EL LABERINTO
No encuentro la salida de este laberinto,no sé adónde ir, solo sigo mi instinto.
Si tú sabes salir, mejor te sigo
o sino que alguien me muestre el camino.
No encuentro la salida de este laberinto,
se hace muy complicado el mecanismo,
sigo al pie de la letra el ejercicio
mas no puedo resolver tanto conflicto.
No conozco un atajo que me acorte el camino,
no entiendo una razón que me explique lo que vivo.
No encuentro el método para evadir este destino,
ya ni sé quién soy, ni entiendo por qué existo.
Nadie escucha mi ruego, no se oye mi grito,
no puedo orientarme, ya estoy perdido,
y en vez de ver la salida, solo giro, y giro,
en el mismo centro de este laberinto.
No encuentro el cartel que me advierta del peligro,
no tengo a nadie que me ofrezca un incentivo,
de lo que quiero conseguir nada consigo.
El camino es oscuro, tampoco lo ilumino.
Estoy como muerto aunque estoy vivo,
no me deja pensar en paz el nerviosismo,
y en lugar de calma, terrible sismo,
y en mi interior, antes fogoso, ahora hace frío.
No encuentro la salida de este laberinto:
no me puedo curar de ser de ti un adicto,
ni consigo el remedio para mi corazón herido.
De quien antes recibía amor ahora ni tengo cariño.
© Rubén Sada. 07-01-2007.