TU TRANSPIRACIÓN
Fue el más precioso elixirque hoy me impulsa a recordarte,
pues me has dejado un baluarte
que me asiste en el vivir.
Tu esfuerzo es el souvenir
que hoy guía mi inspiración,
padre, a ti mi aclamación
y mi eterna gratitud
pues heredé tu virtud:
regar con transpiración.
De ese sudor cada día
sentí su sabor salado
por el tramo caminado
con sacrificio, hidalguía.
Fuiste para mí la guía
y hoy, como hombre contemplo
con abnegación tu ejemplo
tras del cual yo me encolumno,
te agradece aquí tu alumno
que formó su propio templo.
Nunca me voy a olvidar
que al llegar de tu reparto
te esperaba yo en mi cuarto
con un beso familiar.
Tu barba me iba a indicar,
(porque pinchaba), tu hombría,
y una gota se caía
cansada de agotamiento,
¡cuántos recuerdos! No miento:
¡Tu sudor fue poesía!
Padre, fuiste un luchador
cargando pesada carga,
y aunque este dolor me embarga
te extraño con mucho amor.
Fuiste el mejor proveedor
dedicando tu vigilia
al tiempo que se concilia
con lo esencial, necesario,
y cuidabas del salario
para el bien de tu familia.
Iluminaste mi paso
con la guía de tu estrella,
y me marcaste la huella
que me alejó del mal lazo.
¡Me enseñó hasta tu fracaso!
Si es que no todo va bien,
igual hay que ser un tren
que no afloja ni aminora,
tu fuerza locomotora
me remolca a mí también.
Hoy en décimas te canto
pues me mostraste principios
para esquivar rocas, ripios,
que se me han cruzado tanto.
Con tu sudor me amamanto
y te rindo mi homenaje,
atesoro este bagaje
del más noble corazón,
y con tu transpiración
sigo adelante en mi viaje.
© Rubén Sada. 25/03/2019.
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