EL CABALLO QUE YO MONTO
el caballo que yo monto,
con sus alas me remonto
en galopes peregrinos.
Son certeros los destinos
donde apunta la saeta
de letras de mi libreta
a las que doto con alas,
y pone el pecho a las balas
mi coraza de poeta.
era emigrar a Australia,
mas tropezó mi sandalia
porque no le puse empeño.
Inexperto mi pequeño
con arrebatos de tonto,
planeó huir hasta Toronto
y escollos coleccionó…
Pero no dice hoy que no,
el caballo que yo monto.
y le pido que me lleve,
él me obedece y se mueve
derechito por la senda.
Marca el paso de mi agenda
y su avance es bien certero,
salta como el de un tablero
y esquiva las vallas pronto,
el caballo que yo monto
hoy me lleva adonde quiero.
Nunca manejo borracho
y es la luz mi centinela,
cuando hay que espolear, espuela
le clavo al equino macho.
Y relincha mi muchacho
mientras corre entre las matas,
su cola de cataratas
negras, va atrás nuestro pronto
porque el caballo que monto
es la extensión de mis patas.
pero no llegan ni a burro,
por esto mejor recurro
a mi equino, no al de otros.
Mi caballo y yo, nosotros
cual criaturas de Cervantes,
a la par, contra gigantes,
juntos, carozo y durazno,
pero algunos no son ni asno
y se sienten Rocinantes.
Llévame al nuevo horizonte
con la fuerza del bisonte
y el valor del león rugiente.
Que tu relinchar potente
sea advertencia al que erra,
y que el microbio que aterra
muera con tus coces pronto…
¡Y que el caballo que monto
galope en toda la tierra!
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