SANGRE DEL MISMO COLOR
En las venas del poeta
la sangre de la humildad
es color sinceridad
si es su vida una discreta.
Aunque el Parnaso prometa
honores, honra y loor,
solo damos al Creador
la alabanza que debemos,
después de todo, tenemos
sangre del mismo color.
Mi sangre es color de cielo
de un planeta azul cerúleo
y desde mi temple hercúleo
quiero intentar otro vuelo.
¿Podré despegar del suelo
para ver un nuevo albor?
Si me bendice el Señor
y me guía en el camino,
tendré del cielo divino,
sangre del mismo color.
Mi sangre es tono esperanza
y es lo último que pierde,
de un hermoso color verde
que me guía con confianza.
Mis venas forman alianza
con la savia y el verdor,
y el perfume de la flor
germina dentro del pecho,
tengo igualita al helecho,
sangre del mismo color.
la sangre de la humildad
es color sinceridad
si es su vida una discreta.
Aunque el Parnaso prometa
honores, honra y loor,
solo damos al Creador
la alabanza que debemos,
después de todo, tenemos
sangre del mismo color.
de un planeta azul cerúleo
y desde mi temple hercúleo
quiero intentar otro vuelo.
¿Podré despegar del suelo
para ver un nuevo albor?
Si me bendice el Señor
y me guía en el camino,
tendré del cielo divino,
sangre del mismo color.
y es lo último que pierde,
de un hermoso color verde
que me guía con confianza.
Mis venas forman alianza
con la savia y el verdor,
y el perfume de la flor
germina dentro del pecho,
tengo igualita al helecho,
sangre del mismo color.
Mi sangre es el sol del trigo
con su cabellera áurea,
y en tu inteligencia láurea
veo el color de un amigo.
Dorada joya consigo
si es la amistad tu valor,
siembra y siega el sembrador
aunque el sudor lo desangre,
porque el pan le cuesta sangre,
sangre del mismo color.
como de pasión la rosa,
y en una corola posa
mi pico de colibrí.
Del ocaso carmesí
ya libé todo el fulgor,
respirando el estertor
del más puro sentimiento,
porque tengo con el viento,
sangre del mismo color.
que dan albergue a los nidos,
y de satenes mullidos
están cubiertas mis camas.
Yo te amo y tú me amas
y el árbol nuestro es amor,
sus cinco frutas, dulzor
son, que a la raíz se aferra,
y dejamos en la tierra
sangre del mismo color.
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