19 de enero de 2024

UNA CASA EN LA MONTAÑA

 

UNA CASA EN LA MONTAÑA

 

Yo quise tocar el cielo
con las manos con que escribo,
y aproveché que estoy vivo
para realizar mi anhelo.
Compré una casa modelo
de alguien que emigró a España,
creo que logré una hazaña
y aquí podré descansar,
¡qué suerte tuve al comprar
una casa en la montaña!
 
Vivo cerca de las nubes
y a unos metros de la cima,
hay un cóndor que me mima
y tú lo verás si subes.
Me saludan los querubes
y un serafín me acompaña,
tocar el cielo es mi maña
hasta el ámbito lunar,
¡qué suerte tuve al comprar
una casa en la montaña!
 
Desconecté las noticias
porque acá no hay Internet,
y al tejado del chalet
la nieve le da caricias.
Sembré lilas, ¡qué delicias,
porque el frío no las daña!
Y mi ventana se empaña
cuando hay leña en el hogar,
¡qué suerte tuve al comprar
una casa en la montaña!
 
En la altura el aire es puro
y los ruidos son escasos,
muy confiados van mis pasos
en el camino seguro.
El espacio se ve oscuro
cuando de estrellas se baña,
me olvidé de la migraña,
de la farmacia y del bar,
¡qué suerte tuve al comprar
una casa en la montaña!
 
Hago trekking, senderismo
y en invierno esquí en la pista,
ya soy casi un alpinista
o hasta un guía de turismo.
Me siento el rey del abismo
y en mi mansión ermitaña
la musa que me acompaña
me complace el paladar,
¡qué suerte tuve al comprar
una casa en la montaña!
 
En mi casa confortable
nada falta y nada sobra,
la primavera recobra
el clima más agradable.
Te invito de forma amable
a brindar con una caña,
tu presencia aquí se extraña
pero para ti hay lugar,
¡qué suerte tuve al comprar
una casa en la montaña!
 
© Rubén Sada. 19/01/2024.

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