ESPECTADORES Y TESTIGOS
Desde lo alto de un anaquel cualquiera,observándome, se halla un libro rojo
y un retrato de un niño con su anteojo
me mira atento, desde la cumbrera.
Un cuadrito que muestra una frutera
que unas frutas pintando está a su antojo,
y un ramito de flores en remojo
expectantes están, de mi quimera.
El libro, el niño, las frutas y las flores,
son testigos que escribo lo que pienso,
meditando primero en lo que digo.
Inertes me hablan, con formas y colores,
aun mudos retan a un mensaje inmenso
pues son espectadores y testigos.
© Rubén Sada. 4/10/2018