HAMBRE Y SED DE LA TIERRA
“Tengo hambre de semilla”,
grita en silencio la tierra,
mientras don Cejas entierra
el gen de la maravilla.
Luego que su mano trilla
y además cercena el yuyo,
la escucho de nuevo; intuyo
que de él queda a merced
y ella grita: “Tengo sed”.
Y la lluvia hace lo suyo.