1 de junio de 2020

EL NIÑO QUE VIO AL TITANIC (Diálogo repentista)



EL NIÑO QUE VIO AL TITANIC

(Diálogo repentista entre Reinaldo Figueroa y Rubén Sada)

♦Reinaldo Figueroa♦
La vida es un manantial
que estrena un grito en la boca,
mientras otro desemboca
en el mar del funeral.
Nada resulta casual,
nacemos con un destino,
no hay que culpar de asesino
al Titanic de la vida,
todos tendremos la herida
de un iceberg en el camino.

♦Rubén Sada♦
El Titanic de mi vida
chocó con témpanos, muchos
y quemó varios cartuchos
dando más de una embestida.
Porque tengo un salvavida
amarrado a mi canción,
de acero es mi embarcación
y el timón de mi coraje
me obliga a forjar el viaje
en el mar del corazón.

♦Reinaldo Figueroa♦
Un iceberg me visitó
sin ser un Titanic fuerte,
témpano frío de muerte
contra mi infancia chocó.
No sé si Dios me ayudó
pero de algo estoy seguro,
que en mi vida no me apuro
y la vivo a mi manera,
porque sé bien que me espera
otro iceberg en el futuro.

♦Rubén Sada♦
Si con un iceberg te hieres
yo te ofreceré mi bote,
y en el hogar de mi islote
renovarás tus poderes.
Reinaldo, no desesperes
y sal de ese mar oscuro,
sos capitán, ¡te aseguro
que en esquivar sos experto!
Vas a llegar a buen puerto
conquistando un buen futuro.

♦Reinaldo Figueroa♦
El futuro es algo incierto
porque la vida es un mar
que al salir a navegar
no todos besan el puerto.
La vida empieza en desierto
y en un desierto se acaba,
cuando era un niño yo andaba
tan alegre en mi bahía
que ni siquiera sentía
mi barco cuando chocaba.


♦Rubén Sada♦
Sos el mejor capitán,
tu carnet no está prescripto,
en los mapas está inscripto
tu título de titán.
Sobreviviste al caimán
y a su siniestra mordida,
ya no te sangre la herida
ni siquiera en la nariz,
¡exhibe tu cicatriz
como un trofeo de vida!

♦Reinaldo Figueroa♦
A mí me busca la muerte
desde el día en que nací,
yo pienso que sigo aquí
más por valor que por suerte.
Sin tener ni un diente fuerte
en la boca todavía,
me vino a buscar un día
y dicen que mi reflejo
se parecía un conejo
huyendo de la jauría.

♦Rubén Sada♦
Algún día recordarás
(lo recuerda tu cariño),
esos juegos siendo niño,
hace mucho tiempo atrás.
Y allí quizá te reirás
del llanto de una caída,
de una rodilla vencida
por atrapar un balón,
intentando ser campeón
¡dejabas allí tu vida!

♦Reinaldo Figueroa♦
Cuando recuerdas tu vida
y el niño que alegre fuiste,
el tiempo parece un triste
camino para la huida.
Sientes dolor por la herida
cuando luchaste el balón,
porque hay una sensación
perdida en el infinito
que nunca vuelve aquel grito
de “goooool” con el corazón.

♦Rubén Sada♦
Los recuerdos son tesoro
de nuestra preciada infancia,
donde no había jactancia
por ver quién tenía el oro.
Alguna lágrima, un lloro
por alguna pequeñez,
hoy tiene más validez
por el gol de la experiencia,
pues bebemos la influencia
del agua de la niñez.

♦Reinaldo Figueroa♦
En mi niñez yo tenía
creo lo fundamental,
el cariño paternal
dentro de la casa mía.
Mi abuela, que me quería
como el preferido nieto,
y mi abuelo que en su reto
por ver el oro en mis frases,
me comenzaba a dar clases
en la escuela del respeto.

♦Rubén Sada♦
Yo también tuve el cariño
de mi recordada abuela,
y este cuadro se pincela
con estos trazos que aliño.
Fui aplicado, muy buen niño,
y el único varón nieto,
muy creativo e inquieto,
en obediencia el mejor
en la escuela del amor
y también la del respeto.

♦Reinaldo Figueroa♦
Quien se cría en el respeto
bajo un bohío de guano,
sabe que el punto cubano
es parte de su esqueleto.
No importa si analfabeto
tuviste tu profesor,
si la clase superior
que el repentista defiende
es aquella que se aprende
en la escuela del amor.

♦Rubén Sada♦
Tu presente es el producto
del buen pilar de tu padre,
la columna de tu madre
ha construido tu reducto.
Hoy navegas el viaducto
de tu propia embarcación,
con dos rosas de ilusión
que te perfuman el alma,
no puedes soltar tu palma
de aferrarte a tu timón.

♦Reinaldo Figueroa♦
Tan aferrado al timón
tengo el nombre y apellido,
por eso es que no me ha hundido
el iceberg la embarcación.
Hambre de navegación
tengo en la brújula mía
y aunque esté una tumba fría
igual que un imán que hala,
para soltar la potala
falta mucho todavía.


♦Rubén Sada♦
Mi poeta vino solo
porque nadie en mi familia
tuvo luz en su vigilia
ni un verso de protocolo.
Pero el trino del chingolo
se me acercó una mañana,
y cantó por mi ventana
con su canto enamorado,
y allí me quedé pegado
como un hierro que se imana.

♦Reinaldo Figueroa♦
Yo tuve mi profesor,
no te lo voy a negar,
que es mas fácil navegar
si ves el faro a babor.
Un arrecife de error
no puede tu barco hundir,
cuando nace un porvenir
hecho en un guajiro clima
y te enseñan con la rima
las palabras a decir.

♦Rubén Sada♦
En el buque del amor
tengo treinta y ocho años,
son treinta y ocho peldaños
a babor y a estribor.
Hoy me siento un ganador
que festeja la carrera,
sin que su barco se hundiera
a pesar del temporal,
aun no llegué al final
pero estoy en la frontera.

♦Reinaldo Figueroa♦
La noche anuncia una orilla
en la playa de la cama...

♦Rubén Sada♦
Y ya bien lejos del drama
la playa es de maravilla.

♦Reinaldo Figueroa♦
Desde el mástil a la quilla,
de proa a popa también...

♦Rubén Sada♦
Pisamos el terraplén
como fantástico heraldo...

♦Reinaldo Figueroa♦
Una huella es de Reinaldo,
la otra huella es de Rubén.

© Reinaldo Figueroa y Rubén Sada. 31/05/2020.

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