MEMORIA,
VERDAD, JUSTICIA
"El lagar fue pisado fuera de la ciudad,
y del lagar salió sangre que llegó hasta
[la altura de] los frenos de los caballos
en una extensión de mil seiscientos estadios".
(Apocalipsis 14:20)
Bastardeado
por relatos
el olvido
subió al podio,
y ensucia
el barro del odio
la honradez
de los sensatos.
Partiendo
al pueblo en dos hatos
con credos
derecho-izquierdo,
queda loco el
país cuerdo
pues falsifica
la historia
y adulteran
la MEMORIA
del país
del no me acuerdo.
La mentira
se hace un dios
adorado por
millones,
que repiten
por montones
un relato a
viva voz.
Chorrea
sangre la hoz
y en ese
lagar me pierdo,
la farsa
mata, concuerdo,
cuando
siembran falsedad
y agoniza
la VERDAD
del país
del no me acuerdo.
Con su
firma criminal
jueces
sueltan asesinos,
que mataron
más destinos
que los que
mató el chacal.
¿Y esto
acaso no está mal?
No se ve inicuo
ni lerdo.
Tergiversando
el recuerdo
con
iniquidad, malicia,
han coptado
la JUSTICIA
del país
del no me acuerdo.
¡Quiero un
país con verdad
para
hombres y mujeres,
con
división de poderes
y con plena
libertad!
Honrar la
tercera edad
y a niños,
sin desacuerdo,
que al
latir del pecho izquierdo
sea al alma
una caricia:
MEMORIA,
VERDAD, JUSTICIA,
¡No el país
del no me acuerdo!
© Rubén
Sada.25/03/2023.
Pie forzado
v.10 pertenece a Ricardo Díaz Martín (Cuba).
NdA: La vuelta de la democracia argentina a partir de 1983, sumió a nuestro país en un baño de sangre que superó con creces a la cantidad de personas que (supuestamente) se presumen de ser desaparecidos durante el gobierno militar desde 1976-1982. Solamente en delitos relacionados con el NARCOTRÁFICO en plena democracia, fueron asesinadas muchas más de 30.000 personas. Podríamos, además, sumarles los crímenes de género (feminicidios) y los homicidios en ocasión de robo (para robar por ejemplo un teléfono celular que a los 6 meses de robado es basura, por la que el dueño pagó con su vida). Obtendríamos una cantidad escandalosa de "muertos", superando ampliamente la mentira de los 30.000 de la dictadura militar. Pero de estos inocentes nadie habla.