MANOS DE MIEL
Con muy poco fui feliz
pero yo no lo sabía,
de mi madre cada día
fui su primer aprendiz.
Con su mano protectriz
me brindó sabia firmeza
hoy comprendo, con tristeza
que yo viví en un vergel:
cinco galletas de miel
y una merienda en la mesa.
pero yo no lo sabía,
de mi madre cada día
fui su primer aprendiz.
Con su mano protectriz
me brindó sabia firmeza
hoy comprendo, con tristeza
que yo viví en un vergel:
cinco galletas de miel
y una merienda en la mesa.
y con gratitud inmensa
hoy tengo mi recompensa
por el lapso transitado.
Mi balance es acertado
aunque me fue duro el huerto,
hice brotar del desierto
los frutos del corazón
y tengo lleno mi arcón
de frente a un futuro incierto.
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