21 de septiembre de 2019

CIELO versus INFIERNO (por Rubén Sada y Lewis Estrada)

CIELO versus INFIERNO


(Contrapunto de personificación)

CIELO ①—Rubén Sada—
Mi aliento tiene reserva
solo para recibir al justo,
quienquiera que ostenta un busto
que en toda plaza se observa.
A quien la vida preserva
lo acojo con mi consuelo,
al que le da muerte al suelo
lo reembolso a su entraña,
no acepto baja calaña
en las cumbres de mi CIELO.

INFIERNO ① —Lewis Estrada—
Soy un subterráneo foso
donde almas pecadoras
van a limpiar sus esporas
con la muerte, con mi pozo
de sufrimiento escabroso,
puente hacia lo infinito.
Yo soy la esencia en el grito
de las carnes tras la vida.
Soy una constante herida,
dolor, fuego, herrumbre, mito.

CIELO ② —Rubén Sada—
Usted mito, yo real,
convido con el disfrute
eterno que repercute
en preservar la moral.
En mi pecho celestial
valorizo a los valores,
rechazo a los pecadores
y a los que ponen los cuernos
los envío a los infiernos,
por infieles y traidores.

INFIERNO ② —Lewis Estrada—
En mí encuentra Lucifer
las alas para su brote
y hasta Judas Iscariote
encuentra en mí acontecer.
Soy oscuro proceder
que se alberga como embudo
en las cosas, nunca pudo
el cielo comandar.
Soy la fragua que a quemar
vine del cielo; su escudo.

CIELO ③ —Rubén Sada—
Hoy ando medio vacío,
y alquilo una habitación,
porque reviso el montón
y es todo un gran descarrío.
La iniquidad del gentío
deja mucha área en mi seno,
encuentro muy poco bueno
y poco a quien alquilar,
a mí me sobra lugar,
me imagino, tú estás lleno.

INFIERNO ③ —Lewis Estrada—
Satanás, mi hijo adoptivo,
se fugó de tus juglares
y ahora conquista lugares
desde un magro sustantivo.
Lo eduqué en lo corrosivo,
en un sitial inframundo.
Lo eduqué en un segundo
y ahora cielo ya tu ves
que tengo esto al revés,
estoy gobernando el mundo.

CIELO ④ —Rubén Sada—
Tengo al justo, tengo al mítico,
tengo al santo como huésped
y tú, debajo del césped
solo ocultas al político.
El pase a mi seno es crítico,
y filtro cualquier intento
de contaminar mi viento
con el alma del corrupto,
mi dictamen exabrupto
no los deja entrar. Lo siento.

INFIERNO ④ —Lewis Estrada—
Los demonios se agasajan,
son una perenne fiesta.
El Diablo tiene una orquesta
donde los males relajan.
Los buenos allí amortajan
sus deseos para entrar,
divertirse en mi lugar
porque vendo vino, ron,
cervezas y champiñón...
pero no los dejo entrar.

CIELO ⑤ —Rubén Sada—
Juglares y decimistas
son preciados inquilinos,
en los eternos destinos
de mis admirables vistas.
En mi vergel, los artistas
contrapuntean a intervalo,
bellas ninfas peinan su halo,
las pléyades los reciben,
y a los que sin rima escriben
pues verás, te los regalo.

INFIERNO ⑤ —Lewis Estrada—
Soy la Divina Comedia
que Dante un día escribió
y mis lares describió
cual lucida enciclopedia.
Soy un marasmo que asedia
haciendo mal erudito.
Me condenan, resucito,
siempre dispuesto a hacer daño.
Yo no quiero ser huraño.
¡Te invito, cielo, te invito!

CIELO ⑥ —Rubén Sada—
Se te acabará la fiesta,
la cerveza, el ron, el vino
cuando vaya un argentino
y desafine en tu orquesta.
Tu carne asada se tuesta
mas, se acabará tu juego,
y esta advertencia te agrego,
tus llamas durarán poco
cuando un bombero muy loco
entre con su matafuego.

