A TU IMAGEN Y SEMEJANZA
Padre, ¿por qué me habrás creadoa tu imagen y semejanza?
¡Si con mi conducta no te he honrado,
y hasta perdí en ti la confianza!
Ya no te doy siquiera alabanza
aunque Tú me has dado vida y salvado.
Mi ojos solo miran mi andanza,
y al cielo además he olvidado.
Creo, en vez que en tu designio, en el Hado.
y más que en el amor, en las finanzas.
Por 30 piezas de plata te he traicionado.
He cortado contigo toda alianza.
Padre, no sé por qué me has creado
a tu imagen y semejanza,
si a ti otrora jamás me he aferrado,
y nuestro distanciamiento avanza.
Perdóname, Padre, la tardanza.
Perdona que te he abandonado.
Sé que será justa tu balanza,
y que por siempre me habrás perdonado.
© Rubén Sada - 20-04-2008