Tanto amor por ti es gigante, bella musa de mis odas, es más colosal que el Rodas y que el sol más fulgurante. Más fogosa que del Dante es mi pasión de calor, más larga que el Ecuador es mi manera de amar, que no alcanzo a mensurar *la grandeza del amor.*
Inspirada en una idea del poeta Enrique Hernández Báez.
La figura retórica utilizada en este trabajo es la PROSOPOPEYA, que consiste enatribuir cualidades propias de un ser racional o animado a otro inanimado.
¡Arremángate, poeta! Vuelca tinta en tu libreta y escríbenos de verdad. Tu papel de letras ¡puebla! En océanos de niebla, ¡sé un faro en la tempesad! ¡Arremángate,
poeta! Toma pincel
y paleta y píntame
con bondad… Una compás en
la carpeta que hay que
llegar a la meta de la
musicalidad. Que tu
sabio don divino sea luz en
el camino, entre tanta
oscuridad. Llamaradas de
energía desde un
sol de poesía que guía a
la libertad. ¡Arremángate, poeta! Vuelca tinta en tu libreta y escríbenos de verdad. Tu papel de letras ¡puebla! En océanos de niebla, ¡sé un faro en la tempesad!
“¡Que el mundo cambie!”, querían, “¡Destruir el status quo!” Pero, hoy el revalúo da peor de lo que hacían. ¡Hace décadas que espían los gustos de los humanos! Y hoy nos imponen, -tiranos-, desde comida hasta ropa, y nos cambian res por sopa, solomillo por gusanos.
Cambiaron el bello idilio por sexo y separación, cambiaron la inmigración por el dolor del exilio. En el mantel del concilio, la blanca harina del pan cambiaron por la de un “clan”, y el sudor de madrugada, ahora, sin hacer nada, se lo pagan con un “plan”.
Nos cambiaron hasta el nombre y ahora somos un número, firma el carpo, borra el húmero y ya no hay cambio que asombre. Que “es mujer”, hoy dice un hombre, (cita “derechos humanos”), incendian a los cristianos y destruyen sus iglesias, llaman abrojo a las fresias, solomillo a los gusanos.
Diplomados de la nada piden “derechos” en todo, mientras se ensucia en el lodo una ley improvisada. Tiene la vida sagrada el valor de un celular, cambian fino paladar por ajenjo y por salitre, y a los niños del pupitre los mandan a cartonear.
El reguetón indecente a la música ha copado, un balbucear mal hablado canta al oído demente. Un software “inteligente” reemplazó lo natural, “Frank Sinatra canta mal”, dice el primate esperpéntico, y al poeta que es auténtico lo mató el artificial.
La deuda nunca se salda demonizando al decoro, truecan el siete de oro por el de basto en la espalda. La esperanza fue esmeralda y hoy es agua entre las manos, gobernados por insanos que al crimen lo nombran “arte”, cambian la luna por Marte, solomillo por gusanos.
Se cruzaron impacientes como una cuerda invisible, más que un atisbo sensible hicieron brillar los dientes. Se establecieron mil puentes y no entendieron razones, se unieron dos corazones intercambiando miradas, y bailaron sus pisadas *entre notas de acordeones.*
Vienen gorriones lozanos a sosegarse en mi pecho, vienen ramitos de helecho y me acarician las manos. Mil perfumes artesanos me llegan hasta el hocico, transportan el vaho rico de tu magna poesía… ¡Todo eso me lo envía el aire de tu abanico!
Vienen tenues mariposas a coquetear en mi piel, viene el dulzor de la miel de tus miradas hermosas. Larga un perfume de rosas y envía el trinar de un pico, con cantos que no me explico pues destellan mil bengalas, cuando hacen vaivén las alas del aire de tu abanico.
Me transportan a un jardín donde un bello pavo real trae el viento angelical de tu aliento bailarín. Los efluvios del jazmín vienen y lo certifico, con tu elixir me medico respirando en este predio un céfiro que es remedio: ¡El aire de tu abanico!
Cuando agitas tu pantalla me transportas tu latir, y el aura viene a nutrir el deseo que en mí estalla. Vos sos mi mayor medalla y por vos me sacrifico, por favor, te lo suplico, dejame estar junto a vos, dame el hálito de Dios: ¡El aire de tu abanico!