DE DIAMANTE Y PORCELANA
La luna es una moneda
de hielo y estalactita
que a diario se deposita
en la alcancía del mar.
Y al cabo de un mes te queda
tu ahorro en un almanaque:
tu experiencia en ese empaque
te ha de capitalizar.
Cada vez que ella da vuelta
(son trece veces al año),
tú vas subiendo un peldaño
que tu valor va a aumentar.
La luna sus rayos suelta
en el bosque de tu pelo,
y te platina modelo
en tu entorno familiar.
De vidrio es la hermosa luna,
más que vidrio es un espejo
de un sol de vidrio, reflejo
de opalina en el palmar.
Se hace plata en la laguna
y aunque su cristal bendigo,
cuando se lleva a un amigo
brota el vidrio en mi mirar.
La luna es una pelota
que hace un gol en cada vuelo,
y en el gran arco del cielo
una nube ha de atajar.
Y en la tribuna remota
hay un público de estrellas
que aplaude las epopeyas
con su eterno titilar.
La luna es una cucarda
de azúcar que condecora
a un amor que se enamora
y jura "sí" ante el altar.
Dos pechos con la gallarda
pulsación ante el sí dado,
corazón de enamorado
que se acompaña a la par.
Farola del peregrino
y guía para el que siembra,
dulce espera de la hembra
cuando se agranda el hogar.
La luna es un cáliz fino
de diamante y porcelana,
la luna es la soberana
inspiración del juglar.
© Rubén Sada. 22/10/2020.
Publicado en el libro VERSOS NOCTURNOS, antología de Ediciones Independientes Rubén Sada.
Con fecha 1 de mayo de 2023, este poema fue convertido en una canción►
Muy bueno, Rubén.
ResponderBorrarMuchas gracias por tu lectura y comentario, Osvaldo. Un cordial saludo.
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