UN VERSO CON ADN
Entre el Clavel y el Jazmín
mi decima improvisada,
es la Rosa perfumada
más bella de mi jardín.
Mi grillo tiene un violín
que otro grillo no lo tiene,
porque mi decima viene
no de noches de desvelo,
sino de un astro del cielo
que Dios puso en mi ADN.
mi decima improvisada,
es la Rosa perfumada
más bella de mi jardín.
Mi grillo tiene un violín
que otro grillo no lo tiene,
porque mi decima viene
no de noches de desvelo,
sino de un astro del cielo
que Dios puso en mi ADN.
— Rubén Sada —
Mi verso tiene un zorzal
que canta cada mañana,
en una rama artesana
ante el astro rey oval.
Y en la noche celestial
mi grillo despierto tiene
la décima que entretiene
junto a mi amigo Reinaldo,
dando el canto del heraldo
que Dios puso en mi ADN.
que canta cada mañana,
en una rama artesana
ante el astro rey oval.
Y en la noche celestial
mi grillo despierto tiene
la décima que entretiene
junto a mi amigo Reinaldo,
dando el canto del heraldo
que Dios puso en mi ADN.
—Reinaldo Figueroa González—
Cuando tu verso aparece
como horizonte sin fin
es cuando más a un jardín
mi décima se parece.
En la mente me florece
la estrella del desafío
y con ese poderío
de tus tropas neuronales
se ponen más verticales
la palmas del verso mío.
como horizonte sin fin
es cuando más a un jardín
mi décima se parece.
En la mente me florece
la estrella del desafío
y con ese poderío
de tus tropas neuronales
se ponen más verticales
la palmas del verso mío.
—Rubén Sada—
Mi verso tiene un churrinche
que trina en mis pensamientos,
volando donde los vientos
me distancien del bochinche.
Y se busca algún compinche
como yo, que desde nene
enamoré hasta a Selene
y por mí se puso pálida,
con la décima más cálida
que Dios puso en mi ADN.
que trina en mis pensamientos,
volando donde los vientos
me distancien del bochinche.
Y se busca algún compinche
como yo, que desde nene
enamoré hasta a Selene
y por mí se puso pálida,
con la décima más cálida
que Dios puso en mi ADN.
—Reinaldo Figueroa González—
Yo soy de monte y yagruma
de río, de valle y palma,
aunque el llanto de mi alma
tiene de sal y de espuma.
Yo, cuando agarro una pluma
rimo lo que me conviene
y si otro poeta viene
y me alborota el poeta
le doy la mejor receta
que Dios puso en mi ADN.
de río, de valle y palma,
aunque el llanto de mi alma
tiene de sal y de espuma.
Yo, cuando agarro una pluma
rimo lo que me conviene
y si otro poeta viene
y me alborota el poeta
le doy la mejor receta
que Dios puso en mi ADN.
—Rubén Sada—
Mi verso tiene gaviotas
en el cielo de tu verso,
si me prestas tu universo
le pondré a volar mis notas.
Y mil versos como gotas
que cualquier nube contiene,
harán que yo me serene
con un manantial de calma,
que tiene versos del alma
que Dios puso en mi ADN.
en el cielo de tu verso,
si me prestas tu universo
le pondré a volar mis notas.
Y mil versos como gotas
que cualquier nube contiene,
harán que yo me serene
con un manantial de calma,
que tiene versos del alma
que Dios puso en mi ADN.
—Reinaldo Figueroa González—
Para la gaviota tuya
siempre tengo playa y puerto
y hay un Cristo en mi desierto
que por ti grita “Aleluya”.
Hoy no existe quien destruya
ni mucho menos quien frene
esa tormenta que viene
a desafiar mi mercante
dentro del mar consonante
que Dios puso en mi ADN.
siempre tengo playa y puerto
y hay un Cristo en mi desierto
que por ti grita “Aleluya”.
Hoy no existe quien destruya
ni mucho menos quien frene
esa tormenta que viene
a desafiar mi mercante
dentro del mar consonante
que Dios puso en mi ADN.
—Rubén Sada—
Mi verso tiene un gorrión
que se revuelca en la tierra,
trinando contra la guerra
que hunde en la perdición.
Su silbar del corazón
a ti y a mí nos conviene,
cuando la trompeta suene
como símbolo de paz,
y se oiga el canto veraz
que Dios puso en mi ADN.
que se revuelca en la tierra,
trinando contra la guerra
que hunde en la perdición.
