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"ALLÍ, DONDE ALCÉ MI RABIA"
(Fragmento)
Guitarra que en el paisaje
de la vida me acompañas
desatame las hurañas
cadenas del comodismo
y prestame el heroísmo
de hacer flamear mis entrañas.
Guitarra que sos el cabo
del facón de mi palabra
que sos la dulce moharra
ensartadora de penas
dame la hermosa condena
de ser tu esclavo... guitarra.
Guitarra de aquella vez
que conjugué el primer canto
con inocencia y encanto
que amalgamó soledades
te llevo en inmensidades
melancólicas de llanto.
Guitarra que asoma triste
como lirio en la capilla
inmaculada mantilla
sobre el altar de la gloria
pueblo que alza la victoria
vertical de su semilla.
Guitarra que sos el puño
de un país vivo y latente
rebelde al indiferente,
mercader de la pobreza
dignidad de la grandeza
por la vida o por la muerte.
Guitarra que en estridente
silencio y meditación
clavadas en tu diapasón
la sabia razón del canto
dejá que sea mi llanto
quien rompa tu corazón.
Nubarrón tras nubarrón
cubre el sol de la esperanza
con promesas que no alcanzan,
con realidad que no llega
con manos que se refriegan
y otras que nunca descansan.
Nubarrón tras nubarrón
que se convierte en pedrada
sobre la melga sembrada
de sueños y de ilusiones
mientras crecen las pasiones
proletarias y olvidadas.
Nubarrón tras nubarrón
llovedoras de cinismo
reliquias de un feudalismo
ramificadas en leyes
reyes que no quieren reyes
pero que reinan lo mismo.
Catedráticas mortajas
que levantan sus banderas
en espera de otra espera
que revalide su enjambre
mientras el pueblo con hambre
ni se ignora ni se entera.
El avestruz, cuando empolla,
guarda huevos pa las moscas,
nace el charo y como rosca
se entrevera en el reparto
se llena hasta quedar harto
con el buche como tosca.
Pero el hombre en cambio nace
con clases y diferencias
y ya desde la inocencia
se dentra a ver con espanto
que unos cuentan con el cuánto
y otros con la indiferencia.
La ley dice que quien llora
en esta vida fugaz
seguro hallará la paz
en la dulce vida eterna
es igual que tener piernas
y no poder caminar.
Elástica pregonada
que se adapta en el criterio,
a veces, te pone serio,
a veces te hace reír
pero nadie habrá de ir
más allá del cementerio.
Toda alma que sufre acá,
acá nomás la termina,
si por sentencia divina
todo ha de quedar olvidado
el futuro y el pasado
se abrazan en la letrina.
Ilustración peregrina
de un peregrino pregón
canta el rico su canción
y canta el pobre su cuita
que la encefálica cita
la supedita un gorrión.
Nostalgia de una canción
que idealiza las virtudes
en abismas inquietudes
que intercala con zozobra,
magnitud de lo que sobra
en faz de vicisitudes.
Gratuita interpelación
el sol de cada mañana
¿Cuál es el por qué de la vana
coincidencia hacia el ocaso?
Si cada día es un brazo
que el astro rey te regala.
¿Por qué el ególatra inquieto
alimenta su porfía
en cultivar la agonía
de catastrófica duda,
regada con el que suda
coagulado de osadía?
¿Por qué la excema total
sobre el rostro casi inerte
de la virtud siempre fuerte
de nuestro orgánico suelo?
¿Por qué se le niega el vuelo
a quien nació con tal suerte?
¿Por qué preludia la muerte
en desnutrido cordaje
arrancado del obraje
del motor de la semilla?
¿Porque vive en la jaulilla
quien reboza en su plumaje?
Año tras año hace el siglo,
siglo tras siglo, el milenio
y no siempre calienta el leño
por prodigiosa sustancia,
calienta más la ignorancia
producida por los genios.
La ignorancia es material
pa' hacer esclavos baratos
desparramados o en hatos
son carne pa'l matadero,
sin tabaco ni yesquero,
ni camisa ni zapato.
Palenque pa' cualquier sarna
y esquinero pal' pechazo
brazo más brazo más brazo,
lomo más lomo más lomo
si no hay pa comer no como,
si me enfermo no hago caso.
José Larralde (Fragmento de
"Allí donde alcé mi rabia")