*CEREBRO versus PIES*
(Contrapunto de personificación)
*CEREBRO: Paco Heliogábalo.*
*PIES: Rubén Sada.*
*CEREBRO – 1*
Sirvo para cavilar.
Y si pensando medito,
mis conexiones agito
de forma espectacular.
Y me suelo preguntar,
cuando suelo, si en el suelo
los que ponen con anhelo
sus huellas en el arcén,
si rezumarán también
pensamientos de desvelo.
*PIES – 1*
Aunque estamos más abajo
responderé los porqués
son más valiosos los pies
que un cerebro cabizbajo.
Bajo un nido de estropajo
sufre un cerebro infeliz,
pero el pie baila feliz
al compás del viento en popa...
¡También de un árbol la copa
depende de su raíz!
*CEREBRO – 2*
Cierto que bailáis allá
y existe un pie en cada árbol.
Pero el cerebro es un mármol
que órdenes a los pies da.
Sin él no se moverá
ningún miembro en sofá, tálamo.
o de pie (No el pie del álamo).
Ese nunca se movió.
En el cuerpo mando yo
a través de mi hipotálamo.
*PIES – 2*
Su hipopótamo no puede
ir ni a dos pasos sin mí,
¿que da órdenes aquí?
Sí, (si es que mi pie accede).
De avanzar el pie concede
o de marchar al revés,
tenemos gran rapidez
y aunque tú eres el control,
la felicidad de un gol
patrimonio es de los pies.
*CEREBRO – 3*
¿Mi órgano necesita
los pies para caminar?
Suficiente es con pensar.
Me desplazo si él se agita.
El delantero, el que pita
y hasta el que el partido radie,
aunque el pie magia no irradie,
por ti anda el guardameta,
pero aun con pie, un poeta
sin su cerebro ¡No es nadie!
*PIES – 3*
Los pies sentimos cosquillas
al andar sobre las hierbas,
pero tú en tanto te enervas
y te calman con pastillas.
Recorremos muchas millas
y te hacemos conocer
todo el mundo y el placer
de caminar por mil playas,
y mientras tú te desmayas
somos del cuerpo el chofer.
*CEREBRO – 4*
Soy chofer de humano. Mano
y milla ¿Entendiste? Diste
tu uso que reviste. Viste
firmeza en rellano llano
tu andar de aeroplano, plano.
Pero es mi destino tino
que roza divino vino.
Y aunque tenga traspiés, pies
manejo antes; después ¿Es
mi quehacer cansino sino?
*PIES – 4*
En mi simple buena esencia
no hay conciencia que me punce,
sin sinapsis no se frunce
porque no hay en mí, conciencia.
No obstante tengo en mi ciencia
otro tipo de punzadas
que mantengo controladas
y aunque siempre soy cortés,
cuando se enojen mis pies
conocerás mis patadas.
Sirvo para cavilar.
Y si pensando medito,
mis conexiones agito
de forma espectacular.
Y me suelo preguntar,
cuando suelo, si en el suelo
los que ponen con anhelo
sus huellas en el arcén,
si rezumarán también
pensamientos de desvelo.
Aunque estamos más abajo
responderé los porqués
son más valiosos los pies
que un cerebro cabizbajo.
Bajo un nido de estropajo
sufre un cerebro infeliz,
pero el pie baila feliz
al compás del viento en popa...
¡También de un árbol la copa
depende de su raíz!
Cierto que bailáis allá
y existe un pie en cada árbol.
Pero el cerebro es un mármol
que órdenes a los pies da.
Sin él no se moverá
ningún miembro en sofá, tálamo.
o de pie (No el pie del álamo).
Ese nunca se movió.
En el cuerpo mando yo
a través de mi hipotálamo.
Su hipopótamo no puede
ir ni a dos pasos sin mí,
¿que da órdenes aquí?
Sí, (si es que mi pie accede).
De avanzar el pie concede
o de marchar al revés,
tenemos gran rapidez
y aunque tú eres el control,
la felicidad de un gol
patrimonio es de los pies.
¿Mi órgano necesita
los pies para caminar?
Suficiente es con pensar.
Me desplazo si él se agita.
El delantero, el que pita
y hasta el que el partido radie,
aunque el pie magia no irradie,
por ti anda el guardameta,
pero aun con pie, un poeta
sin su cerebro ¡No es nadie!
Los pies sentimos cosquillas
al andar sobre las hierbas,
pero tú en tanto te enervas
y te calman con pastillas.
Recorremos muchas millas
y te hacemos conocer
todo el mundo y el placer
de caminar por mil playas,
y mientras tú te desmayas
somos del cuerpo el chofer.
Soy chofer de humano. Mano
y milla ¿Entendiste? Diste
tu uso que reviste. Viste
firmeza en rellano llano
tu andar de aeroplano, plano.
Pero es mi destino tino
que roza divino vino.
Y aunque tenga traspiés, pies
manejo antes; después ¿Es
mi quehacer cansino sino?
En mi simple buena esencia
no hay conciencia que me punce,
sin sinapsis no se frunce
porque no hay en mí, conciencia.
No obstante tengo en mi ciencia
otro tipo de punzadas
que mantengo controladas
y aunque siempre soy cortés,
cuando se enojen mis pies
conocerás mis patadas.
*CEREBRO – 5*
Las patadas las doy yo
y las punzadas también,
cuando te doy terraplén
si la vejez te llegó.
La dolencia taponó
los ovillos celulares
(esos neurofibrilares),
y entonces, tu flor de lis
se rompe. ¿De qué servís?
¡Soy quien dicta tus andares!
Igual te quiero, cerebro,
pues sos la computadora
que funciona a toda hora
y eso sí que lo celebro.
Mientras yo duermo y me quiebro
o me encuentro medio roto,
tú funcionas en piloto
necesario y te doy gracias
y con diez pisadas lacias
mi agradecimiento anoto.
Y ha de agradecer tus huellas
lo mismo, mi pensamiento...
Ando derecho, no miento
mientras miro a las estrellas.
Que no existan más querellas
entre mi ego y tu pisada...
Nuestra senda está marcada
los dos bajo el mismo saco...
Que está cosido por Paco
y atado por Rubén Sada.
30/08/2022.*
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