20 de febrero de 2024

FLORES EN PLENO DESIERTO

 


FLORES EN PLENO DESIERTO

 

En el reseco desierto
una sed fuera de serie
me mantiene en la intemperie
durmiendo medio despierto.
No tengo norte ni puerto
y el terrón de la agonía
extraviado, me extravía
y la brújula está loca,
tal vez sacien a mi boca
oasis de poesía.

Tantas lágrimas que vierto
en el llano se derraman,
que solo aquellos que aman
pueden comprender a un muerto.
Quiero arrojar al desierto
semillas de bonhomía,
y regar esa agonía
así aflora la belleza,
pero es grande mi torpeza:
solo serán flor de un día.

Y decido pintar flores
sobre la sabana yerma,
le exijo al sol que no duerma
y la vista de colores.
Ya despiertan los albores
y logré un prado cubierto,
porque el mundo seco y muerto
que me has hecho florecer
tiene fragancia a mujer:
¡Flores en pleno desierto!

© Rubén Sada. 20/2/2024.

18 de febrero de 2024

TRAVESÍA POR EL TRANSFĂGĂRĂȘAN

 

TRAVESÍA POR EL TRANSFĂGĂRĂȘAN

 

Con andar de paso lento
más precaución y cuidado,
alquilé un lindo rodado
para atravesar el viento.
Por la ruta de cemento
con ruedas de alevosía
y un motor de valentía,
(una cualidad rumana),
en la cordillera arcana
emprendí esta travesía.
 
Travesía entre montañas
por donde los autos van,
en el Transfăgărășan
me tiritan las entrañas.
Lejos, un par de cabañas
me han invitado a venir,
y al Moldoveanu subir
para conquistar la altura,
desde el pico, la blancura
nos ha desafiado a ir.
 
Las vistas son prodigiosas
y el vértigo me perturba,
un peligro en cada curva
cruza montañas frondosas.
Panorámicas hermosas
me hacen sentir muy pequeño,
en la atención pongo empeño
al viajar por Transilvania,
conduciendo por Rumania
hoy estoy cumpliendo un sueño.
 
Cada año son tres meses
que la culebra revive
entremedio del declive
y oblicuas almas monteses.
Mi asombro aumenta con creces
bajo este sol de azafrán,
mil turistas llegarán
para ver esta fortuna,
creo, conduzco en la luna
por el Transfăgărășan.
 
Bosques, lagos y cascadas
me repletan de vigor,
que doy gloria al Creador
en las vistas más osadas.
Las tres horas más soñadas
que he transitado algún día,
me han devuelto la energía
de un magnífico titán,
fue en el Transfăgărășan
esta eterna travesía.
 
© Rubén Sada. 18/02/2024.

Vista nocturna de la carretera más bonita e increíble del mundo, en Rumania: El Transfăgărășan.


VIDEO:


14 de febrero de 2024

MÁSCARAS DE FALSO AMOR

 

MÁSCARAS DE FALSO AMOR

 

Dice que es Jesús y es Judas
y tras un disfraz de amor
hay un monstruo dictador
que tiene garras agudas.
A veces ofrece ayudas
mas, su maquillaje engaña
tejiendo una telaraña
que a sus víctimas enreda,
y en su fuero interno hospeda
la ponzoña de una araña.
 
Tras socorros de amistad
llenos de oro y estampa,
está un príncipe del hampa
que desborda en caridad.
Pero su rapacidad
con un puñal eterniza,
y aunque su mirada hechiza
sientes que te lo ha clavado,
¡si hasta el ángel más malvado
mata con una sonrisa!
 
Tras una hermosa careta
con el más lindo antifaz,
está el ojo más rapaz
que a la desconfianza reta.
Con su mirada te excreta
el más áspero dolor,
tanta hiel huele a dulzor
y el cariño es una cáscara,
pues, debajo de su máscara
no verás nunca el amor.
 
Tras el alma bondadosa
hay un espíritu enfermo,
ves vergel, pero es un yermo
páramo sin una rosa.
Dentro una fruta jugosa
anida el fiero gusano,
lo ves héroe y es villano
con la estaca de traición,
te apuñala el corazón
o más tarde o más temprano.
 
No te dejes embozar
por el disfraz y la farsa,
tanta engañosa comparsa
te conduce al muladar.
Bajo del hermoso ajuar
que exhibe un fresco verdor,
hay un desierto interior
de asperezas muy resecas,
y se cubren fieras muecas
bajo máscaras de amor.

