EUREKA
Primera vez que te vi,
mi perfecta inspiradora,
te precisé a toda hora
como a flor, el colibrí.
Quedé duro, un maniquí
y empecé a tejer la rueca,
de la vida en una mueca
con la mano de tu musa,
que igual que el de Siracusa
al verte he gritado:¡Eureka!
mi perfecta inspiradora,
te precisé a toda hora
como a flor, el colibrí.
Quedé duro, un maniquí
y empecé a tejer la rueca,
de la vida en una mueca
con la mano de tu musa,
que igual que el de Siracusa
al verte he gritado:¡Eureka!
© Rubén Sada. 18-09-2022.
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