CALLE
PRINGLES NRO. 65 - BERNAL
Se me
acercó un colibrí
en el aire
del recuerdo,
y libó
desde mi izquierdo
sentimiento
carmesí.
La casa
donde nací
de nuevo me
visitaba,
mientras un
czardas sonaba
desde un
tocadiscos Winco,
*en Pringles
sesenta y cinco*
*de la
ciudad de Bernal.*
Un patio
bajo la vid
de verdes,
fragantes uvas,
y racimos
en las cubas
depositó
don David.
Sus
fermentos son el quid
del buen
vino del amor,
y hasta
aquí llega el olor
del patio
en el que me hinco,
*en Pringles
sesenta y cinco*
*de la ciudad
de Bernal.*
‘No me
olvides’ y el jardín
de una
eterna primavera,
pisos
huecos, de madera
para el waltz de un bailarín.
Una estufa
a leña, hollín
y un
pasillo misterioso,
traen el
oro precioso
y entre los
malvones brinco,
*en Pringles
sesenta y cinco*
*de la
ciudad de Bernal.*
Voy al
altillo en el techo
y el deseo
se me encarna,
de mirar
por la lucarna
al cielo
que está en mi pecho.
Bajo al
sótano al asecho
y en la
oscuridad, botellas
alineadas
como estrellas
del
recuerdo en que me afinco,
*en Pringles
sesenta y cinco*
*de la
ciudad de Bernal.*
© Rubén
Sada. 15/8/2023. Doble pie forzado irregular disonante, pertenece a Rubén Sada.
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