© Rubén Sada. 14/02/2024.

11 de febrero de 2024

PIEDRA, PAPEL Y TIJERA DEL AMOR

 

PIEDRA, PAPEL Y TIJERA DEL AMOR

 

Mi amor es por ti, más fuerte
que las “piedras” más eternas,
tus ojos son dos linternas
que me alejan de la muerte.
Esta noche anhelo verte
para tatuarte un clavel,
no ha de romperse el “papel”
donde firme el corazón
con la más grande ilusión
de construir nuestro vergel.
 
La grabaré con cincel
en la “piedra” de mi alma,
y acariciaré en tu palma
la tersura del “papel”.
Por si acaso el carrusel
de la vida nos espera,
subiendo por la escalera
al nirvana celestial,
no habrá “tijera” mortal
que nos lastime o nos hiera.
 
No podrá alguna “tijera”
cortar nuestra historia juntos,
compartir nuestros asuntos
será la meta viajera.
Un tiempo de primavera
donde aflora simpatía,
nos alcanza en la bahía
frente a atardeceres rojos,
y el océano en tus ojos
me hace amar tu poesía.
 
© Rubén Sada. 11/02/2024.

¿PIEDRA, PAPEL O TIJERA?

 

¿PIEDRA, PAPEL O TIJERA?

Mi mano toma mil formas
cuando me pongo a escribir,
y el verso empieza a latir
revelándote sus normas.
Lo publico en plataformas
y a tu monitor rasguño,
contra el malo refunfuño
y lo acuso con tesón,
al hablar de corrupción
será de piedra mi puño.
👊
Para que jamás se borre
mi puño escribe en la piedra
y al trepar es una hiedra
que toda la web recorre.
No hay epíteto que ahorre
cuando el mundo es un burdel.
Pero es mi verso de miel
y mi pluma de amador,
y al escribir sobre amor
mi puño se hace papel.
✋
Gasto letras a mansalva
y palabras como histrión,
le dibujo un corazón
desde el ocaso hasta el alba.
A la superficie calva
del papel de la pradera,
pinto flores primavera
que recubran todo el barro,
mas, si hablo de despilfarro
mi puño se hace tijera.
✌️
Con dos dedos de tijera
y una poesía crítica,
a los gastos de política
con fuerza les grito: “¡Afuera!”
Soy motosierra que opera
toda la malversación,
mando al dispendio al cajón
y pongo en jaque al derroche,
para que al fin de la noche
amanezca en mi nación.
👊 ✋ ✌️
© Rubén Sada. 11/02/2024.

10 de febrero de 2024

S.O.S. SILENCIO EN VENTA

 

S.O.S. SILENCIO EN VENTA

 

Cuando la mentira pacta
con las fauces del silencio,
estupefacto presencio
a la parca que la impacta.
La conciencia putrefacta
que de culpa no está exenta
de excusa vil se alimenta
y tiene insomnio el honor
en la almohada del dolor,
donde el silencio está en venta.

Cuando hay coima o hay soborno
la verdad es un desierto,
un árbol reseco, muerto,
se ha de hachar y dar al horno.
La justicia, en cloroformo,
duerme en un colchón de afrenta
y la ley, que cobra renta
da al que engaña con astucia,
una sábana muy sucia
donde el silencio está en venta.

Cuando inventan un relato
en el que la luz se omite,
todo el mundo lo repite
y el cielo oscurece al rato.
El periodista insensato
con micrófonos que ostenta,
a veces calla, o inventa
con total impunidad,
la paz torna en tempestad
donde el silencio está en venta.

Cuando calla el altavoz
que la realidad predica,
la falsedad se replica
con una violencia atroz.
Ordeña sangre la hoz
y hace ajenjo de la menta,
mientras tanto que la cuenta
del juez hipócrita crece,
la prostitución se ofrece
donde el silencio está en venta.

Su ponzoña es yarará,
y manos de atar con rafia,
pertenecen a la mafia,
no me extraña su omertá.
Se vuelva en contra, ojalá,
toda su inicua herramienta,
y los denuncie la imprenta
por complicidad, cohecho,
hay espinas en el lecho
donde el silencio está en venta.

Enmudece quien denuncia
y el miedo muestra su asomo,
o el tapabocas de plomo
una nueva muerte anuncia.
El mutismo se pronuncia
ante una barriga hambrienta,
por dos pesos con cincuenta
la vida es un espejismo,
reina el más oscuro abismo
donde el silencio está en venta.

