GRACIAS AL PERSONAL MÉDICO
La ciencia alargó mi vida
con presteza y vocación,
y la muy noble intención
de la salud, ¡bienvenida!
Con su mano bendecida
le ajusta algunos tornillos,
a abuelos, grandes, chiquillos,
y entre sábanas de sedas,
en una cama con ruedas
me condujo a los pasillos...
Pasillos de un laberinto
de antisepsia quirofánica,
con maquinaria mecánica
para cada uso distinto.
Me ingresaron a un recinto
y un cirujano con guantes
me tranquilizó en instantes
con esperanza verde apio,
y pronunció el esculapio
unas palabras calmantes.
A la noble vocación
que viste de blanco traje,
va mi sincero homenaje
que brota del corazón.
Quien arriesga su pulmón
y en su mano amor anida,
en la lucha bendecida
la honra ha de merecer...
¡Bendición llegue a tener
del Señor Dios en su vida!
© Rubén Sada, 21/03/2020.
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