistas, de las conferencias que da y convocan a miles de asistentes en sus giras, de los cursos que dicta o de la monetización de su contenido en las redes sociales. En este punto, aunque muriera, su nombre quedará junto a sus obras, y esto lo hará seguir viviendo en letras, aunque no esté más su cuerpo. Sus letras cobrarán vida propia. Llegaría quizás un punto en que se repetirán, sin saber el nombre y apellido de quién las dijo. (Manuel Machado: "La copla".)

Como conclusión: Crecer es muy bueno. Compararse con uno mismo también. No es bueno estancarse ni compararse con los demás. Mi sincero deseo es que cada cual encuentre el nivel en que se halla a gusto, sin sentirse presionado. Cuando uno "vive la poesía" es cuando la disfruta y cuanto más cerca estará de "vivir de la poesía", aunque sinceramente ese no sea el propósito que tienen todos los escritores. Muchos están muy contentos solo con dar a conocer sus obras y que alguien ponga un "me gusta" en su escrito. Y dependerá de cada uno, en forma individual, decidir hasta qué escalón subirá.

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