© Rubén Sada. 10/2/2024.

8 de febrero de 2024

UN LOCO LO FESTEJABA


 

UN LOCO LO FESTEJABA

 

Se extinguieron las abejas
bajo una triste magnolia,
y en el río un ceibo exfolia
sangre de flores bermejas.
Los chalets pusieron rejas
porque el delito aumentaba,
la luna ya no brillaba
y en un ocaso arrebol,
un día se apagó el sol
¡y un loco lo festejaba!

Murió toda mariposa
y no hubo más primavera,
un hormiguero en hilera
mordió el pétalo de rosa.
¡Cuánta lágrima lluviosa
desde el Andes socavaba,
que hasta marchitó la aljaba
bajo el ámbar del invierno!
Vomitó lava el infierno
¡y un loco lo festejaba!

En un mundo de locura,
donde la risa es rareza,
riega el cielo la tristeza
y se inunda de cordura.
En la calle más oscura
donde hasta el sol se olvidaba,
siempre había un loco errante
que todo lo festejaba.


Ningún niño ya reía
y el barrilete sin hilo
decidió fugar tranquilo
a un cielo gris de agonía.
Se hundió un yate en la bahía
y el petróleo se volcaba,
el delfín ya no danzaba
y el trigal se hizo pantanos,
nos invadieron marcianos
y el loco lo festejaba.

Un relámpago de sueños
se esfumó con el rocío,
el cóndor murió de frío
cual pichones aguileños.
Se inundaron los isleños
mientras el cuervo graznaba,
el violín desafinaba
y como si fuera poco,
el poeta estaba loco,
y ese loco festejaba.

En un mundo de locura,
donde la risa es rareza,
riega el cielo la tristeza
y se inunda de cordura.
En la calle más oscura
donde hasta el sol se olvidaba,
siempre había un loco errante
que todo lo festejaba.

De poetas y de locos todos tenemos un poco,
si la vida es poesía, ¡festejemos con alegría! 

En un mundo de locura,
donde la risa es rareza,
riega el cielo la tristeza
y se inunda de cordura.
En la calle más oscura
donde hasta el sol se olvidaba,
siempre había un loco errante
que todo lo festejaba.


© Rubén Sada 8/2/2024.
Canta: Amanda Iuliana.




5 de febrero de 2024

LA LEYENDA DEL AMOR ETERNO

 

LA LEYENDA DEL AMOR ETERNO


Fue triste la despedida
en la mudez del panteón,
depositando un crespón
frente a una frente dormida.
En el “más acá”, la vida
le dio al “más allá” su palma
y en un canto que se ensalma
se oyó una copla demente:
“Te esperaré eternamente
con un candado en el alma”.
🎚
[Estribillo]
En la noche estrellada,
donde el éter susurra,
dos caricias se encuentran,
más allá de la luna.
Un amor que trasciende,
más allá del espacio,
en viaje al infinito
universo sagrado.
.
¿Por qué fue? Nadie lo sabe.
Dicen virus o bacteria,
o un plomo en la periferia
donde la moral no cabe.
Y se voló como un ave
espantada por la gente,
mortajas cubren su mente
y un negro luto en la calma
“con un candado en el alma”
susurrará eternamente.
🎚
[Estribillo]
En la noche estrellada,
donde el éter susurra,
dos caricias se encuentran,
más allá de la luna.
Un amor que trasciende,
más allá del espacio,
en viaje al infinito
universo sagrado.
.
De sombra es la libertad
que respiraba en el viaje,
fue liviano de equipaje
camino a la eternidad.
Mas, la magnanimidad
de ese pecho sempiterno
ancló de su lado interno
y se convirtió en leyenda,
llevó amor como encomienda,
¡un amor en viaje eterno!
🎚
[Estribillo]
En la noche estrellada,
donde el éter susurra,
dos caricias se encuentran,
más allá de la luna.
Un amor que trasciende,
más allá del espacio,
en viaje al infinito
universo sagrado.
.
© Rubén Sada. 5/2/2024.



4 de febrero de 2024

LA ESCUELA DE LA CALLE

 


LA ESCUELA DE LA CALLE


LA ESCUELA DE LA CALLE

[1]
La calle ha sido mi escuela
y aprendí mucho, aseguro,
fue donde forjé el futuro
y el final de mi novela.
Me clavó más de una espuela
mientras me dio de comer,
cada nuevo amanecer
yo me presenté en su aula,
los barrotes de su jaula
son pizarra del saber.

