30 de mayo de 2015

SIETE PECADOS CAPITALES

SIETE PECADOS CAPITALES

He contado en más de siete
los pecados capitales,
te describiré los tales
y que tu alma no se inquiete.
Mi canto se compromete
a exaltar paz y justicia,
y contra toda malicia
mi verso no tiene miedo,
voy de frente, salgo al ruedo
resistiendo a la CODICIA.
Pues, es tumor la AVARICIA,
pudriendo espíritu y mente,
diosa de viles dementes
que roe, corroe y vicia.
Causa de toda injusticia,
origen de mucho mal,
del amor un gran rival,
lo más comparable al odio,
la avaricia está en el podio
del pecado capital.
La SOBERBIA, egolatría,
sobrevaloración del yo,
queriendo ser como Dios,
que te rindan pleitesía.
Maléfica compañía:
poder con dinero, advierto:
dinero es poder, ¡cuán cierto!
Sociedad de cetro y oro,
entonan los dos, en coro,
los aullidos del que ha muerto.
Desde su estúpido inicio
la GULA es perjudicial,
y una afrenta a la moral
es el exceso y el vicio.
Va camino al precipicio
quien no puede controlarse,
creyendo que va a burlarse
su cuerpo emite factura,
glotón y ebrio apresuran
al sepulcro encolumnarse.
Guerras, hijas de la IRA,
conflictos entre hemisferios,
y en helados cementerios
crema el fuego de la pira.
Odios nacen, paz expira,
generando mil batallas,
con una furia canalla
plagada de intolerancia,
y un alma lúgubre y rancia
hace rugir la metralla.
“La ENVIDIA muerde y no come” (*),
deseosa de hallar lo ajeno,
y hasta resultar obsceno
el celo enfermo carcome.
Cuando el bien se le desplome
el envidioso quizá
sea maligno y obrará
y es muy fácil entrever,
que si él no puede comer
pues, nadie más comerá.
Capítulo de penuria
de esta injusta humanidad,
es la peligrosidad
causada por la LUJURIA.
Es una ofensa, una injuria,
ver en tantos el derroche,
mientras otros, (mi reproche),
intentando subsistir
o luchando por vivir,
se acercan pronto a su noche.
PEREZA o procrastinación
significa más que el ocio,
ser vago es un sacerdocio,
pecador por omisión.
Olvido y desatención,
nunca quiere ni se acuerda,
un torpe reloj sin cuerda
bueno y útil para nada,
tendrá el hambre de tajada
quien con la inacción concuerda.
Se multiplican los siete
cuando cometidos son
por quien reina en el sillón
y a dar ejemplo compete.
Quien la vida no respete
recibirá gran revés,
gobernando con estrés
con el pueblo en contra suyo,
si no abandona el orgullo
y practica sencillez.
Todos los males del orbe
descienden de aquellos siete
pecados que se cometen
y a muchos hombres absorben.
¡Di a tu vida que no estorben!
¡”Vade retro” iniquidad!
Paz, modestia y caridad
con ellos se contraponen…
¡Que en tu existir se coronen
paciencia, amor y humildad!
© Rubén Sada. 30/05/2015
(*) Frase perteneciente a Francisco de Quevedo, siglo XVI

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