HEREJE
Por no ser la oveja blanca
arriada con el rebaño,
por no andar en el engaño
que arrincona a la barranca…
Por no silenciar la franca
verdad que destila ética,
ni abandonar la poética
que alimenta mi latido…
en algún momento he sido
tachado como alma herética.
Si es que soy rebelde hereje
déjenme con mi porfía,
que con hilos de poesía
la vestidura se teje.
Tengo capa que protege
y bien curtido mi cuero,
hay ovejas que el sendero
creen que va a su corral,
pero un fantasma animal
las conduce al matadero.
¿Y a mí me dicen hereje?
¡Justo a mí, que me transpira
una verdad sin mentira
ni ardid que se le asemeje!
Aunque mi vida se queje
a raíz de la era enferma,
mi creatividad no merma
y con letras en un tul
pinto al cielo gris de azul
y un vergel en tierra yerma.
Si acaso el mote de hereje
me hiciera en el cuero marca,
peor es ir al mar sin barca
o que un pillo la maneje.
Rogaré que el mal se aleje
del convexo de mi domo,
y aunque algún azote al lomo
de seguro no me alegra,
¿qué más da? La oveja negra
los tolera con aplomo.
A los que me honran hereje
les esgrimo en mi defensa
que no hay niebla, por muy densa
que un débil sol no despeje.
Déjenme que me maneje
aunque un cielo en tempestad
me presente adversidad
y haga a mi castillo escombro,
seguiré poniendo el hombro
para lograr libertad.
¿A mí el título de hereje?
¡Qué lindo se ve el diploma!
Pero me lo tomo en broma
por que tranquilo me deje.
Aunque ya mi fuerza ceje
tengo tronco de algarrobo,
y manifiesto ser probo...
¡No la oveja charlatana
que esconde bajo su lana
el espíritu de un lobo!
© Rubén Sada. 16/11/2021.