[2] La calle me abrió los ojos en mañanas de arrebol, allí vi nacer el sol y escuché a los petirrojos. Madrugadas con abrojos que dieron sangre a mi herida y alguna calle florida también me reconfortó, al respirar el olor en el jardín de la vida. [ESTRIBILLO] La calle fue la academia de mi mente autodidacta, y mi aprendizaje extracta el elogio y la blasfemia. Hoy, que la vejez me premia no puede ser que desmaye o hacer que en silencio acalle por migajas, la verdad, yo nutrí mi libertad en la escuela de la calle. [3] La calle fue mi maestra y agradezco su enseñanza, me dio bienaventuranza o fue asesina siniestra. Bien y mal hubo en su diestra y cuando intentó matarme, siempre conseguí escaparme esquivando el fuego gris de este maldito país que se empecina en odiarme. [4] Respiré bosta y gasóleo y enfrenté a más de un bulldog, me obligó a beber su smog y me alimentó a petróleo. Fue de Boticelli el óleo donde retrató al infierno, me heló la sangre su invierno y me asé en cada verano, el diploma de baqueano tiene YECA en el cuaderno. [ESTRIBILLO] La calle fue la academia de mi mente autodidacta, y mi aprendizaje extracta el elogio y la blasfemia. Hoy, que la vejez me premia no puede ser que desmaye o hacer que en silencio acalle por migajas, la verdad, yo nutrí mi libertad en la escuela de la calle.
🚗

© Rubén Sada. 4/2/2024.

*ANÁLISIS DE LA CANCIÓN
“LA ESCUELA DE LA CALLE”.*

1. Contexto.
“LA ESCUELA DE LA CALLE”, fue escrita el 4/2/2024 por Rubén Sada, encapsulando vivencias del autor con la lucha cotidiana por sobrevivir en un contexto muy difícil, y su resiliencia frente a las adversidades. Utilizando la metáfora de la calle como una institución formativa, un lugar de aprendizaje duro pero auténtico, el autor nos explica sus experiencias cantadas con un fondo estridente de rock furioso pero muy pegadizo y melodioso, que le da el marco exacto al contenido para realzarlo y destacar el mensaje que quiere transmitir.

2. Estructura.
La letra se compone de cuatro estrofas de diez versos cada una (décima espinela), más un estribillo que se repite dos veces. Cada estrofa y estribillo sigue un esquema de rima consonante (abba.accddc), típico de la décima espinela, una forma tradicional en la poesía hispanoamericana que el autor usa habitualmente. El ritmo es fluido, con versos octosílabos que aportan musicalidad y facilitan la recitación o el canto, características de la poesía popular y del estilo de Sada, influenciado por la métrica clásica.

3. Temática central.
El tema principal es la calle como una escuela de vida, un espacio de aprendizaje no convencional donde el narrador adquiere conocimientos a través de experiencias crudas, tanto positivas como negativas. La calle es presentada como una entidad ambivalente: una maestra que enseña, pero también un entorno hostil que lastima y desafía. El poema reflexiona sobre la libertad, la resistencia y la identidad forjada en un contexto de adversidad, con un tono de orgullo y rebeldía frente a las dificultades.

4. Análisis estrofa por estrofa.

[1]
“La calle ha sido mi escuela
y aprendí mucho, aseguro,
fue donde forjé el futuro
y el final de mi novela.
Me clavó más de una espuela
mientras me dio de comer,
cada nuevo amanecer
yo me presenté en su aula,
los barrotes de su jaula
son pizarra del saber.

