DELIRIO
Nací triste, (no es romántica manía funeraria)nací triste y marcho triste por la vida,
con mi hato, que se agranda día a día,
de presagios y tristezas laceradas.
¿Qué ambiciono? ¿Qué dolor clava sus garras
en mi espíritu, en mi cuerpo?
¿Qué misterios torturantes con sus ayes,
negros ayes en la noche de mi alma,
como bandadas de espectros
giran, vienen, vuelan, huyen, rondan, graznan?
Yo quisiera que a mis horas las ungiera la alegría,
yo quisiera que las flores del almendro fueran blancas,
y aurirrojos y encendidos los crepúsculos,
las auroras sonrosadas...
Yo quisiera... Pero extiendo la mirada
por los setos ondulosos, por los valles,
por los montes, por las nubes, por las aguas,
y en los setos, en los montes, en las aguas, en las nubes,
no hay colores ni rumores ni fragancias...
Todo yace calcinado
Como un dies sibilino, dies irae*, tremebundo
arrebujado en su mortaja.
Amador Porres