TANGO DE OTOÑO
Despierta un nuevo otoño que se oxida en mí,
renace un día más de plomo y lluvia gris,
y van crujiendo tras mis pasos ecos tristes
de fracasos, de un ayer, de inciertos mundos.
Ya no hay sol.
en bares del olvido, me lastima el bandoneón.
En cada esquina se hacen trizas hojas de mi voz,
recuerdos de un lamento de los tiempos de un otoño y su sol-do.
© Rubén Sada. 22/4/2024.
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