EL DESPRECIO
Nunca creí que el amor no era eterno:
yo pensaba que nunca acabaría.
Hoy la noche se me ha tornado en infierno
y un ordenador separó nuestras vidas.
Nunca imaginé que tus desprecios serían
el mayor enemigo de nuestro matrimonio.
Nunca pensé que para ti me convertiría
de ser un ángel a un cruel demonio.
Nunca supuse que volando irías
detrás de hombres que te dicen cosas lindas.
Yo soy real, ellos son mentiras,
sólo palabras que aumentan tu autoestima.
Nunca sospeché que tus perpetuos desprecios
me obligarían a este juego perverso,
en el que nadie gana, los dos perdemos,
en el que se derrumba nuestro universo.
Hasta que alguien aparezca en mi camino
alguien que me ame y por completo me aprecie,
alguien con quien compartir todo mi cariño
alguien que me dé su tiempo y no me desprecie.
Copyright © Rubén Sada 2006-2013. 10-12-2006