EL AIRE DE TU ABANICO
Vienen gorriones lozanos
a sosegarse en mi pecho,
vienen ramitos de helecho
y me acarician las manos.
Mil perfumes artesanos
me llegan hasta el hocico,
transportan el vaho rico
de tu magna poesía…
¡Todo eso me lo envía
el aire de tu abanico!
Vienen tenues mariposas
a coquetear en mi piel,
viene el dulzor de la miel
de tus miradas hermosas.
Larga un perfume de rosas
y envía el trinar de un pico,
con cantos que no me explico
pues destellan mil bengalas,
cuando hacen vaivén las alas
del aire de tu abanico.
Me transportan a un jardín
donde un bello pavo real
trae el viento angelical
de tu aliento bailarín.
Los efluvios del jazmín
vienen y lo certifico,
con tu elixir me medico
respirando en este predio
un céfiro que es remedio:
¡El aire de tu abanico!
Cuando agitas tu pantalla
me transportas tu latir,
y el aura viene a nutrir
el deseo que en mí estalla.
Vos sos mi mayor medalla
y por vos me sacrifico,
por favor, te lo suplico,
dejame estar junto a vos,
dame el hálito de Dios:
¡El aire de tu abanico!
© Rubén Sada. 14/8/2023.
Pie forzado v.10 pertenece a Rubén Sada.
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