INFIERNO ⑥ —Lewis Estrada—
Mis fauces son siempre oscuras.
Siembran cráneos, siembran huesos.
Siembran dolores, decesos.
Siembran agobios, locuras,
cicatriz, escaldaduras.
Siembran pasado sin suerte.
Siembran condición inerte.
Siembra asco y agonía.
Sacan de la tumba fría
los colores de la muerte.

CIELO ⑦ —Rubén Sada—
Ya que toda agua sube
derramaré mil diluvios,
lanzando a ti los efluvios
que almaceno yo en mi nube.
Festejará mi querube
un santo festejo eterno,
cuando yo te apague, infierno,
pues no serás necesario,
la tierra será un santuario
plagado de amor materno.

INFIERNO ⑦ —Lewis Estrada—
¿Por qué me llaman infierno
si lo que hago es purgar?
¿Por qué no pudieron dar
a mi fuego un nombre tierno?
¿Por qué me dicen averno?
¿Por qué tanto misticismo?
¿Por qué tanto mitraísmo,
tantos motes incoherentes?
Si entre las cosas urgentes
la vida es la que es abismo.

CIELO ⑧ —Rubén Sada—
Tú mismo te autoincriminas,
minúsculo fosforito,
en cambio yo soy bendito
por creencias y doctrinas.
Castigo eterno maquinas,
pero el Señor perdonó,
y el premio eterno doy yo
por infinitos periodos,
podrás asustar a todos
pero al santo cielo, no.

INFIERNO ⑧ —Lewis Estrada—
Cuando venga el fin del mundo,
en lucha por la verdad,
tu luz y mi oscuridad
tendrán combates, profundo
será el fragor, tremebundo
el desenlace, en el cielo
no quedará ningún velo
para cubrir el ultraje
y yo tendré en mi equipaje
cráneos, huesos, muerte y hielo.

CIELO ⑨ —Rubén Sada—
Hacia mí elevan su canto
mil coros angelicales,
y en mí, aves celestiales
se entretienen, entretanto.
Pero en tu vientre el espanto
gesta acólitos y adeptos,
que violan santos preceptos
con visos de iniquidad,
el fin del mundo en verdad
te atiborrará de ineptos.

INFIERNO ⑨ —Lewis Estrada—
Voy a subir a la tierra,
de la tierra me iré al cielo.
Quiero colgar un anzuelo
de la luna, allí se encierra
toda la luz que se aferra
a los amantes del bien.
Quiero que sean vaivén
desde mi anzuelo colgados.
Yo los quiero excomulgados
viajando en mi oscuro tren.

CIELO ⑩ —Rubén Sada—
Hoy hay superpoblación
en tus tenebrosas fauces,
y ahí en tus macabros cauces
sufre el mundo tu aflicción.
Tanta vil condenación
por ahora hay que frenar
porque están por desbordar
los límites del infierno,
en este mundo moderno
“el cielo puede esperar”.

INFIERNO ⑩ —Lewis Estrada—
Hasta aquí llega el teatro
de este encuentro decimal.
Abajo la luz del mal,
no engendremos su retrato.
Pulsemos un tres, un cuatro
y con amor en la voz
cantemos juntos los dos,
que se nos unan los otros.
Abajo el diablo, sus potros
pues somos hijos de Dios.


—Rubén Sada—
Llegó el momento final
donde el cielo y el infierno

—Lewis Estrada—
se han sumergido en el cuerno
de este encuentro decimal.

—Rubén Sada—
A la gloria celestial
se espera que todo suba

—Lewis Estrada—
y que el sabor de la uva
sea vino que contamina

—Rubén Sada—
Cantó Sada en Argentina,
y Lewis Estrada en Cuba.

© Rubén Sada y Lewis Estrada. 21/09/2019

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