AMIGA, DÍSELO TU
Dile pronto a esa mujer, que me impactó su mirada
que por mirarme en sus ojos casi pierdo hasta el habla
yo que siempre escribo versos, fantasías inventadas
hoy por mirarme en sus ojos, me he quedado sin palabras.
La noche dejó su voz, en mis oídos grabada
esa bella melodía, la canción mas esperada
y en el roce de sus manos, esa calidez tan blanca
mi hombría se sintió débil, y mi piel estalló en llamas.
Yo sé que soy pecador, que no debiera mirarla
con ojos enceguecidos de pasión incontrolada,
pero quiero confesarme que el pecado de mi alma
lo cometí al ver sus ojos, y al escuchar sus palabras.
Entre sus ojos y su voz, sumado a su piel tan blanca
se despertó mi pasión, mi deseo de besarla,
de estrecharme en su piel, que me abrace y abrazarla
y que el incendio de mi piel, solo se apague en sus aguas.
Que sus besos me enloquezcan, que sus caricias me invadan
que se queden en mi cuerpo marcándome como llagas
que se lleve todo de mi, aunque no vuelva a cruzarla
pero que quede este encuentro para siempre en nuestras almas.
Dile pronto a esa mujer, que me impacto con su mirada
que le escribo todo esto, pues me ha dejado sin habla
amiga díselo tu, por si no vuelvo a encontrarla
que quiero decirle tanto y no encuentro las palabras.
Autor: Hemir (Argentina)
que por mirarme en sus ojos casi pierdo hasta el habla
yo que siempre escribo versos, fantasías inventadas
hoy por mirarme en sus ojos, me he quedado sin palabras.
La noche dejó su voz, en mis oídos grabada
esa bella melodía, la canción mas esperada
y en el roce de sus manos, esa calidez tan blanca
mi hombría se sintió débil, y mi piel estalló en llamas.
Yo sé que soy pecador, que no debiera mirarla
con ojos enceguecidos de pasión incontrolada,
pero quiero confesarme que el pecado de mi alma
lo cometí al ver sus ojos, y al escuchar sus palabras.
Entre sus ojos y su voz, sumado a su piel tan blanca
se despertó mi pasión, mi deseo de besarla,
de estrecharme en su piel, que me abrace y abrazarla
y que el incendio de mi piel, solo se apague en sus aguas.
Que sus besos me enloquezcan, que sus caricias me invadan
que se queden en mi cuerpo marcándome como llagas
que se lleve todo de mi, aunque no vuelva a cruzarla
pero que quede este encuentro para siempre en nuestras almas.
Dile pronto a esa mujer, que me impacto con su mirada
que le escribo todo esto, pues me ha dejado sin habla
amiga díselo tu, por si no vuelvo a encontrarla
que quiero decirle tanto y no encuentro las palabras.
Autor: Hemir (Argentina)