El autor nos introduce en la escena, el espacio (la vía pública) y el tiempo (el pasado) donde forjó el futuro (el hoy, desde el cual está narrando lo que aconteció antes). La afirmación "aprendí mucho, aseguro" (v. 2) transmite una certeza absoluta, reforzando la autoridad de la experiencia vivida. La calle es el lugar donde el hablante "forjó el futuro" (v. 3), sugiriendo un proceso activo y laborioso de construcción personal, mientras que "el final de mi novela" (v. 4) introduce una dimensión narrativa, como si la vida del hablante fuera una historia cuyo desenlace se escribió en ese entorno.
La estrofa explora la dualidad inherente a la calle, que es tanto cruel como generosa. En el verso "me clavó más de una espuela / mientras me dio de comer" (vs. 5-6), la imagen de la espuela —un elemento punzante usado para dirigir caballos— evoca dolor y coerción, mientras que "me dio de comer" señala su papel como proveedora de sustento. Esta dicotomía refleja la ambivalencia de la calle: un lugar que lastima, pero también enseña, dirige y permite la supervivencia. Los versos 7 y 8 ("cada nuevo amanecer / yo me presenté en su aula") destacan la disciplina y constancia del hablante, quien asistió puntualmente a su trabajo callejero durante más de 30 años, con escasas ausencias incluso ni por enfermedad. Esta dedicación subraya un compromiso inquebrantable, no solo con el trabajo, sino con la "escuela" de la calle como espacio de aprendizaje continuo.
El cierre de la estrofa introduce una imagen poderosa: "los barrotes de su jaula / son pizarra del saber" (vs. 9-10). La calle, aunque restrictiva como una "jaula" que impone obligaciones y limitaciones (económicas y sociales), se transforma en una "pizarra" donde se escribe el conocimiento. Esta metáfora fusiona opresión y aprendizaje, sugiriendo que las dificultades de la calle son, paradójicamente, la fuente de su experiencia actual. El uso del término "saber" eleva la experiencia callejera a un plano de conocimiento profundo, casi filosófico.

________________________________________

[2]

“La calle me abrió los ojos
en mañanas de arrebol,
allí vi nacer el sol
y escuché a los petirrojos.
Madrugadas con abrojos
que dieron sangre a mi herida
y alguna calle florida
también me reconfortó,
al respirar el olor
en el jardín de la vida.

La segunda estrofa profundiza en la relación sensorial y emocional del hablante con la calle, presentándola como un espacio que despierta tanto la percepción como el dolor. El verso inicial, "La calle me abrió los ojos" (v. 1), establece a la calle como una fuerza reveladora, un lugar que agudiza la conciencia del hablante. La mención de las "mañanas de arrebol" (v. 2) evoca un amanecer teñido de tonos rojizos, un momento de belleza natural que contrasta con la dureza de la vida callejera. Este contraste se refuerza en los versos 3 y 4, donde el hablante describe cómo vio "nacer el sol" y escuchó "a los petirrojos", imágenes que conectan la calle con la vida misma, mostrando su capacidad para ofrecer instantes de maravilla en medio de la adversidad. Sin embargo, la estrofa no idealiza la calle. Los versos "Madrugadas con abrojos / que dieron sangre a mi herida" (vs. 5-6) introducen una nota de sufrimiento físico y emocional. Los "abrojos" —plantas espinosas— simbolizan las dificultades punzantes de la vida callejera, que hieren al hablante, dejando cicatrices visibles e invisibles. Esta imagen intensifica la aspereza del entorno. No obstante, la estrofa equilibra este dolor con momentos de alivio: "alguna calle florida / también me reconfortó" (vs. 7-8) sugiere que, en ocasiones, la calle ofreció consuelo, como las flores del "jardín de la vida" (v. 10) y el acto de "respirar el olor" (v. 9) evocan una conexión vital con la existencia, transformando la calle en un espacio de aprendizaje que abarca tanto lo cruel como lo esperanzador.

En el contexto de la historia personal de Sada como vendedor ambulante, esta estrofa refleja las largas jornadas de trabajo comenzadas al amanecer, donde el contacto con la naturaleza (el sol, los pájaros) y los momentos de belleza fugaz contrastaron con la lucha diaria por la supervivencia y los peligros de las calles violentas del Gran Buenos Aires, donde se desarrolla la historia.
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[Estribillo]

“La calle fue la academia
de mi mente autodidacta,
y mi aprendizaje extracta
el elogio y la blasfemia.
Hoy, que la vejez me premia
no puede ser que desmaye
o hacer que en silencio acalle
por migajas, la verdad,
yo nutrí mi libertad
en la escuela de la calle.

