IMPUESTO A LA POESÍA
Si el gobierno grava, acaso,
con un impuesto a la décima,
no lo pienso una milésima
y se lo pago en el plazo... Pago el canon, doy el paso,
aun si me costara esto,
pues mi bolsillo es modesto
mas, si un poema estremece,
una moneda merece:
Con gusto pago el impuesto.
Si resulta que hay gravamen
por volcar la inspiración
en un papel de ilusión
y le imponen un dictamen...
Si les impiden que amen
a los poetas, protesto,
y aunque me sienta molesto
no lo pienso ni un minuto,
pago urgente ese tributo:
Con gusto pago el impuesto.
Si el gobierno pone el IVA
a recitar un poema,
pago esa carga blasfema
aun si es grande y excesiva...
Gastaré mucha saliva
declamando predispuesto,
tengo en la tarima un puesto
y allí me quedo a dormir,
¡no me priven de existir!
Con gusto pago el impuesto.
Si un nuevo impuesto aparece
y saquea mi alcancía,
si es la “Tasa Poesía”
que en la factura leyese...
Aunque plata no me ingrese
trabajaré en modo honesto,
veinte horas, ¡ni me acuesto
y pago la imposición!
La pago de corazón:
Con gusto pago el impuesto.
Si la espinela tributa
de valor un porcentaje,
si castigan al criollaje
y el silencio nos enluta...
Si mediante fuerza bruta
me alteran el presupuesto
y me cobran con un gesto
de látigo medieval,
¡les dono mi capital!
Con gusto pago el impuesto.
Si el impuesto al repentista
hay que pagarlo por ley,
trabajaré más que un buey
y le pagaré al cambista...
Un arancel decimista
a pagarlo estoy dispuesto,
si el gobierno lo ha propuesto
desde hoy empiezo a ahorrar,
soy un poeta ejemplar:
¡Con gusto pago el impuesto!
© Rubén Sada. 4/06/2023.
Pie forzado v. 10 pertenece a Rubén Sada.