30 de marzo de 2024

¡CANTA, CORAZÓN!

 

¡CANTA, CORAZÓN!

 

Corazón fiel, escudero,
motor de mi paraíso,
¡reafirma mi compromiso
con la musa que más quiero!
Con tu trino de jilguero
entre mis brazos de planta,
¡da ambrosía a tu garganta
y endulza bien tus sonrisas,
regalando a cuatro brisas
un agasajo que canta!
 
Vuela alto a la tarima
donde se labra la idea,
que tu hemoglobina sea
la que tiene ritmo y rima.
Que el silencio no reprima
la plegaria en tu piel santa,
y que la aversión que espanta
no dé a tus pies un grillete,
corazón, bravo jinete,
no te detengas, y ¡canta!
 
Corazón, de verdes cuentos
cómplices de una verdad,
tu sueño de eternidad
catapúltalo a los vientos.
Calma tímpanos sedientos
cuya alma se quebranta,
y al ser frío dale manta
con abrigos de ilusión,
no te calles, corazón,
canta, canta, canta, canta…
 
© Rubén Sada. 30/3/2024
 
RECURSOS DE LA RETÓRICA APLICADOS:
 
HIPÁLAGE: En el primer verso, “corazón fiel, escudero”, hay una hipalage porque el adjetivo “fiel” tuvo que haberse aplicado al substantivo “escudero”, y sin embargo se aplicó al “corazón”, personificándolo. En el verso "vuela alto a la tarima" se da otra hipálage, en tanto el corazón no vuela, porque esta es una característica de las aves. Al referirse el vuelo a otro substantivo, como el corazón, está aplicada una hipálage. Otra de las intervenciones podría ser en el verso “la plegaria en tu piel santa”, en tanto el adjetivo “santa” en realidad debería ser aplicado a “plegaria”, y sin embargo se utilizó después de “piel”, produciendo una ambigüedad.
 
METÁFORAS: Hay varias. Como cuando se dice al corazón "motor de mi paraíso" para compararlo con un motor que impulsa a la felicidad. “Mis brazos de planta”, comparando al autor con un árbol y a sus dos brazos como ramas. La “ambrosía (dulzura) en la garganta” se refiere a cantar un poema de amor nacido desde el corazón.
 
SINESTESIA: En la mención de “tímpanos sedientos”, pues es sabido que los oídos no pueden beber y por lo tanto no podrían tener sed.
 
APÓSTROFE: Se utilizó al dirigirse directamente al "corazón" como si fuera una entidad separada, haciéndolo el receptor de las peticiones y exclamaciones del autor.
 
PROSOPOPEYA: Se le dio al corazón “pies” y “alas”, “trinos” y hasta se le pide que “cante”. Se lo llama “bravo jinete”, personificándolo así de varias formas simbólicas.
Se personifica al "silencio" cuando se dice "que el silencio no reprima / la plegaria en tu piel santa", atribuyéndole la capacidad de reprimir o permitir la plegaria de la musa.
 
METONIMIA: El "corazón" puede considerarse un símbolo de amor, pasión y vitalidad, así que aquí hay una figura de substitución: La metonimia. Y se usa además, cuando se menciona a "la idea" para referirse a la creación artística o el proceso de generar ideas. Los “tímpanos sedientos” es otro caso de metonimia, que se refiere a los oídos de las personas que tienen sed de escuchar poesía. Los “cuatro vientos” es una metonimia de todos los rincones del planeta. La "hemoglobina" como la sangre con ritmo y rima. 
 
PARADOJA: Se sugiere una paradoja en la expresión "tu sueño de eternidad", ya que los sueños suelen ser efímeros y temporales, mientras que la eternidad es infinita y permanente.
 
HIPÉRBATON: Se alteró el orden lógico de las palabras en el verso: “Corazón de verdes cuentos”, que se refiere a cuentos esperanzadores, porque es lo que el color verde significa, como es sabido.
Si yo habría puesto “corazón de cuentos verdes”, otro hubiera sido el significado de la frase,
 muy distinto, je, je, je.
El verso “no dé a tus pies un grillete”, tendría que haber sido “no dé un grillete a tus pies”, pero se aplicó el hipérbaton porque “grillete” es la palabra más importante de ese verso, y representaría el encarcelamiento de la palabra, la parálisis.
 
EPÍFORA: Se emplea la repetición de la palabra "canta" al final de las tres estrofas, creando un efecto rítmico y enfatizando la importancia de la expresión vocal.
 
ASÍNDETON: Se utilizó como corolario del poema y remate final, en la sentencia sin conjunciones:  “canta, canta, canta, canta”, que resume en solo cuatro palabras imperativas el “leitmotiv” del discurso.
 
ESTILO LÍRICO: Décimas espinelas, cuya composición son estrofas de diez versos octosílabos de rima consonante a,b,b,a. a,c,c,d,d,c y no admite asonancias.

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