MIENTRAS VUELO COMO UN PÁJARO
Cuando yo recorro el prado
y entre los verdes paseo
se me hace que el horizonte
a lo lejos es eterno.
Voy silbando como un pájaro,
contemplando el vasto cielo,
queriendo volar más alto,
sin aflojar el intento
y como el cóndor andino,
de prisa remonto en vuelo.
La esperanza me acompaña,
el porqué es un misterio,
y así, me voy mar adentro
por los mares de los cielos.
Otras aves me acompañan
con su incesante gorjeo
y de cerca, muy de cerca
se ve brillante el Lucero.
El Sol resplandece en alto
¡Cuánto admiro todo aquello!
En este mundo increíble
me siento como extranjero,
volando a esta gran altura
me viene un fuerte mareo.
Alejado del dolor,
del temor, lejos del miedo,
del pueblo, de la tristeza,
solo, trinando el silencio,
así, por los vastos aires,
se me va pasando el tiempo.
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© Rubén Sada. 25-03-1981.
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Este romance lo escribí cuando yo tenía 20 años de edad.