Su silbar del corazón
a ti y a mí nos conviene,
cuando la trompeta suene
como símbolo de paz,
y se oiga el canto veraz
que Dios puso en mi ADN.
—Reinaldo Figueroa González—
Cuando alguien dice gorrión
suelto a volar el sinsonte
que tengo dentro del monte
rojo de mi corazón.
Ya ni siquiera un ciclón
afecta el vuelo que tiene,
hoy no hay un cielo que truene
con más o con menos calma
que pueda matar la palma
que Dios puso en mi ADN.
suelto a volar el sinsonte
que tengo dentro del monte
rojo de mi corazón.
Ya ni siquiera un ciclón
afecta el vuelo que tiene,
hoy no hay un cielo que truene
con más o con menos calma
que pueda matar la palma
que Dios puso en mi ADN.
—Rubén Sada—
Mi verso es una ballena,
(ya que me llevas al mar),
que a Jonás pudo tragar
por tener la panza llena.
Igual mi verso almacena
un diccionario y retiene
todo lo que yo le ordene
y convierta en alelíes,
parecidos a rubíes
que Dios puso en mi ADN.
(ya que me llevas al mar),
que a Jonás pudo tragar
por tener la panza llena.
Igual mi verso almacena
un diccionario y retiene
todo lo que yo le ordene
y convierta en alelíes,
parecidos a rubíes
que Dios puso en mi ADN.
—Reinaldo Figueroa González—
El mar también es jardín
que tiene una flor salada
y si eres ballena, Sada,
yo puedo ser un delfín.
A mí me gusta el trajín
del oleaje que va y viene
y es difícil que no estrene
siempre un nuevo personaje
en el mágico lenguaje
que Dios puso en mi ADN.
que tiene una flor salada
y si eres ballena, Sada,
yo puedo ser un delfín.
A mí me gusta el trajín
del oleaje que va y viene
y es difícil que no estrene
siempre un nuevo personaje
en el mágico lenguaje
que Dios puso en mi ADN.
—Rubén Sada—
Mi verso tiene un canario
que vuela libre sin jaula,
no quiere un barrote maula
que enjaule su abecedario.
Su vuelo de libertario
de mi pasado proviene,
no hay grillete que condene
mi memoria y dignidad
hoy tengo la libertad
que Dios puso en mi ADN.
que vuela libre sin jaula,
no quiere un barrote maula
que enjaule su abecedario.
Su vuelo de libertario
de mi pasado proviene,
no hay grillete que condene
mi memoria y dignidad
hoy tengo la libertad
que Dios puso en mi ADN.
—Reinaldo Figueroa González—
Yo también soy un sinsonte
que vuela en la libertad
por eso, sin vanidad,
dejé mi valle y mi monte.
Pero viendo el horizonte
que tu décima sostiene
sé que mi verso proviene
igual que el tuyo, poeta,
de este gigante planeta
que orbita en nuestro ADN.
que vuela en la libertad
por eso, sin vanidad,
dejé mi valle y mi monte.
Pero viendo el horizonte
que tu décima sostiene
sé que mi verso proviene
igual que el tuyo, poeta,
de este gigante planeta
que orbita en nuestro ADN.
—Rubén Sada—
Mas, mi verso es un halcón
si hay estólida injusticia,
y con su garra acaricia
al malandra y al hampón.
Suena como una legión
y en la altura se mantiene,
hace que el alma se llene
del Pacífico al Atlántico,
y a coro entonan el cántico
que Dios puso en mi ADN.
si hay estólida injusticia,
y con su garra acaricia
al malandra y al hampón.
Suena como una legión
y en la altura se mantiene,
hace que el alma se llene
del Pacífico al Atlántico,
y a coro entonan el cántico
que Dios puso en mi ADN.
—Reinaldo Figueroa González—
Nos vamos a despedir
de este bendito momento...
de este bendito momento...
—Rubén Sada—
Prendimos el filamento
que da un brillo de zafir.
que da un brillo de zafir.
—Reinaldo Figueroa González—
Queda mucho por decir
para que el búho se llene…
para que el búho se llene…
—Rubén Sada—
No hay naufragio que lo apene
a quien pone al verso proa…
a quien pone al verso proa…
—Reinaldo Figueroa González—
Mientras Sada y Figueroa
se expriman el ADN.
se expriman el ADN.
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© Reinaldo Figueroa y Rubén Sada.
© Reinaldo Figueroa y Rubén Sada.
Diálogo en décimas improvisado en Facebook el 26/03/2024.
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