UN LOCO LO FESTEJABA
bajo una triste magnolia,
y en el río un ceibo exfolia
sangre de flores bermejas.
Los chalets pusieron rejas
porque el delito aumentaba,
la luna ya no brillaba
y en un ocaso arrebol,
un día se apagó el sol
¡y un loco lo festejaba!
Murió toda mariposa
y no hubo más primavera,
un hormiguero en hilera
mordió el pétalo de rosa.
¡Cuánta lágrima lluviosa
desde el Andes socavaba,
que hasta marchitó la aljaba
bajo el ámbar del invierno!
Vomitó lava el infierno
y el loco lo festejaba.
Ningún niño ya reía
y el barrilete sin hilo
decidió fugar tranquilo
a un cielo gris de agonía.
Se hundió un yate en la bahía
y el petróleo se volcaba,
el delfín ya no danzaba
y el trigal se hizo pantanos,
nos invadieron marcianos
y el loco lo festejaba.
Un relámpago de sueños
se esfumó con el rocío,
el cóndor murió de frío
cual pichones aguileños.
Se inundaron los isleños
mientras el cuervo graznaba,
el violín desafinaba
y como si fuera poco,
el poeta estaba loco
y todo lo festejaba.
© Rubén Sada. 8/2/2024.
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