El estribillo, repetido dos veces en este rock, actúa como un pilar temático que sintetiza el mensaje central: la calle como una "academia" que forja una mente libre y autodidacta. La elección del término "academia" (v. 1) eleva la calle a un espacio de aprendizaje legítimo, desafiando la noción de que la educación solo ocurre en instituciones formales. La "mente autodidacta" (v. 2) subraya la autonomía del hablante, quien ha construido su conocimiento sin guías convencionales, ni siquiera escuelas seglares, sino extrayendo lecciones de la experiencia directa de su trabajo en las calles. El verso "mi aprendizaje extracta / el elogio y la blasfemia" (vs. 3-4) refleja la naturaleza selecta de este aprendizaje, que abarca lo positivo (el "elogio", momentos de reconocimiento o belleza) y lo negativo (la "blasfemia", el dolor y las dificultades).
La segunda mitad del estribillo introduce una reflexión sobre el presente del hablante: "Hoy, que la vejez me premia" (v. 5) sugiere que la madurez le ha otorgado una perspectiva clara sobre su vida, un "premio" que no es material, sino la sabiduría adquirida, disfrutada ahora que está jubilado. Los versos "no puede ser que desmaye / o hacer que en silencio acalle / por migajas, la verdad" (vs. 6-8) transmiten una postura de resistencia y dignidad. El hablante se niega a rendirse ("desmaye") o a comprometer su voz ("en silencio acalle") por recompensas insignificantes ("migajas"). El cierre, "yo nutrí mi libertad / en la escuela de la calle" (vs. 9-10), reafirma que la calle no solo le enseñó a sobrevivir, sino que le dio la libertad de ser fiel a sí mismo, un valor innegociable. Es notable y paradójico que se le adjudique a la calle haber conocido la “libertad” luego de haber asegurado en la estrofa anterior que la calle era una especie de “jaula” de la cual el poeta no podía salir, por sus compromisos. Pero a veces es así, el rigor hace que una persona conozca y reconozca el valor de la libertad. En el contexto personal de Sada, este estribillo puede leerse como un manifiesto de su identidad como poeta y trabajador callejero, cuya voz se ha forjado en la lucha diaria y no se doblegará ante presiones externas. La repetición del estribillo refuerza su carácter de lucha, casi como un himno de resistencia.
Tono: Triunfal y desafiante, con un fuerte sentido de orgullo personal (sin victimizarse) y un compromiso con la autenticidad.
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[3]

“La calle fue mi maestra
y agradezco su enseñanza,
me dio bienaventuranza
o fue asesina siniestra.
Bien y mal hubo en su diestra
y cuando intentó matarme,
siempre conseguí escaparme
esquivando el fuego gris
de este maldito país
que se empecina en odiarme.
En la tercera estrofa, la calle se personifica explícitamente como una "maestra" (v. 1), una figura ambivalente que imparte lecciones tanto edificantes como destructivas. El verso "y agradezco su enseñanza" (v. 2) refleja una aceptación madura de las experiencias, incluso las dolorosas, como parte de un proceso formativo. La dualidad de la calle se explicitada en "me dio bienaventuranza / o fue asesina siniestra" (vs. 3-4), donde "bienaventuranza" evoca momentos de plenitud al ganarse la vida con su actividad comercial, mientras que "asesina siniestra" la presenta como una amenaza mortal debido a la multitud de veces que fue asaltado y golpeado en la vía pública por ladrones que querían su dinero. Esta contradicción se refuerza en "Bien y mal hubo en su diestra" (v. 5), donde la "diestra" (mano derecha) simboliza el poder de la calle para dar y quitar.
Los versos 6-8 ("y cuando intentó matarme, / siempre conseguí escaparme / esquivando el fuego gris") narran un esfuerzo constante por la supervivencia en las violentas calles del Gran Buenos Aires. La imagen del "fuego gris" evoca a las armas de fuego y sus “balas de plomo” con las que fue amenazado en varias ocasiones de robo a mano armada, mostrando el peligro abrasador del contexto social, la pobreza y la violencia urbana. La capacidad del hablante para "escaparme" refleja su resiliencia, una cualidad forjada en la calle. El cierre, "de este maldito país / que se empecina en odiarme" (vs. 9-10), introduce una crítica social explícita contra los políticos que durante 40 años han creado esta gigantesca fábrica de pobres llamada Gran Buenos Aires, el bolsón de pobreza y miseria más gigantesco de Argentina, en el que se ha hacinado a la tercera parte de la población del país. En este contexto fue donde Sada trabajó como vendedor ambulante, y estas líneas aluden a la marginalización de la gente en barrios miserables de un conurbano violento y la hostilidad de un sistema político democrático que creó y crió a las clases bajas para dominarlas mediante la comida, mientras tanto les robaba su vida y futuro.
Tono: El tono de la tercera estrofa es crítico pero resiliente, con una fuerte carga de denuncia social pero gratitud por la fortaleza adquirida.
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[4]

Respiré bosta y gasóleo
y enfrenté a más de un bulldog,
me obligó a beber su smog
y me alimentó a petróleo.
Fue de Boticelli el óleo
donde retrató al infierno,
me heló la sangre su invierno
y me asé en cada verano,
el diploma de baqueano
tiene YECA en el cuaderno.

