DE LAS MANOS DEL VERANO

¡Qué generosa es la vida
que el estío desmenuza,
con tanta preciosa musa
que de glamour va vestida!
Ni un clima se nos olvida
aun si ahora el pelo es cano,
y si nuestro cuerpo es sano
se colma nuestra bodega...
¡Cuán generosa es la entrega
“de las manos del verano”!

Un deleite es el calor
en la Atlántica benigna
el tembleque se resigna
ante el templado confort.
Tiene un brote de rubor
este amanecer temprano,
con un tereré en la mano
compartimos el quehacer,
recordando nuestro ayer
“de las manos del verano”.

Juntos poder navegar
por San Roque en un embarque,
luego pasear por el parque
contemplando el palomar.
Coleccionando un ajuar
de souvenir artesano,
piedras de suelo puntano
con flores de la pradera,
para armarte la pulsera
“de las manos del verano”.

Veo el nido de un hornero
y abejas en las aljabas…
¡Qué ricas están las rabas
en el Parque Cervecero!
Tarde lacia de un febrero
con el sopor cotidiano,
chicharras en el rellano
y en la copa del crespón
madura un color pasión
“de las manos del verano”.

Melón de miel de San Juan
y en la tierra olor a lluvia,
que baña a la espiga rubia
que a los niños dará el pan.
En la plaza el tobogán,
mamá y niños de la mano,
en el campo el hortelano,
motor de la producción,
fructifica bendición
“de las manos del verano”.

Mil kilómetros de ti
ya atravesó mi osamenta,
y se me esfumó la cuenta
este otoño carmesí.
Tal vez en un colibrí
mute la piel de este anciano,
o me vistan con el llano
que abraza al barro de invierno,
cuando parta al viaje eterno
“de las manos del verano”.

Rubén Sada. 24/01/2019.