SONETO DEL PESCADOR
(estilo sáfico)
Sos río dulce encantador y sano,
contigo bebo un despertar de vida,
huelo la sombra de la acacia fluida
en el talento pescador cristiano.
En tu remanso pedregoso y plano
oigo la espera de un rumor crecida,
hoy ruego al cielo que el Señor se expida
y otra jornada ya termina en vano.
—Alzo las manos, mi Señor bendito,
Tú que eres dueño del fragor del viento,
¡haz que mi cesta colme y dame aliento!...
—Que en esta playa donde el cuerpo habito
solo penar de corazones siento
pero el pescado asado es exquisito.
© Ana Bonaroti y Rubén Sada. 4/04/2023.
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