La cuarta estrofa ofrece una descripción visceral y cruda de las condiciones extremas de la calle en la que el autor trabajó. Los versos iniciales, "Respiré bosta y gasóleo / y enfrenté a más de un bulldog" (vs. 1-2), pintan un entorno sucio, contaminado y hostil, donde el "gas oil" y el "smog" (v. 3) simbolizan la contaminación urbana, mientras que los "bulldog" son amenazas concretas y situaciones de violencia de parte de lúmpenes marginados, que tuvo que enfrentar, elementos sociales similares a “perros violentos” que no producían nada y cuyo único propósito de vida fue robarle al que generaba riqueza con su humilde trabajo y en algunos casos, matarlos por una insignificancia (robar un celular que en 6 meses sería basura tecnológica). La imagen de "me alimentó a petróleo" (v. 4) se origina en que la fuente de sustento del vendedor eran los diversos vehículos que iba cambiando, a medida que este entorno urbano duro se los iba destruyendo.
La hipérbole de que la calle "Fue de Boticelli el óleo / donde retrató al infierno" (vs. 5-6) eleva la calle a una dimensión dantesca, comparándola con la célebre pintura que captura el sufrimiento humano. Esta referencia a Boticelli, un pintor renacentista, contrasta con la crudeza del entorno, otorgándole una dimensión mítica. Los versos "me heló la sangre su invierno / y me asé en cada verano" (vs. 7-8) describen los extremos climáticos que el hablante soportó, reflejando las condiciones físicas de trabajar al aire libre, clima que además repercutió en su salud física. Finalmente surge el premio: "el diploma de baqueano / tiene YECA en el cuaderno" (vs. 9-10) celebra la experiencia adquirida: el hablante se presenta como un "baqueano", alguien experto en navegar la calle, y la mención de "YECA" (“calle” en dialecto lunfardo) ancla el poema en la cultura coloquial argentina.
Tono: Crudo pero poético, con un reconocimiento de la dureza de la vida y el orgullo sin victimización, por la experiencia ganada.
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Conclusión general.

La canción en tono de rock, refleja la autenticidad del hablante con los frutos de su aprendizaje autodidacta. En el contexto de la vida personal de Rubén Sada, el poema se convierte en un testimonio de su experiencia como vendedor en la calle, un canto a la resiliencia y una dura crítica a las condiciones sociales y políticas que han marcado la vida de las clases sociales más pobres de Argentina. Se puede escuchar el video clip gratuitamente en este link de Youtube:
https://youtu.be/jBpbp1crHpI

3 de febrero de 2024

MI CLEOPATRA, MI REINA

 

MI CLEOPATRA, MI REINA

Sos la reina de la casa
sobre el altar de la vida,
del hogar, la bendecida
que mis minutos solaza.
De tus labios de melaza
y ambrosía carmesí,
pico como un colibrí
que agitado se despeina,
mi Cleopatra, mi reina,
¡hoy canto mi amor por ti!
🌄
Sométeme, que obedezco
porque anhelo ser tu esclavo,
subyugaré al Nilo bravo
por darte un oasis fresco.
Y si diez plagas me pesco
como el tonto Faraón,
tu amor desde el corazón
me alejará del psiquiatra,
consorte mía, Cleopatra,
¡hoy te canto mi canción!
🌄
Vamos a regar desiertos
para que crezcan los frutos,
te rendiré mil tributos,
mil poemas, mil conciertos.
Vamos a soñar despiertos
con tus labios de rubí
y mi piel de maniquí
que te venera, idolatra,
mi reina, mi Cleopatra,
¡hoy canto mi amor por ti!
🌄
Y al volar la nona luna
un ibis nos va a traer
tus tibiezas de mujer
amaneciendo en la cuna.
Nos espera una fortuna
magna cual número pi,
tómame la palma aquí,
majestad del Río Plata,
hoy te canto esta cantata,
¡hoy canto mi amor por ti!
🌄
© Rubén Sada. 3/2/2024.

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