EN ESTE INFIERNO FISCAL

 

"La riqueza no se imprime", (Gustavo Lazzari)

 

Vivo ardiendo en los infiernos,
(yo, que soy entrepreneur),
mi torpeza de amateur
aprovechan los ‘Bobiernos’.
Es que están para jodernos:
¡Son la encarnación del mal!
Salarios de llanto y sal
logran ánimos calientes
y precios efervescentes
en este infierno fiscal.
 
Trabajar es un calvario
y no es posible el ahorro,
la inflación es un vil ‘chorro’
que me roba mi salario.
Yo sigo luchando a diario
mientras remo en un fangal,
me impusieron un bozal
con forma de mascarilla,
y una lanza en mi costilla
en el Gólgota fiscal.
 
Las ganancias van en baja
y ya asoma la miseria,
la violenta periferia
viste al pueblo de mortaja.
No queda plata en la caja
ni gasa en el hospital,
la libertad es legal
solo para criminales,
ya no hay valores morales
en este infierno fiscal.

Allá en la suprema altura
vuelan tasas más impuestos,
con valores inmodestos
que pagar son la tortura.
Suben como levadura
y se adueñan de mi erial,
como en era medieval
me confiscan sin permiso,
prefiero ir al paraíso
que a este Hades fiscal.
 
No estimulan la creación
de más puestos de trabajo,
con sacrificio a destajo
hipotequé hasta un pulmón.
Mientras desde su sillón
un funcionario estatal
con sonrisa de chacal
dictamina el nuevo aumento:
más hambre para el hambriento
en este infierno fiscal.
 
Va mi mensaje al Chapito,
(que dice estudió en “¿La Plata?”):
Su “¿plan?” es meter la pata
y a las pruebas me remito.
Si imprimir un papelito
fuera solución genial,
con una imprenta legal
no harían plata de chiste,
pero el plan que solo existe
es el infierno fiscal.
 
© Rubén Sada.11/10/2021.

LOS DIEZ AMIGOS

—(Cuento corto)—

Algo tan sencillo como tomarse una cerveza con los amigos puede darnos toda una lección de vida.

Todos los días 10 hombres se reúnen en un bar para charlar y beber cerveza. La cuenta total de los diez hombres es de 100 $.

Acuerdan pagarla de la manera proporcional en que se pagan los impuestos en la sociedad de un país, con lo que la cosa sería más o menos así: Pagarán según la "escala de riqueza e ingresos" de cada uno:·

· Los primeros 4 hombres (los más pobres) no pagan nada.

· El 5º paga 1 $.

· El 6º paga 3 $.

· El 7º paga 7 $.

· El 8º paga 12 $.

· El 9º paga 18 $.

· El 10º (porque es el más rico) paga 59 $.

A partir de entonces, todos se divertían y mantenían este acuerdo entre ellos, pagando conformes de acuerdo a su salario.

Pero un día, el dueño del bar les hizo una rebaja que resultó en un problema:

—“Ya que ustedes son tan buenos clientes,” les dijo, ”Les voy a reducir el costo de sus cervezas diarias en 20 $. Todos los tragos juntos, desde ahora costarán 80 $.”

El grupo, sin embargo, planteó seguir pagando la cuenta en la misma proporción que lo hacían antes. Los 4 primeros siguieron bebiendo gratis y la rebaja no les afectaba en absoluto. ¿Pero qué pasaba con los otros seis bebedores, los que realmente abonaban la cuenta? ¿Cómo deberían repartir los 20 $ de rebaja de manera que cada uno recibiese una porción justa?

Calcularon que los 20 $ divididos entre 6 eran 3,33 $ por cabeza, pero, si restaban eso de la porción de cada uno, entonces el 5º y 6º hombres estarían cobrando para beber, ya que el 5º pagaba antes 1 $ y el 6º: 3 $. Entonces el barman sugirió una fórmula nuevamente en función de la riqueza e ingresos de cada uno, y procedió a calcular la cantidad que cada uno debería pagar.

· El 5º bebedor, lo mismo que los cuatro primeros, no pagaría nada: (100% de ahorro).

· El 6º pagaría ahora 2 $ en lugar de 3 $: (ahorraría 33% ).

· El 7º pagaría 5 $ en lugar de 7 $: (ahorraría 28% ).

· El 8º pagaría 9 $ en lugar de 12 $: (ahorraría 25% ).

· El 9º pagaría 14 $ en lugar de 18 $: (ahorraría 22%).

· El 10º pagaría 49 $ en lugar de 59 $ (ahorraría 16%).

Cada uno de los seis pagadores estaba ahora en una situación mejor que antes: los primeros cuatros bebedores seguían bebiendo gratis y el quinto también.

Pero, una vez fuera del bar, los que debían pagar la cuenta comenzaron a comparar lo que estaban ahorrando:

— “Yo sólo recibí 1 $ de los 20 ahorrados ,” dijo el 6º hombre y señaló al 10º bebedor, diciendo ”Pero él recibió 9 $”.

— “Sí, es correcto ,” dijo el 5º hombre. ”Yo también sólo ahorré 1 $; es injusto que él reciba nueve veces más que yo.”

— “Es verdad “, exclamó el 7º hombre. “¿Por qué él recibe 9 $ de rebaja cuando yo recibo sólo 2 $ de rebaja? ¡Los ricos siempre reciben los mayores beneficios!”

— “¡Un momento!”, gritaron los cuatro primeros al mismo tiempo. “¡Nosotros no hemos recibido nada de nada. El sistema explota a los pobres!”

Los nueve hombres rodearon al 10º y le dieron una paliza.

La noche siguiente, el 10º hombre no acudió a beber, de modo que los nueve se sentaron y bebieron sus cervezas sin él. Pero a la hora de pagar la cuenta descubrieron algo inquietante: Entre todos ellos no juntaban el dinero para pagar ni siquiera LA MITAD de la cuenta. El rico no fue más al bar, y a partir de allí, si los 9 amigos quisieran seguir bebiendo, deberían arreglarse sin él para pagar el monto entre ellos, por supuesto, mucho más caro que cuando el rico pagaba la mitad de los costos.

Y así es, amigos, la manera en que funciona el sistema de impuestos. La gente que paga los impuestos más altos son los que se benefician más de una reducción de impuestos. Póngales impuestos muy altos, atáquenlos por ser ricos y lo más probable es que no aparezcan nunca más. De hecho, es casi seguro que comenzarán a beber en algún bar en el extranjero donde la atmósfera es algo más amigable, un "paraíso fiscal" o una nación "rica" que los respete y valore.

—Cuento popular, anónimo.